La apertura importadora, que tuvo su primer paso formal en el sector automotor, golpeó duramente a la industria autopartista local. Su situación se ve, además, erosionada por el atraso cambiario que le quita competitividad internacional al segmento. El resultado es que el desequilibrio en el mercado externo de autopartes se profundizó en el transcurso de este año, poniendo en riesgo 75.000 empleos directos. En lo que va del 2025 (hasta septiembre inclusive) por cada dólar exportado en autopartes se importaron 8,54 dólares, según cifras de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC). Desde el sector apuntan a las Reglas de Origen vigentes para los vehículos exportados dentro del Mercosur, dado que contemplan un gran porcentaje de partes adquiridas fuera de la zona común.
Durante los primeros nueve meses de 2025, el déficit de la balanza comercial de autopartes alcanzó los 7.404 millones de dólares, marcando un incremento del saldo negativo del 9,8 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior (2024). El análisis de los flujos comerciales demuestra un desequilibrio preocupante. Las importaciones de autopartes se dispararon un 8,7 por ciento interanual, totalizando 8.386 millones de dólares en el periodo enero-septiembre de 2025. En contraste, el desempeño exportador fue notoriamente limitado, con un aumento de solo el 1,1 por ciento, cerrando el periodo con 982 millones.
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"La marcada disparidad evidencia que las reglas actuales, establecidas para otro contexto tecnológico y geopolítico global, no logran morigerar la entrada de componentes importados. Asimismo, la estructura productiva que ha sido golpeada en las últimas décadas y con una fuerte carga tributaria en todos los eslabones, no permite potenciar significativamente las ventas al exterior", señaló el informe de la AFAC..
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Los principales rubros exportados fueron las Transmisiones, los Motores y los Componentes de motor. En conjunto concentraron el 69,6 por ciento de las exportaciones. Transmisiones fue el principal rubro exportado con 343 millones de dólares (-2,9 por ciento interanual) y el destino más importante fue Brasil. El rubro Motores registró un incremento de 18 por ciento, que ubicó a estos productos en el segundo lugar, acumulando 218 millones de dólares y destinando prácticamente el total de lo exportado al mercado brasileño. En tercer lugar, se ubicó el grupo de Componentes de motor, con 122 millones de dólares y una reducción de 15,4 por ciento respecto a 2024.
Por su parte, los principales rubros importados fueron las Transmisiones, Eléctrico y las Carrocerías y sus partes. En conjunto concentran casi la mitad de las importaciones de autopartes (48,1 por ciento).Transmisión sigue siendo el rubro más importante, con un total importado de 1.972 millones de dólares (11,2 por ciento interanual) que representaron un 23,5 por ciento sobre el total, aumentando su participación 0,5 puntos respecto a enero-septiembre de 2024.
Luego se encuentra el rubro Eléctrico, que acumuló importaciones por 1.157 millones de dólares, un 8,3 por ciento más que el año anterior. En tercer lugar se ubicó Carrocería y sus partes, con 902 millones de dólares de importaciones (10,8 por ciento del total), aumentando las compras en un 20,6 por ciento respecto a al periodo enero-septiembre de 2024.
De esta manera, el déficit se concentra en rubros estratégicos que son fundamentales para la cadena de valor automotriz. El segmento de Transmisiones presentó el mayor saldo negativo, con un déficit de 1.629 millones de dólares; el sector Eléctrico, con un déficit de 1.097 millones y el rubro Motores, con un déficit de 564 millones.
La alegría es brasileña
La situación se agrava en el comercio bilateral clave con Brasil. Durante los primeros nueve meses de 2025, el comercio de autopartes con el principal socio regional arrojó un saldo negativo de 1.996 millones de dólares. Este déficit con Brasil también creció de manera significativa, un 9,5 por ciento más que en 2024. Las importaciones desde Brasil alcanzaron los 2.638 millones (6,9 por ciento interanual), mientras que las exportaciones hacia dicho país sufrieron una ligera contracción del -0,3 por ciento interanual, cerrando en 643 millones.
La fuerte suba de importaciones se puede observar tanto en lo relacionado con la producción de vehículos (aproximadamente 65 por ciento del total), como en el mercado de reposición. En este último caso, en algunos productos como baterías, amortiguadores, juntas y neumáticos se observan tasas de crecimiento que van de 50 a 135 por ciento, principalmente de origen Brasil y Asiático.
"El déficit comercial de autopartes —creciente, recurrente y de magnitud relevante para las cuentas externas— funciona como un termómetro que refleja “la fiebre” de la pérdida de competitividad. Este fenómeno surge tanto de la pasada larga ausencia de un entorno estable y previsible para las inversiones como de la persistencia de proyectos productivos con estrategias que no se ajustan a las condiciones estructurales de la Argentina", agrega el informe de AFAC. "Actualizar las Reglas de Origen del Mercosur con criterios realistas, alineados con las nuevas tecnologías vehiculares y con una integración productiva regional adecuada, es una condición indispensable para revertir esta tendencia y promover una integración regional más equilibrada", insiste.
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La maquinaria de la industria automotriz del Mercosur, con alta integración local y regional, como así también de políticas pragmáticas para el desarrollo de sus cadenas de valor y sus mercados internos, opera bajo un velo que distorsiona la realidad de sus vehículos mal llamados "nacionales y regionales". Sin embargo, un análisis profundo del Acuerdo de Complementación Económica (ACE) N° 14, que rige el comercio bilateral automotor entre Argentina y Brasil, revela una paradoja que sangra miles de millones de dólares de las arcas aduaneras y socava la base profunda de la producción local de autopartes.
"Lo que se exporta como un vehículo 'Mercosur' es, en un número creciente de casos, un ´'Frankenstein automotriz' con un corazón asiático y con un futuro principalmente chino. La letra fría del ACE 14 permite una sorprendente laxitud: un vehículo puede ser considerado de origen Mercosur y, por lo tanto, gozar de arancel cero en su tránsito recíproco entre Argentina y Brasil, aún cuando el 84 por ciento de sus autopartes provengan de fuera del bloque", explican desde AFAC.
La mecánica es perversa en su simplicidad. Las terminales automotrices, amparadas en las flexibilidades del ACE 14, pueden importar componentes claves (desde sistemas electrónicos complejos hasta partes más standard) desde mercados de bajo costo como China. Al ensamblar estos componentes en Argentina o Brasil, el vehículo resultante, con apenas un 20 por ciento de contenido local o regional del total de las piezas, obtiene la 'certificación' de origen Mercosur. Esto le permite cruzar las fronteras internas del bloque sin abonar los aranceles de importación que corresponderían a un producto con tan alto porcentaje de insumos foráneos.
