La expansión de las app de delivery volvió a poner en primer plano la profunda precarización laboral que atraviesan miles de repartidores en Argentina. El 95% de los repartidores trabaja en negro y realiza jornadas de entre 10 y 12 horas por día para llegar a fin de mes.
Marcelo Pariente, secretario general de la Asociación Sindical de Motociclistas Mensajeros y Servicios (ASIMM), advirtió en diálogo con El Destape 1070 que los trabajadores “están abandonados”, cobran salarios insuficientes y quedan sometidos a algoritmos que definen horarios, ingresos y hasta la continuidad laboral en un sistema que, asegura, “solo busca recambio permanente”.
Mientras el boom de las app de delivery sigue sumando personal, las condiciones laborales se deterioran. Según Pariente, lo que el Gobierno plantea como modernización del empleo es, en realidad, la legalización de una “precarización” ya instalada. “Los trabajadores de plataformas estamos totalmente abandonados”, afirmó, al señalar que las empresas no cumplen el Convenio Colectivo de Trabajo vigente para el sector.
El dirigente denunció que los repartidores carecen de derechos básicos: sin ART, sin asistencia en salud, sin elementos de seguridad y sin lugares de descanso. Y cuando ocurre un accidente, la situación es crítica: “Cualquier compañero que se quiebra una pierna se queda meses sin poder trabajar a la buena de Dios”.
El algoritmo: un jefe invisible que define el salario
Uno de los puntos más alarmantes es la dependencia del algoritmo. Pariente reveló que, pese al discurso de flexibilidad, la realidad es lo contrario: “Es una mentira que podés administrar tu tiempo. Si no estás conectado muchas horas, te baja del ranking y dejás de recibir pedidos”.
Según su relato, la tecnología que debería facilitar el trabajo termina castigando: si el trabajador cancela un viaje o se toma unos días de descanso, el sistema lo penaliza reduciendo su acceso a pedidos. “El algoritmo no te premia, te castiga”, sintetizó.
Esto impacta directamente en los salarios. El viaje mínimo ronda entre $1.400 y $1.500, pero los pedidos dobles o triples no multiplican el ingreso. “Ganas apenas un poco más que en el primer viaje, y eso los trabajadores no pueden discutirlo”, explicó.
Más repartidores, menos ingresos
La incorporación masiva de nuevos trabajadores, impulsada por despidos en otras actividades, empeora aún más el panorama. Pariente señaló que el aumento de 100.000 nuevos repartidores en plataformas como Rappi redujo drásticamente la cantidad de viajes por trabajador: “De lo que hacíamos antes, ahora hacemos la mitad o menos”.
La alta rotación es funcional al negocio: “A la plataforma le conviene que haya un recambio permanente”. Según el dirigente, el 95% de los repartidores trabaja en negro y realiza jornadas de entre 10 y 12 horas por día para llegar a fin de mes.
Una actividad regulada que no se cumple
Lejos de tratarse de un sector sin reglas, Pariente recordó que la actividad “está absolutamente regulada”, pero las empresas no respetan la Ley de Contrato de Trabajo. ASIMM reclama que se aplique el Convenio Colectivo existente, que contempla amortización de vehículos, pago de datos móviles, elementos de seguridad, vacaciones, aguinaldo y licencias.
El dirigente también criticó la falta de respuesta estatal: “Alberto Fernández nos prometió que iba a solucionar nuestras condiciones laborales, pero el proyecto que presentó era el mismo que hoy baja la derecha”.
