Después del reemplazo de Juan Pazo en ARCA, Daniel Tillard renunció a su cargo de presidente del Banco Nación y lo reemplazará el hasta ahora vice Darío Wasserman, cercano a Karina Milei. La inminente salida de Tillard se inscribe, según, señalan desde el Ministerio de Economía, en una secuencia de decisiones que acompañan la segunda etapa del gobierno Milei luego de las elecciones legislativas de octubre.
Tillard había asumido al frente del Banco Nación en diciembre de 2023, en el inicio del actual gobierno, impulsado por el entonces jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Su designación se apoyaba en una trayectoria previa en la banca pública, en particular en el Banco de la Provincia de Córdoba, donde se desempeñó entre 2015 y 2023, además de su participación en entidades del sistema financiero como Link y Sedesa Seguros.
El esquema político que había sostenido su llegada comenzó a modificarse con la salida de Francos del gabinete y con el avance de un proceso de concentración de decisiones en el entorno más cercano al Presidente. Tillard quedó sin respaldos dentro de una estructura que, desde el inicio del año, viene registrando cambios en áreas consideradas sensibles. Según confirmaron fuentes del Palacio de Hacienda, Tillard será reemplazado por Darío Wasserman, hasta ahora vicepresidente de la entidad.
El recambio se formalizaría mediante un decreto del Poder Ejecutivo que sería publicado en el Boletín Oficial. Wasserman no es una figura ajena a la conducción bancaria: además de su rol en el Banco Nación, presidió la Sociedad de Garantía Recíproca Garantizar SGR, Móvil SGR y la Cámara Argentina de Sociedades de Garantías Recíprocas. También tuvo pasos por bancos públicos, lo que le permitió construir vínculos dentro del sistema financiero.
El reemplazo no está dado solo por los antecedentes técnicos, sino por el posicionamiento político del nuevo titular. Wasserman forma parte del entorno cercano de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y está casado con Pilar Ramírez, legisladora porteña y referente de La Libertad Avanza en la Ciudad de Buenos Aires. La decisión de que quede al frente del Banco Nación fue tomada por la propia Karina. El movimiento refuerza la tendencia a concentrar la conducción de organismos estratégicos en personas de confianza directa del núcleo presidencial.
La salida de Tillard también reabre interrogantes sobre el rumbo que tomará el Banco Nación en un contexto de recesión, ajuste fiscal y redefinición del rol del Estado. Durante los primeros meses de la gestión, la entidad operó en un escenario de restricción del crédito, revisión de programas y discusión sobre su función dentro del esquema económico general. La conducción del banco no solo administra una cartera de préstamos, sino que también interviene en la relación entre el Estado y sectores productivos, gobiernos provinciales y empresas públicas.
No es la primera vez que el nombre de Wasserman aparece en el centro de debates públicos. En 2024, el diputado Carlos Cisneros lo acusó de haber favorecido a una financiera vinculada a su hijo en una operación de compra de bonos de deuda de una petrolera que terminó generando pérdidas para el Banco Nación. El episodio fue motivo de cuestionamientos en el Congreso, aunque no derivó en sanciones formales. Ese antecedente forma parte del contexto en el que ahora asume la conducción de la entidad.
