Caen las ventas en supermercados de Entre Ríos: "La situación es terrible"

La baja en el consumo afecta hasta los grandes comercios. Se siente el impacto de un modelo de ajuste y referentes locales lo comparan con la crisis del 2001.

21 de agosto, 2025 | 15.24

La dramática caída que se vive en el consumo ya no afecta solo a los pequeños y medianos comercios, sino que se ha extendido a las grandes superficies. Pese a tener más espalda, contar con stock por adelantado y promover algunas ofertas que suelen ser inalcanzables para los locales de cercanía, los autoservicios y supermercados también están sintiendo el impacto de un modelo que solo cierra para un puñado de empresarios y de apostadores que se pueden subir a la bicicleta financiera. En un contexto donde se han derrumbado las ventas, crece la incertidumbre y peligran ya no solamente los puestos de trabajo, sino que directamente se piensa en cerrar.

"El consumo ha bajado muchísimo, ha cambiado el hábito de llevar un carro y ahora se busca comprar más para el día a día. Por ahí uno cree que eso podría favorecer al pequeño almacén, pero tampoco está siendo el caso. La realidad es que la gente no tiene plata. Ya no estamos hablando de darse un gusto, nos referimos a que se han modificado directamente las prácticas cotidianas y, en casos, se elige entre una cosa u otra cuando antes ambas estaban en la mesa", explicó a El Destape, Héctor González, comerciante de Concepción del Uruguay y expresidente a nivel nacional de la Confederación General Almacenera.

Para el dirigente, si bien hay diferencias entre un tipo de local chico y uno grande, los problemas son los mismos: "La situación es terrible, subió el 400% la energía, aumentaron los impuestos y las cargas patronales son altísimas. Tener un empleado es catastrófico, casi imposible en algunos casos. Venimos zafando porque la gente tiene que comer. Entonces por ahí la plata que antes iba a una salida o a un arreglo en la casa ahora viene para acá. Pero no sé cuánto más podrá durar algo así".

González cree que el escenario que se vive en la actualidad es el peor en décadas: "Se puede emparentar con lo que pasó en el 2001, pero ahora tiene el agravante de la apertura indiscriminada de importaciones. No hay un arancel, se está destruyendo la industria nacional. Pero confiamos en que vamos a salir adelante, porque tenemos alma de comerciantes".

La pulverización del poder adquisitivo es elocuente. Pese al relato instalado por el gobierno de Javier Milei, donde se asegura que los salarios le vienen ganando a la inflación, la realidad marca que una proporción creciente de hogares del país recurre a la deuda para cubrir lo básico, como alimentos, productos de higiene personal y otros bienes de primera necesidad.

Un informe del Centro de Estudios para la Recuperación Argentina de la Facultad de Ciencias Económicas (UBA) detalló que el incremento en el uso de las tarjetas de crédito para comprar en los supermercados se dio en paralelo a una caída en el uso de otros medios de pago, como las tarjetas de débito -retrocedieron del 34% al 27%- y el efectivo -disminuyó del 20% al 16%-. Todo lo expuesto tiene lugar en el marco de un retroceso marcada de transacciones en autoservicios y supermercados. El último dato del Indec, de mayo, registró un derrumbe del 5% en términos interanuales. Es decir, contra un año que fue pésimo en términos de un consumo que ya venía golpeado incluso desde antes del desembarco libertario en Casa Rosada.

La situación que se vive en Concepción del Uruguay no es aislada. En Paraná el Centro Comercial dio a conocer que, en pocos meses, se vaciaron casi 50 locales del microcentro de la capital. En Concordia, en tanto, una reconocida cadena local de supermercados está pensando seriamente en desprenderse de un local. Se trata de Modelo, un hiper de larga trayectoria que no está pudiendo sortear el actual modelo económico que se aplica en el país. Su titular es Laura Kobrinsky, que a su vez es presidenta de la Cámara de Autoservicios y Supermercados de la localidad.

"Venimos sintiendo una fuerte falta de consumo, lo cual nos preocupa enormemente. El gasto fijo ha aumentado y las ventas no solo no crecen, sino que retroceden. Si esto no revierte pronto, posiblemente muchas empresas queden al margen", indicó Kobrinsky. Y agregó: "Venimos resistiendo como podemos, pero la realidad es que si no hay dinero por más promociones que pienses nada es suficiente. Nunca jamás vivimos algo así, ni siquiera en la pandemia".

La dirigente, en contacto con Cara y Ceca (Radio UNER), apuntó que "el cliente elige productos específicos en virtud del día y la forma de pago, fundamentalmente apuntando a las ofertas". Y remarcó: "Hay menos gente, menos compra y con productos con menor rentabilidad".

Kobrinsky subrayó que desde la firma que preside analizan bajar la persiana de una sucursal si no hay un cambio de rumbo en el corto plazo: "Uno no quiere cerrar y dejar a nadie en calle, se hace todos los intentos, pero estamos haciendo números para tomar una decisión. No vemos alguna posibilidad de revertir esto. Los productos están subiendo poco, incluso por debajo del índice de precios. Si hay incrementos, después se bonifica. Pero el problema es que el dinero no alcanza".