La algarabía del mercado tras la filtración de que Estados Unidos otorgaría un paquete de salvación financiera le dio un respiro al gobierno de Javier Milei en sus horas más oscuras. La disipación momentánea del fantasma del default y la corrida cambiaria vino acompañada de una condición primordial: la conducción de la política económica a cargo de los norteamericanos. En apenas tres días -número de moda-, el Gobierno dio marcha atrás con la eliminación de retenciones, reinstauró el cepo cambiario de forma parcial y convocó al diálogo multisectorial. La implementación de las primeras dos medidas pueden empeorar su imagen de cara a las elecciones nacionales de octubre, pero a los libertarios ya no les queda margen de maniobra para negociar con el gigante del Norte.
Tras una semana desastrosa que había dejado al Gobierno tecleando frente al abismo de la cesación de pagos, el lunes llegó aire fresco desde el norte del continente por la confirmación de que Argentina y Estados Unidos estaban negociando un paquete de asistencia directa por parte del Tesoro norteamericano. Se frenó la sangría del desplome de acciones, bonos, voladura del riesgo país y la cotización del dólar. El inminente encuentro entre Milei y Donald Trump en la ONU iba a sellar el apoyo que le permitiría al gobierno nacional mantenerse a flote hasta, por lo menos, el 26 de octubre.
Ese mismo lunes, el Gobierno anunció la eliminación del cobro de derechos de exportación -denominadas retenciones- a las materias primas agropecuarias, una medida celebrada por el sector. Sin embargo, la cláusula del cupo de 7 mil millones de dólares evidenciaría horas después una decepción monumental entre los productores. Pero en el mientras tanto, el ministro de Economía, Luis Caputo, se mantenía expectante por ser beneficiario de una lluvia de dólares en medio del drenaje que venía sufriendo el Banco Central a causa de las condiciones que establecía el programa económico impuesto por el propio Caputo.
El miércoles por la mañana, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, confirmó en redes sociales que Trump estaba dispuesto a ofrecer una línea de swap de 20 mil millones de dólares, un préstamo directo sin monto definido y hasta la posibilidad de compra de bonos argentinos. Sin embargo, el posteo deslizó que el Gobierno debía dar marcha atrás con el esquema de retenciones cero, además de buscar consenso legislativo para avanzar con reformas de fondo en el Congreso. En su disputa comercial, a Estados Unidos en nada le convenía que China se lleve la soja argentina bajo estas condiciones.
Horas después, la exsubdirectora del FMI, Gita Gopinath, afirmó que le parecía una buena noticia que Estados Unidos asista a la Argentina, pero remarcó que también era necesaria la liberación del tipo de cambio (devaluación) y el compromiso argentino de acumular reservas. Hay quienes dicen que para saber lo que realmente piensa el Fondo hay que escuchar a sus exfuncionarios.
Atrapados sin salida, Milei y Caputo subordinaron su plan instantáneamente. Tras los dichos de Bessent, los grandes agroexportadores agotaron el cupo de liquidación y se dio de baja la retención cero, dejando a los pequeños y medianos productores sin la posibilidad de probar la miel de la exención impositiva. lo cual motivó una lluvia de críticas sectoriales y la denuncia de un negocio montado en favor de las empresas que hegemonizan la producción.
No te la pierdas, comprá campeón (y guardá)
Luego del aluvión de dólares agropecuarios, el Tesoro (argentino) compró cerca de 2.000 millones de dólares y se espera que adquiera la totalidad de la liquidación que estará disponible los próximos días. Pero para ajustar aún más las clavijas del Banco Central, faltaba dar un paso que nadie esperaba, por lo menos no antes de las elecciones.
El Gobierno dispuso este viernes que los compradores de dólar oficial no podrán operar dólares financieros por un período de 90 días corridos a partir de esa operación, con el objetivo de tener un mayor control para acumular las reservas. La entidad presidida por Santiago Bausili ya había puesto esta misma restricción para las personas vinculadas a bancos durante la semana pasada. De hecho, el viernes pasado y en medio de la crisis cambiaria, Caputo había sostenido que había "dólares para todos" y que estaba dispuesto a vender todo lo necesario para mantener el techo de la banda cambiaria. Algo cambió dentro de "Toto".
En concreto, la medida busca desarticular el “rulo” o “puré”, una maniobra que permitía obtener ganancias inmediatas aprovechando la brecha entre cotizaciones, la cual afecta al Central si se encuentra vendiendo reservas en el mercado oficial, como ocurrió días atrás cuando se deshizo de 1.100 millones de dólares en tres días para contener la escalada del dólar.
Presionado por el FMI y Estados Unidos, Caputo sabe que tiene que recaudar todo lo necesario para afrontar los vencimientos de deuda que se aproximan y que a su vez representan la principal hoja de ruta acordada para recibir un apoyo contundente luego del 26 de octubre.
Por último, en el frente político, el gobierno libertario informó que reeditará el lunes una reunión del Consejo de Mayo bajo la coordinación del jefe de Gabinete, Guillermo Francos. El coordinador de ministros recibirá a los representantes de cada actor social con la intención de avanzar en los 10 puntos del Pacto de Mayo firmando en Tucumán.
MÁS INFO
De esta forma, asistirán a la convocatoria prevista para la mañana del lunes los seis consejeros que representan al Poder Ejecutivo, al Legislativo, las provincias firmantes, organizaciones sindicales y entidades empresariales. El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, se presentará por parte del Poder Ejecutivo mientras que el interlocutor de las provincias será el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo.
Aunque posteriormente simbolice solo una pantalla, se trata de un mensaje de intención de búsqueda de consensos con mira a Estados Unidos. En una ronda con periodistas en Nueva York, el propio Caputo había deslizado que era necesario buscar diálogo con otros sectores para alcanzar reformas que el oficialismo tendrá que validar en el Congreso, un pedido expreso de Bessent.
Así las cosas, Estados Unidos tomó el control de la situación y le dictó los pasos a seguir al Gobierno, que, con torpeza, intentó seguir estrictamente a lo largo de la semana.