El mercado percibe terror en los movimientos contradictorios del tándem Milei-Caputo

En diálogo con El Destape, Alejandro Vanoli, ex titular del BCRA, Christian Buteler, analista de mercado y Eduardo Hecker, titular de la consultora Vectorial analizaron las últimas medidas -contradictorias- del Tesoro y BCRA y su impacto en el mercado. 

15 de agosto, 2025 | 00.05

La administración Milei parece cada vez más enterrada en una suerte de pantano monetario y cambiario generado por las marchas y contramarchas del programa económico ejecutado por el ministro Luis Caputo. Luego de una licitación para renovar 15 billones de pesos en deuda que no convenció al mercado, a pesar de la convalidación de tasas de interés astronómicas, el Banco Central y el Tesoro se vieron compelidos en anunciar otra batería de medidas de emergencia (una nueva suba de los encajes bancarios, un mayor porcentaje para integrar dichos encajes con títulos y otra licitación) que generaron más ruido en un mercado, ya de por sí, en ebullición.

De los 15 billones de pesos que se habían puestos en juego esta semana para renovar en títulos de deuda pública, el Tesoro solamente consiguió renovar el 61% de esos vencimientos. Se calcula que los bancos públicos nacionales y el Fondo de Garantía de Sustentabilidad pusieron dos de cada tres pesos que logró absorber el Tesoro. El sector privado, principalmente los bancos, desconfían del Gobierno por eso se mantuvieron al margen de la licitación.

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El Destape analizó este complejo escenario pre electoral con el analista Christian Buteler, el ex titular del Banco Nación y titular de la consultora Vectorial, Eduardo Hecker; y el ex presidente del BCRA, Alejandro Vanoli.

El terror de los mercados

“Las dudas políticas vinculadas al desempeño electoral del Gobierno van creciendo día a día y con ello, las propias dudas sobre el futuro del esquema cambiario”, analizó en el arranque de una conversación con El Destape el ex titular del BCRA, Alejandro Vanoli. En otras palabras, todos los esfuerzos contradictorios que viene llevando adelante el Poder Ejecutivo para “contener” el tipo de cambio llevan un cartel rojo que dice “devaluación” post electoral.

“Por eso ni los bancos, ni los inversores institucionales quieren cargarse de bonos en pesos; no quieren los papeles con vencimiento a mediano plazo ni tampoco los de corto porque no hubo ofertas para cubrir el cupo máximo de letras de corto vencimiento. La desconfianza parece total”, lanzó Vanoli.

La principal señal que encendió el nerviosismo del Poder Ejecutivo –y el derrotero de medidas que le siguieron- fue cuando el JP.Morgan anunció el desarme de su propio esquema de carry trade al cierre de junio. Luego, sobrevino una sensación de terror entre los integrantes del equipo económico. Al menos así lo entiende Eduardo Hecker, titular de la consultora Vectorial y ex presidente del Banco Nación.  

“El nuevo nivel de encajes pensado para achicar la liquidez del mercado revela una mezcla de nerviosismo y mucho terror. También veo inconsistencia en el planteo oficial de que la inflación es solamente un fenómeno monetario; aun con una política fiscal contractiva, parece que hay margen de que el dólar siga subiendo y se traslade a precios”, analizó Hecker.

La suba de encajes no será “gratuita”, tampoco la convalidación de altísimas tasas de interés. El tándem Milei–Caputo se para sobre un altar que sacrifica cualquier atisbo de crecimiento económico.

“Creo que la prioridad de este Gobierno es contener cualquier atisbo de aumento de precios, sacrificando la posibilidad de alguna remota reactivación económica. Y eso implica un impacto directo en el nivel de empleo, en los ingresos y un escenario de crisis para las empresas. Este es un Gobierno que posee una ecuación de una sola incógnita: la tasa de inflación. Y el instrumento ha sido la política fiscal. Ahora lo que veo es una mezcla de terror a que se les descalabre su único objetivo”, concluyó el titular de la consultora Vectorial.

Nada marcha acorde al plan

El derrotero de medidas contradictorias arrancó con una primera suba de los encajes no remunerados, elevando el requisito para las cuentas a la vista del 30 al 45. Este jueves, el BCRA dispuso de otra suba de los encajes hasta el 50%. Un mayor nivel de encajes impacta en el mercado de pesos al aumentar el spread (diferencial) entre la tasa pasiva y activa. Como resultado, los bancos deciden desarmar sus tenencias en títulos públicos para cumplir con dicha normativa.

En la licitación de esta semana, el Tesoro limitó la oferta de las LECAP más cortas: no ofreció a 15 días y les puso un tope a las letras a 30 días y 45 días. El objetivo era evitar cargar de vencimientos la previa a las elecciones provinciales (septiembre) y nacionales (tercera semana de octubre). Por ende, ya era esperable un menor nivel de rollover del total de la deuda que vencía en la semana.

- ¿Qué puede salir mal?, se habrán preguntado en el equipo económico. Por eso abrieron el paraguas y permitieron una ventanilla de Pase Activo contra letras con vencimiento mayor a 60 días. Al contrario de la medida anterior, esta movida promovía un mayor rollover pero con un incremento del circulante (por el Pase Activo).

Desde que sonaron las alarmas encendidas por el desarme del JP.Morgan, nada marcha acorde al plan. “Obviamente hay una desprolijidad en el manejo de la deuda y la cuestión monetaria de los últimos meses, para llamarlo de una manera elegante. Hasta hace unos meses, el equipo económico se manejaba con mayores certezas. La situación cambió y eso se ve un poco en el nivel de las tasas de interés”, analizó Christian Buteler.

Entre marchas y contramarchas, el mercado (el Poder Económico real) le sigue mandando un mensaje conciso al Poder Ejecutivo.

“A los bancos no les convence la manera en que el Tesoro y el BCRA quieren manejar su liquidez diaria. Ven que no están dadas las condiciones para gestionar la situación con instrumentos que vencen cada 30 días. Es más, al final lo que hizo el BCRA con la suba de los encajes remunerados fue volver un poco al esquema de las LEFI (que desarmaron abruptamente). La función que cumplirá este nuevo encaje integrado con títulos del Tesoro es exactamente la misma función que cumplían las LEFI”, concluyó Buteler.