La economía global atraviesa cambios estructurales que moderaron a 2,7% las proyecciones de crecimiento para este año y que se espera ahora un freno más fuerte por el impacto del precio del petróleo que generó la agresión de Israel a Irán y la posibilidad que se generalice la guerra en medio oriente.
El crecimiento mundial estaba perdiendo impulso y de registrar 3,1% el año pasado se esperaba que lo haga 2,7% este año, según las Perspectivas Económicas Mundiales del Instituto Internacional de Finanzas, la entidad que apadrinan los principales bancos internacionales y los más grandes fondos de inversión globales.
Esa proyección fue realizada en los días previos a que Israel ataque sorpresivamente a Irán, iniciando una guerra que puede tener carácter regional y que tuvo una primer impacto global con la suba del precio del petróleo tanto en las versiones Brent como WTI, que se ubicaron en torno de los 75 dólares el barril.
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Una de las estrategia centrales de la administración de Donald Trump fue buscar una caída del precio internacional del petróleo, que otorgue espacio para que las empresas absorban los incrementos de aranceles con una mínima transmisión a los precios internos, pese a que la opinión generalizada es que la guerra comercial centrada en la relación con China va a generar inflación.
La agresión de Israel revirtió la baja del petróleo y en el fin de la semana el Brent, de referencia para Europa, cotizaba a 74 dólares el barril y el WTI, de referencia para Estados Unidos, en 73 dólares el barril, después de haber alcanzados másximos de 78 dólares el barril.
Un informe de la la ALyC Invertir en Bolsa (IEB) advirtió que “el contexto internacional continúa marcado por una alta incertidumbre producto del incremento en los precios del crudo, la falta de claridad en los pactos internacionales y la posibilidad de una reforma impositiva para inversores extranjeros en Estados Unidos”.
La consultora Outlier consideró que “será clave ver cuál es la persistencia del impacto del conflicto en medio oriente sobre los precios del petróleo. Si los ataques terminan por precipitar el acuerdo nuclear de Trump, la descompresión puede ser rápida. Lo contrario podría ocurrir si Irán se endurece y empieza a atentar contra instalaciones norteamericanas y petroleras”.
La administración de Trump intentó distanciarse del ataque israel, pero el propio presidente instó a Irán a aceptar un acuerdo nuclear para evitar nuevos ataques y dijo que no está preocupado de que estalle una guerra regional en Medio Oriente.
La desaceleración esperada es generalizada, pero desigual y mientras se espera que Estados Unidos crezca sólo 0,3 % en el cuarto trimestre de este año, la zona euro y Japón crecerán 0,7% y 0,1 %, respectivamente y los mercados emergentes, excluida China, 3,6 %, por debajo de su ritmo prepandemia.
El IIF, había advertido que “el crecimiento de EE. UU. se desacelera drásticamente, con la expansión fiscal y la incertidumbre arancelaria influyendo en la confianza” de los agentes económicos. “Los indicadores de confianza del consumidor continúan deteriorándose, mientras que las expectativas de inflación se mantienen elevadas” y “la confianza empresarial también se ha vuelto negativa”, evaluó.
Las señales de debilitamiento de la demanda interna “se han hecho más evidentes” en Estados Unidos, evaluó el IIF y se referenció en los indicadores de confianza del consumidor, como la encuesta de la Universidad de Michigan, que continúa deteriorándose, mientras que las expectativas de inflación se mantienen elevadas.
“La confianza empresarial y los indicadores prospectivos se han tornado negativos” y “al mismo tiempo, la política fiscal sigue siendo estimulante”, evaluó.
El mercado tiene una crítica central sobre el presupuesto federal, que la administración de Donald Trump definió como “el proyecto de ley grande y hermoso” y que obtuvo la aprobación en la Cámara de Representantes y está a la espera de la aprobación del Senado.
Ese proyecto “podría ampliar aún más los déficits fiscales, exacerbando las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda a medio plazo”. además de cuestionar “el regreso de los aranceles (que) ha intensificado la incertidumbre global”.
La eurozona, en tanto, enfrenta “sus propios retos para alcanzar el crecimiento futuro” y Japón “se está alejando gradualmente de una política monetaria ultra expansiva”, evaluó un informe conocido esta semana. Ambas economías “se enfrentan a un crecimiento moderado, limitado por ajustes fiscales y monetarios divergentes”.
“El crecimiento de China se mantiene moderado, cumpliendo sus objetivos pero con una composición muy específica, y sigue dependiendo en gran medida del apoyo político, lo que limita las repercusiones globales”, evaluó el IIF en el informe pre ataque de Israel.
Para el resto de las economías, identificadas como mercados emergentes, el IIF observa una asignación de capital “cada vez más selectiva y sensible a las políticas”.
Flujo de capitales condicionado a estabilidad política
El IIF estimó que el flujo de inversiones en la economía real, denominado Inversión Extranjera Directa, estará condicionada tanto por las políticas de intervención de Estados Unidos como “las tensiones comerciales, las respuestas divergentes a la inflación y la elevada carga de la deuda” que están “reconfigurando la asignación de capital a nivel mundial”.
Mientras que “los flujos de no residentes hacia los mercados emergentes parecen estables, pero los inversores son cada vez más selectivos, priorizando a los países con marcos de políticas sólidos y una sólida situación fiscal”.
“La inversión extranjera directa se mantiene estable en mercados importantes como India y Brasil, mientras que los flujos de cartera se recuperan con cautela, especialmente en los mercados de deuda en moneda local, donde los rendimientos reales se mantienen atractivos”, añadió.