La paliza electoral que sufrió el Gobierno en la provincia de Buenos Aires pondrá al programa económico contra las cuerdas en una semana crucial. El Tesoro quemó dólares para mantener a raya al tipo de cambio en la previa de los comicios y le queda poco liquidez para salir a intervenir el mercado. Hasta las nacionales de octubre, habrá 34 jornadas financieras para frenar la suba del tipo de cambio y al ministro Luis Caputo le quedan poco más de mil millones para operar.
El domingo por la noche, el presidente Javier Milei reconoció la paliza que recibió La Libertad Avanza en las elecciones de la provincia de Buenos Aires y aseguró que el esquema cambiario no será modificado a partir del resultado. Además, sostuvo que el Gobierno profundizará el modelo económico basado en el ajuste.
Desde el búnker de La Libertad Avanza, Milei afirmó tras la derrota: "Vamos a mantener el esquema cambiario, la desregulación, el equilibrio financiero y monetario". Minutos después, Caputo reforzó: "Nada va a cambiar en lo económico. Ni en lo fiscal, ni en lo monetario, ni en lo cambiario. Un abrazo a todos".
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Sin embargo, si el mercado toma para mal el resultado electoral, será porque el gobierno libertario le dio una relevancia equivalente al futuro del programa económico. En la semana previa a las elecciones bonaerenses, el Gobierno intensificó su estrategia de intervención en el mercado cambiario para contener la suba del dólar, rompiendo las bases del acuerdo con el FMI. Según estimaciones privadas, el Tesoro habría vendido cerca de U$S 500 millones entre el martes y el viernes, en un intento de mostrar estabilidad en los días previos a los comicios.
La maniobra dejó una fuerte señal de debilidad: el Riesgo País superó nuevamente los 900 puntos y encendió luces de alarma sobre la sostenibilidad de la estrategia económica. Más de la mitad de esas divisas –unos U$S 280 millones-se habrían colocado en la última rueda antes de las elecciones, en un mercado en el que se operaron U$S 566,5 millones. De esa forma, el Tesoro terminó aportando prácticamente la mitad de los billetes, mientras el Banco Central intensificaba su presencia en el mercado de futuros para intentar dar una señal de control.
El dólar mayorista, que había arrancado la semana en $ 1.380 tras un salto inicial, cerró el viernes en $ 1.355, con una baja de $ 7,50 respecto de la jornada anterior. El economista Salvador Vitelli, de Romano Group, señaló que “desde el martes podría decirse que volvió el crawling peg”, en referencia a la devaluación administrada que recuerda a etapas pasadas de la política cambiaria argentina.
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No obstante, la aparente calma cambiaria tuvo un costo alto: el Gobierno gastó alrededor del 30% de la munición líquida de U$S 1.669 millones con la que contaba el Tesoro antes de estas intervenciones.
La contracara de esta apuesta fue la reacción negativa de los inversores. Los dólares utilizados estaban originalmente destinados a reforzar las reservas y atender futuros pagos de deuda. El resultado fue inmediato: el riesgo país trepó por encima de los 900 puntos, luego de cerrar agosto en 829.
Qué pasará con el dólar tras la paliza electoral en provincia de Buenos Aires
En concreto, al Tesoro le quedarían U$S 1,126 Millones de depósitos en dólares para sostener el precio del dólar por debajo del techo de la banda, situada en $ 1.470. La encerrona a la que se condenó el Gobierno fue haber condicionado la evolución del programa a las elecciones bonaerenses, cuyo resultado dispara la volatilidad ante la fragilidad política. Si no cambia el humor a partir del lunes, se acabarán rápido sus municiones.
Al futuro sombrío se añade el último dato publicado por el Banco Central. Los depósitos en moneda extranjera del sector privado cayeron en agosto, un hecho que contradijo las expectativas del Gobierno. La retracción fue de 281 millones de dólares en el mes, lo que dejó un saldo de 32.300 millones de dólares. Este descenso se produjo después de cuatro meses consecutivos de crecimiento.
El comportamiento de los depósitos fue dispar a lo largo del año. Se observó una disminución de aproximadamente 4.200 millones de dólares entre enero y marzo. Sin embargo, tras la finalización del cepo cambiario y la recepción de un préstamo de 12.000 millones de dólares del Fondo, el 14 de abril, la sangría se detuvo. Los depósitos se recuperaron en los meses siguientes, sumando 3.300 millones de dólares en abril, mayo y julio. De esta manera, el aumento total de los depósitos en moneda extranjera, en comparación con diciembre de 2024, fue de apenas 900 millones de dólares.
A pesar de este panorama, las compras de dólares por parte de individuos superaron de manera significativa las ventas. En los cuatro meses que siguieron a la flexibilización parcial del cepo, la gente adquirió un total de 10.134 millones de dólares, mientras que las ventas sumaron 1.182 millones de dólares. El saldo de estas operaciones arrojó la cifra de 9.000 millones de dólares.
Los datos reflejaron que una parte de los dólares adquiridos se resguardaron fuera del sistema financiero, en cajas de seguridad o cuentas en el exterior. Esto fue contrario a lo que esperaba el Ministerio de Economía, que buscaba que los individuos depositaran los billetes.
Desde el Banco Central señalaron que, desde la salida del cepo, solo 9.000 millones de dólares correspondieron a operaciones de “ahorro”. Una gran parte de estos se quedaron en el sistema vía aumento de depósitos en dólares y otra parte regresó como venta a través del dólar MEP o contado con liqui. Por su parte, el “ahorro” que salió del sistema rondó los 3.000 millones de dólares.
Para el cierre de esta noche de domingo, el dólar cripto volaba por encima de los 1.400 pesos, tal como el transado en la cuenta de Mercado Pago. Sin modificaciones extraordinarias en el programa, al Gobierno le quedan 34 jornadas financieras de agonía hasta que lleguen las elecciones legislativas nacionales.