La clase trabajadora y los sectores medios atraviesan una crisis de ingresos y un persistente aumento de la precariedad en las condiciones de vida. Ese es el modelo de la administración Milei que busca como horizonte tener una sociedad cada vez más igualitaria en sus condiciones de pauperización.
De acuerdo al Indec, el coeficiente de GINI pudo haber arrojado una mejoría en relación al tercer trimestre del 2024, lo que implicaría una sociedad un poco más igualitaria, en las estadísticas. Los ingresos del decil más rico de la población se multiplican por 13 en relación al 10% más pobre. El 80% de la población tiene un ingreso per cápita familiar que no supera el millón de pesos.
Los datos sobre el mercado de trabajo confirman la pauperización con un alza sostenido de los llamados cuentapropistas informales. ¿Cuántos derechos van a ganar los trabajadores informales con la reforma laboral de Milei? La pregunta es retórica.
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Una igualdad que empobrece
El coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar de las personas fue de 0,431 para el tercer trimestre de 2025, mientras que en el mismo trimestre de 2024 el valor fue de 0,435, lo que muestra una disminución de la desigualdad en la comparación interanual. Esta es una verdad relativa, o aparente, teniendo en cuenta que el programa económico del Gobierno conlleva el achatamiento de toda pirámide social.
La crisis de ingreso es motivada por la disparada de condiciones laborales de informalidad, cuya consecuencia son los malos salarios. De acuerdo al INDEC, el 62,8% de la población total (18.822.792 personas) percibió algún ingreso, cuyo promedio fue igual a 993.771 pesos.
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En la comparación por deciles se observa la fuerte desigualdad. El 40% de la población tiene ingresos promedio que no superan los 350.000 pesos ($332.944). El 80% de la población cobra menos de un millón de pesos. Dato oficial, no relato.
En la comparación de los ingresos por hogar (donde se cuentan más de un ingreso por vivienda) la cosa tampoco luce tan bien. El 70% de los hogares integrados por más de dos personas con ingresos no superan los 2 millones de pesos ($1.921.479).
¿Cómo se llegó a esta situación? La reforma laboral enviada por el Poder Ejecutivo no está pensada ni para generar más empleo ni otorgar mayores derechos laborales sino que profundizará los actuales indicadores de pauperización social. Las consecuencias de la motosierra sobre los trabajadores y la clase media se observan en las estadísticas oficiales.
Un mercado laboral pauperizado
Al tercer trimestre de este año, los asalariados con ingresos formales llegaban a las 6.160.533 personas, apenas 16.872 más que durante el mismo período del 2024. En cambio, se registró un alza de 53.310 asalariados informales en la comparación interanual. Esta es una tendencia que se corrobora a lo largo de los dos años de gestión de La Libertad Avanza.
En la comparación interanual, el crecimiento del empleo se explicó exclusivamente por un cambio regresivo en la estructura ocupacional. En términos agregados, el año evidenció una tasa de empleo que sube (45,0% → 45,4%) y una desocupación que baja (6,9% → 6,6%). Pero el dato clave es que ese avance convivió con una caída del peso del trabajo asalariado dentro del total de ocupados (73,1% contra 71,9%); por el contrario, se registró un aumento del cuentapropismo (23,3% - 24,5%).
“El incremento del empleo en el último año no sólo se explicó exclusivamente por el cuentapropismo, sino más precisamente por el cuentapropismo informal, mientras el resto de las categorías o bien se estancaron o bien se redujeron (ver gráfico 4). En concreto, esto significa que el mercado laboral “mejora” principalmente por la vía de estrategias de rebusque y autoempleo de subsistencia”, puede leerse en un reciente informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) que coordina Claudio Lozano.
La única categoría que logró incrementar el empleo fue aquella que genera los peores ingresos. Según los últimos datos disponibles, los trabajadores y trabajadoras por cuenta propia informales poseen ingresos medios que se ubican un 54% por debajo de la media y una tasa de pobreza que más que triplica a la de los asalariados formales.
Según datos del Indec, el ingreso medio por decil para los ocupados con ingresos formales fue de 1.247.462 frente a los 535.802 pesos del ingreso medio por decil de los ocupados informales.
“Ese patrón es consistente con el telón de fondo productivo. El balance de actividad del período muestra que el crecimiento interanual se apoya de manera desproporcionada en rubros con bajo efecto multiplicador sobre empleo asalariado (por ejemplo, intermediación financiera y minas y canteras), mientras retroceden ramas típicamente generadoras de empleo en relación de dependencia, como industria y construcción”, concluyó el documento del IPyPP.
