El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, adelantó que trabajan con el gobierno de Javier Milei para dar de baja la quita de retenciones luego del 31 de octubre. Incluso antes de firmar el paquete de salvataje financiero, el país del Norte ya se inmiscuyó en el manejo de la política de comercio exterior y con este aviso, apura la liquidación de los grandes productores. Sólo estos tres días se presentaron Declaraciones Juradas de Venta al Exterior por un equivalente a USD 4.180 millones, es decir, quedan USD 2.800 millones para alcanzar la meta de 7.000 millones impuesta por el Gobierno.
"Estamos trabajando con el gobierno argentino para poner fin a las exenciones fiscales para los productores de materias primas que conviertan divisas", señala la traducción del mensaje escrito por el funcionario norteamericano en la red social X. En diálogo con este medio, diversos actores del negocio agropecuario coincidieron con la interpretación de un pedido explícito de que regrese la imposición de derechos de exportación. Es importante recordar que la medida anunciada por el Gobierno lleva poco más de 24 horas de vida.
En principio, la exigencia suena a una "apurada" para que los productores liquiden urgentemente y refuercen el flujo de dólares bajo la extorsión de que luego del 31 de octubre se termina la exención fiscal. Es que a Estados Unidos no le sirve este esquema.
Se infiere que el paquete de asistencia financiera que anunció Bessent estará condicionado a que el gobierno argentino siga las reglas impuestas por los norteamericanos. Las retenciones pueden ser apenas el botón de muestra.
¿Soja libre para China? ¡Out!
Actores del mercado agrícola internacional afirmaron que China, el mayor importador de soja del mundo, enfocó drásticamente sus comprar al grano argentino, después de que el Gobierno eliminara hasta el 31 de octubre las retenciones a la exportación de los granos; anuncio que hizo temporalmente competitivos sus precios.
La guerra comercial por lo aranceles que China y Estados Unidos disputan en el comercio internacional generó que el gigante asiático dejara de comprar soja estadounidense. Como Argentina eliminó el impuesto, los compradores chinos se reservaron unos 20 cargamentos, más de un millón de toneladas de soja argentina, dijo un operador a El Destape.
Con un arancel del 50%, la soja estadounidense se convirtió muy cara para los compradores chinos. Por su parte, el país gobernado por Donald Trump no quiere que China tenga una ventana abierta de compra tan accesible. En definitiva, se trata de un muñequeo directo sobre la política comercial exterior nacional.
Ahora resta saber qué harán los productores. Si liquidan con la certeza de saber que después del 31 se termina por el condicionamiento norteamericano o si igualmente especulan con una derrota electoral del Gobierno que acelere una devaluación del tipo de cambio. El veranito de mercado que inaugura el acuerdo con Estados Unidos puede inclinar la balanza a la primera opción.