Las empresas, los inversores y algunos ahorristas se llevaron este viernes 678 millones de dólares de las reservas del Banco Central al precio prefijado de 1.474 pesos por unidad y en solo tres jornadas se esfumaron 1.113 millones de los dólares prestados por el Fondo Monetario Internacional, en un ritmo que se considera insostenible y que alentó las versiones del anuncio de medidas durante el fin de semana.
El Gobierno siguió desorientado la jornada y el presidente Javier Milei volvió a culpar a la debilidad política después de las sucesión de derrotas electorales, mientras en el mercado solo se observa la inconsistencia de la política monetaria y cambiaria y aprovecha para llevarse todos los dólares baratos que pone en oferta el ministro de Economía, Luis Caputo, y su amigo y socio en la actividad, el presidente del Banco Central, Santiago Bausili.
La sucesión de ventas de los dólares del FMI arrancó el miércoles, con 56 millones; siguió el jueves, con 379 millones y este viernes, con 678 millones entró en el “top ten” de las mayores ventas diarias desde que se creó el mercado oficial de cambios en enero de 2003. En las semanas previas, las ventas fueron de las divisas acumuladas por el Tesoro por un monto estimado en los 1.000 millones de dólares.
La pérdida de consistencia del programa monetario y cambiario se reflejó en la caída en el valor de los activos financieros, con otro derrumbe de 0,9% en el Merval medido en dólares que ya lleva perdidos 26,6% en el mes y 49,7% en el año. Los ADR operaron mixtos, con mayor castigo a los bancos, que se sospecha van a registrar fuertes pérdidas en sus balances provocados por la política restrictiva del BCRA.
Los títulos públicos de referencia cayeron en dólares 1,8% el AL30 y 3,2% el GD30 y se volvieron a disparar los Credit Default Swaps (CDS) que este viernes subieron a 1.300,97 puntos, según el portal de información financiera Cbonds.es, en los contratos de seguros de default a seis meses, el nivel más alto en todo un año.
MÁS INFO
La corrida contra los activos financieros se trasladó a los títulos públicos en pesos generando un doble efecto: primero, confirma que “siempre hay pesos” para comprar dólares, desacreditando una de las premisas de Milei y Caputo cuando opinaban que no había pesos para correr al dólar.
El segundo, y más complejo, el Tesoro debe enfrentar dentro de una semana una nueva renovación de deuda y en la medida que se desplome el precio en el mercado secundario subirá la tasa que deberá convalidar para seducir ahorristas y evitar que se vayan con esos pesos a comprar más dólares.
Mientras en el mercado se concentra en las inconsistencias del plan, Milei siguió culpando a la política de la crisis del modelo monetrio y cambiario acordado con el Fondo Monetario Internacional. “Todo el pánico es político, si el 26 de octubre pintamos a la Argentina de violeta, va a ser posible el sueño argentino de hacer grande a la Argentina nuevamente", dijo Milei este viernes en la Bolsa de Comercio de Córdoba ante el denominado Círculo Rojo.
El oficialismo libertario acumuló varias derrotas electorales y el electorado tradicional de Cambiemos que lo acompañó para darle el triunfo en territorio porteño dejó de hacerlo en provincias como Corrientes, donde salió cuarto, y en Buenos Aires, donde planteó el comicio como un plebiscito a la gestión nacional y perdió sorpresivamente por 13 puntos.
Esa pérdida de apoyo popular se trasladó al Congreso, donde acumuló varias derrotas, que van generando la dinámica de la crisis: falta de resultados económicos palpables para la mayoría de la sociedad; difusión de actos de corrupción que llegan directo a la Casa de Gobierno e involucran a los hermanos Milei; pérdida de apoyo popular primero en las encuestas y traducido en las urnas; pérdida de apoyo político en el Congreso; potenciación de la crisis cambiaria.
El mercado observó esa secuencia y pese a la declaración del ministro Caputo de que venderán hasta el último dólar para defender el techo de la banda, espera que durante el fin de semana el Fondo Monetario Internacional haga algún comentario y se anuncien medidas para frenar la demanda de divisas.
Las tres medidas que se analizan en el mercado frenarían la demanda de dólares, pero complicarían todavía más las posibilidades electorales del oficialismo libertario generando una aceleración de la crisis.
1. Cepo: Es el de más rápida instrumentación y el más efectivo e implicaría limitar la capacidad de las personas de comprar dólares en el mercado oficial. Si se aplica, generaría una brecha con los dólares financieros que aumentaron las expectativas de devaluación y acelerarán la inflación.
2. Liberar la banda de flotación y permitir una devaluación (el BCRA mantendría poder de fuego para administrar el proceso). El salto del dólar provocará un inmediato traslado a precios, aún en un contexto de recesión profunda de la economía. La decepción, en especial entre los sectores sociales afines al liberalismo, se traduciría en menor acompañamiento electoral.
3. Un nuevo impuesto a la compra de divisas o al turismo, similar al impuesto PAIS que derogó esta administración, que frenaría una de las mayores demandas pero también provocaría la ampliación de la brecha con las consecuencias económicas.
El mercado percibe que el actual sistema no es sostenible por mucho tiempo y si no es ahora, cada semana que pasará quedará en una posición más débil para cualquier salida que intente adoptar.