Las importaciones siguen creciendo de manera mucho más acelerada que las exportaciones. Este escenario complica las pretensiones de la administración de Javier Milei de sumar divisas por fuera de lo que es el endeudamiento externo. De acuerdo al último dato del Indec sobre el intercambio comercial, durante mayo las ventas hacia el exterior tuvieron una caída del 7,4% mientras que las importaciones registraron un alza del 29%. El resultado de la balanza apenas aportó un saldo de 608 millones de dólares.
Según los últimos datos informados por el Indec, durante el quinto mes de año las exportaciones totalizaron los 7095 millones, lo que representó una caída interanual de 7,4%. Esta baja fue impulsada por una caída del 6,0% en las cantidades exportadas y de 1,5% en los precios.
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Al comparar la situación de las importaciones, los datos oficiales indican que hubo una disminución de los precios pero una fuerte alza de las cantidades adquiridas desde el exterior. “Las importaciones de mayo alcanzaron un total de USD 6.488 millones, lo que representó un incremento interanual de 29,4%. Este crecimiento se atribuye a un aumento de 39,4% en las cantidades, en tanto que los precios registraron una disminución de 7,0%”, puede leerse en el informe citado. Es decir, las cantidades de bienes y productos importados aumentaron un 40%.
La salida de dólares, como consecuencia de la apertura indiscriminada de la administración Milei, es permanente. Tal resultado de mayores importaciones no redunda en un incremento de la actividad económica. Quizás, todo lo contrario.
En el rubro bienes de consumo, donde se aplicaron las mayores aperturas arancelarias, se destinaron 900 millones de dólares, con un alza del 75 por ciento en la comparación interanual. Este segmento representó el 13% del total de las importaciones, cuando hace un año representaron solo el 10% del total.
En bienes de capital se registró una importación por 1200 millones de dólares, un alza del 69%. Pero sin dudas, el mayor incremento porcentual se dio en el rubro automotor, con un alza del 160 por ciento (495 millones de pesos).
“Muy malos los datos de exportaciones de mayo. Aun con Vaca Muerta andando a toda velocidad, nuestras exportaciones cayeron. Mientras tanto, las importaciones crecen al 29%. Preocupante dinámica”, sostuvo el economista Daniel Schteingart.
No es para menos dicho análisis. Tanto los productos primarios, como la soja, las manufacturas de origen agropecuario y los combustibles y energía tuvieron números negativos.
En el caso de los combustibles, la merma fue del 29%, explicado por una caída de los precios del 13% y en un 18% por las cantidades. “Las exportaciones disminuyeron 34,9%, principalmente por la caída en las ventas de aceites crudos de petróleo (-44,2%); y de gas natural en estado gaseoso (-17,4%). Por otro lado, las importaciones registraron un descenso de 33,6%, debido a menores compras de gas natural en estado gaseoso; y de gas natural licuado; entre otros productos”, puede leerse en el informe del Indec.
En el caso de los productos agropecuarios, la caída fue del 1,4% y de un 11% en sus manufacturas. Pero hacia el interior de esta categoría, los quebrantos fueron mayores. “En mayo de 2025, la balanza comercial (exportaciones menos importaciones) de los principales productos derivados del cultivo de la soja y sus subproductos alcanzó un valor de USD 1.477 millones, 31,7% inferior al registrado en el mismo mes del año anterior (-USD 684 millones)”, sostuvo el informe del Indec.
Las exportaciones sumaron USD 1.800 millones y descendieron 28,4% con respecto al mismo período del año anterior (-USD 714 millones). Este resultado fue producto de una caída tanto de precios como de cantidades, de 5,9% y 23,9%, respectivamente.
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Las ventas acumuladas de la campaña 2024-25 de productores de soja al cierre de mayo (incluyendo las compras totales de exportación y de la industria aceitera) llegaron a las 17,7 millones de toneladas, en comparación con las ventas totales de 39,3 millones de toneladas de la campaña 2023/24.
El sector exportador, en muchos casos integrado con los grandes acopios y productores sojeros, estuvieron aguantando las compras como forma de presionar a las autoridades nacionales en su intento por mantener las actuales alícuotas tanto para soja como maíz.
“El patrón de inscripción de las declaraciones juradas de venta al exterior de manera adelantada, es decir para ser comercializadas recién en el segundo trimestre del año siguiente solía ser considerable. Sin embargo, esto no ocurrió en 2024 y tampoco se corrobora en lo que va de 2025”, indicaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario.
Sin embargo, en los primeros once días hábiles de junio se dio una aceleración en la inscripción de las declaraciones juradas de ventas al exterior. De acuerdo a lo informado de manera diaria por la Bolsa de Comercio de Rosario, se acumularon DJVE de aceite, porotos de soja y subproductos por un total de 2.238.820 toneladas. En los últimos siete días hábiles de mayo se habían anotado 879.000 toneladas.
Es decir, en las primeras dos semanas del mes, las declaraciones juradas de venta al exterior tuvieron un incremento del 154% en relación a la última semana de mayo. Esos siete puntos de diferentes en los derechos de exportación de soja pueden ser 40.000 pesos menos por tonelada para los productores. Entonces, la pregunta es, si suben las retenciones, ¿quién va a vender?
“En los últimos años mayo fue el mejor mes de liquidación del complejo oleaginoso y cerealero, y junio es el último mes de la baja transitoria de las retenciones a la soja. En este sentido pareciera difícil esperar una apreciación mayor del peso (el deseo del gobierno, no sólo para acumular reservas sino -y principalmente- para mantener a raya a la inflación) que provenga del ingreso de divisas del agro. Cabe preguntarse, entonces, cuál podría ser el valor del tipo de cambio una vez que se corra del mercado la oferta estacional de divisas del sector agroexportador y cobre mayor peso el turismo invernal y las importaciones de energía”, puede leerse en un reciente informe de la consultora Vectorial.
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