Crisis de Milei: la industria del calzado cordobesa opera al 50% de su capacidad productiva

La caída del consumo y la apertura de importaciones generan consecuencias que terminan con despidos, suspensiones y fábricas paradas. Desde la Cámara del Calzado provincial alertaron sobre "cierres silenciosos" de empresas que por su tamaño no generan repercusión mediática.

18 de agosto, 2025 | 12.34

La industria del calzado vive un momento crítico desde la llegada del presidente Javier Milei. La combinación de caída del consumo interno, apertura agravada de importaciones y ventas por plataformas digitales generó despidos y amenaza a un sector que emplea a cientos de trabajadores en la provincia de Córdoba

El presidente de la Cámara de la Industria del Calzado de Córdoba, Jorge Chali, evidenció la gravedad de la situación que atraviesa el territorio cordobés: "Hoy tenemos un nivel de actividad de menos del 50% de las posibilidades productivas que tenemos en la provincia". Esta drástica reducción se traduce en despidos, suspensiones y fábricas paralizadas en un sector dominado por pequeñas y medianas empresas.

El dirigente empresarial explicó que "la mayoría de las fábricas de calzado de Córdoba" son pymes que tienen "entre 10 y 20 obreros", lo que representa más de 150 empresas distribuidas en toda la provincia según el último censo sectorial. Sin embargo, el impacto trasciende el empleo directo: "Nosotros somos multiplicadores de empleo porque también le consumimos a otras empresas que también son pymes de mano de obra intensiva", advirtió Chali en declaraciones para Radio Continental Córdoba.

La crisis del sector se agrava por la competencia desleal de productos importados que ingresan con menores costos y cargas impositivas, lo que atenta contra la industria nacional. "El producto que viene importado viene de lugares en donde el costo laboral es menos de la mitad y donde tienen fomento a la industria, acceso a tecnología, acceso al crédito, una macroeconomía ordenada hace muchos años", detalló el presidente de la cámara empresarial.

Esta desventaja competitiva se acentúa en cada eslabón de la cadena comercial: "El costo industrial directo nosotros podemos competir, ahora cuando la empresa agrega el costo comercial, el costo impositivo, el costo financiero, ahí quedamos con un precio poco competitivo", explicó Chali.

El avance de plataformas digitales como Shein Temu profundiza el problema. Según datos del sector textil -que comparte similares desafíos con el calzado-, estas plataformas concentran la mayoría de los paquetes importados mensualmente, con Shein proyectando pasar de 250 mil a un millón de envíos mensuales en el país. El problema se extiende más allá de las fábricas: "Hoy en día también están viendo todos los comerciantes que son nuestros clientes, porque cuando compran directamente por las plataformas tampoco vende el comerciante", señaló el dirigente empresarial.

 

Impacto en el empleo: los despidos en la industria del calzado se replican en todo el país

La situación actual ya genera consecuencias concretas en el empleo. "Ya está habiendo despidos, suspensiones y fábricas paradas", confirmó Chali, quien además alertó sobre "cierres silenciosos" de empresas que por su tamaño no generan repercusión mediática, pero sí impacto social significativo.

A principios de año, la histórica fábrica de calzado DASS, ubicada en Coronel Suárez, anunció su cierre definitivo y dejó sin empleo a más de 400 trabajadores. Otro caso aún similar es el de la empresa Bicontinentar de Chivilcoy que decidió despedir a 130 trabajadores y continuar con la producción con un plantel de sólo 40 operarios. Señalaron que el motivo fue la baja abrupta de pedidos por parte de los clientes durante el último año. 

Pese al escenario adverso, Chali defendió la calidad y tradición de la industria cordobesa: "Nosotros tenemos capacidad y una cultura de la industria del calzado muy fuerte, casi centenaria, con una cadena de valor que se ha ido desarrollando con todos los golpes de la economía".

Sin embargo, reconoció que el tiempo para revertir la situación se agota: "El año pasado se pasó como se pudo y este año ya empieza a haber mucho más ruido. Si esto continúa así, el año que viene va a haber cierres definitivos que después son muy difíciles de remontar".