El Gobierno maneja la inflación con salarios pisados y la caída del consumo

El consumo de alimentos sigue cayendo y las familias encuentran un límite en la financiación con tarjetas de crédito. Aumenta la morosidad. 

12 de junio, 2025 | 19.53

La variación de los precios de los alimentos de mayo fue del 0,5%, según el último dato del IPC difundido por el Indec. Para el economista Haroldo Montagú, de la consultora Vectorial, el dato es significativo del escenario de pauperización social que se vive en la Argentina de La Libertad Avanza.

“Que los alimentos hayan subido tan poco nos dice que la demanda no se está yendo por ahí. El consumo masivo, especialmente el de alimentos, no repunta y comienzan a delinearse dos niveles de consumo bien diferenciados. Por otro lado, el IPC núcleo sigue creciendo por encima del nivel general, lo que significa que existe una presión contenida, con tarifas reguladas creciendo. Todo esto en línea con un tipo de cambio que no se mueve”, sostuvo Montagú en diálogo con El Destape.

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La administración Milei aplica como ancla para contener la inflación una sistemática baja salarial. Los recursos de las familias no alcanzan y la estrategia de financiar las compras en los supermercados con la tarjeta de crédito empieza a encontrar sus propios límites.

En este escenario de pauperización, una familia tipo necesitó reunir en mayo 1.110.000 pesos para no caer por debajo de la línea de pobreza.

Un ancla hacia el vacío

El ancla de los salarios para contener la inflación. Esa es la estrategia que se viene aplicando desde el Poder Ejecutivo. En otras palabras, un programa político de hambre.

“El Gobierno apuesta a la intervención o techos a las negociaciones paritarias para limar la puja distributiva y quebrar la inercia inflacionaria. Así lo muestran las últimas no homologaciones en sectores como metalúrgicos, comercio o transporte y los reiterados aumentos por debajo de la inflación a los trabajadores de la administración pública”, puede leerse en el informe “¿El ancla salarial reemplaza al ancla cambiaria?”, publicado por el Centro de Estudios Económicos y Sociales “Scalabrini Ortiz” (CESO).

Los salarios ni se percataron de los tibios indicios de recuperación de la actividad económica. Más bien, todo lo contrario. “El escenario no luce optimista”, sintetizó Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA – Autónoma.

“En marzo se destruyeron 9 mil puestos de trabajo formales, la mayoría en el sector privado). Contra noviembre de 2023 la caída asciende a 195.674 trabajadores (59% en el sector privado, 30% en el público y 11% en casas particulares. Y en abril, el salario en el sector privado medido por el SIPA, que no discrimina la cantidad de horas trabajadas, cayó por tercer mes consecutivo. Según la Secretaría de Trabajo perdió casi un 4% en los últimos tres meses y volvió a los niveles de noviembre de 2023”, sostuvo Campos.

“La cosa no viene bien”, insistió Campos en diálogo con El Destape. Es decir, el empleo formal luce estancado en sus mínimos registros desde hace varios meses y la supuesta recuperación salarial ya se agotó. “Crédito, dólares del colchón, lo que sea. El mercado laboral está necesitando alguien que lo empuje”, concluyó Campos.

Este escenario se traduce en una mayor pauperización para cientos de miles de familias en todo el país, que día a día deben enfrentar un galimatías para llevar adelante consumos tan básicos y esenciales como los alimentos.

Durante mayo, según datos analizados por la Cámara Argentina de la Mediana Empresa, el consumo de alimentos y bebidas registró un descenso del 7,6%, seguido por Ferretería, materiales eléctricos y de la construcción (-2,6%), Textil e indumentaria (-1,6%) y Calzado y marroquinería (-0,5%).

Jugando al ahorcado

El “ahorcado” es la estrategia de financiación vía tarjetas de crédito para la compra de alimentos, instrumento que empieza a encontrar sus propios límites. Desde noviembre de 2023 hasta abril de este año, las compras en supermercados pagadas con tarjeta de crédito pasaron de un 39,4% a un 45,9% (+6,5 puntos porcentuales). Durante el mismo período, la evolución de la participación de los pagos realizados con tarjeta de débito cayó de 33,3% a 27,0%.

“El aumento de la proporción de pagos con tarjeta de crédito responde a la reducción del ingreso disponible de los hogares y a una estrategia defensiva de las familias dirigida a sostener (o reducir lo menos posible) sus niveles de consumo. Esa estrategia defensiva de las familias fue complementada con préstamos personales (en pesos) y la venta de dólares (billetes”), puede leerse en el último informe de la consultora Vectorial.

Según un relevamiento nacional realizado por Centro de Almaceneros y Comerciantes Minoristas de la Provincia de Córdoba mostró que entre julio de 2024 y mayo de 2025, el porcentaje de hogares con deudas se mantuvieron por encima del 90% e indicadores como las deudas en situación irregular, las deudas con tarjeta de crédito destinadas a la compra de alimentos y los hogares que destinan más de un 30% de sus ingresos al pago de deudas empeoraron considerablemente.

El endeudamiento, que las familias consideraron una herramienta de utilidad para atender necesidades financieras que supuso transitorias, parece comenzar a configurarse como un aspecto estructural en un escenario de empobrecimiento de los hogares. Pero ya se perciben los límites de esta estrategia.

“En los últimos meses, se elevó la ratio de irregularidad (RI) en los préstamos otorgados a las familias hasta alcanzar el 3,3% en marzo (2,8% en las tarjetas de crédito, 4,1% en los préstamos personales). La irregularidad en los préstamos otorgados por proveedores no financieros de crédito fue del 9,4%”, concluyó el trabajo de Vectorial.

La Argentina, al límite.