Los supermercadistas, tanto los mayoristas como los minoristas y tanto los de barrio como las grandes cadenas, advierten que en las últimas semanas registraron nuevas remarcaciones de precios de entre un 4% y un 10%, a veces en productos que llevaban meses sin variaciones significativas, debido a la suba de los dólares que comenzó a verse a mediados de marzo.
De este modo, tras meses de amesetamiento en la baja de precios, el plan antiinflacionario de Javier Milei y Luis Caputo vuelve a quedar sumido en un manto de incertidumbre, justo cuando las consecuencias de la suba de aranceles de Donald Trump y la probable salida del actual esquema cambiario a instancias del FMI anticipan tiempos aún más turbulentos.
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Se acelera la inflación en alimentos
En las últimas cuatro semanas, desde la tercera de marzo hasta la segunda de abril, la inflación en alimentos fue del 4,6%, según mostró un informe de la consultora LCG este jueves. Se trata de una aceleración respecto a la inflación en alimentos acumulada en las cuatro semanas de marzo (3,8%), que a su vez había sido la más alta desde mayo de 2024.
Lejos de ser una mera estadística en los papeles, esta suba es confirmada desde diversos sectores del supermercadismo. Fuentes ligadas a las grandes cadenas de supermercados señalaron a El Destape que "los alimentos y bebidas tuvieron un incremento del 4%" en las últimas semanas.
Según agregaron, esta remarcación promedio obedece fundamentalmente, por un lado, a subas en frutas y verduras, que tuvieron incrementos de un 28% atravesados por una gran estacionalidad. Y, por el otro, a incrementos en la carne, de un 8% promedio.
Las fuentes cercanas a las grandes cadenas aclararon que hubo otros elementos o rubros que bajaron de precio, como el aceite en un 0,2%, los productos de limpieza en un 0,6% y las bebidas alcohólicas en un 0,17%.
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Sin embargo, los testimonios de otros integrantes del sector confirman que esta aceleración de la inflación es generalizada y que va más allá de los factores estacionales.
"Arrancaron algunas subas de precios de parte de proveedores que hacía algunos meses que no subían, sobre todo a partir de la segunda quincena de marzo", señaló el dueño de un supermercado mayorista de CABA que suele ser representativo de la tendencia local.
Las subas afectaron mayormente a los sectores de limpieza y perfumería, agregó el mayorista contra la tendencia vista en las grandes cadenas de supermercados minoristas para estos rubros, y luego, en medida algo menor, al rubro de alimentos. En todos los casos, las remaraciones fueron de entre un 5% y un 10%.
Como es de esperarse, las subas en los mayoristas se terminan trasladando a los precios de los minoristas de barrio. "Empezamos a ver cambios de precios a partir de la segunda semana de marzo, luego de tranquilidad en los precios en octubre, noviembre y diciembre", advirtió a El Destape Fernando Savore, vicepresidente de la Confederación General Almacenera Nacional.
Por citar algunos ejemplos, en marzo el aceite y el café subieron más de un 10%, mientras que en abril algunas marcas de gaseosas remarcaron un 5% y algunas de galletitas un 8%, señaló el referente almacenero.
Aunque desde los mayoristas aclaran que esta suba puede luego compensarse con promociones y descuentos, son justamente los incrementos de lista los que son finalmente medidos por el IPC del Indec y los que básicamente no dejan dormir a Luis Caputo.
La suba del dólar y el panorama para los próximos meses
El propio Savore atribuyó estas remarcaciones de precios a la aceleración de los dólares paralelos, tanto el blue como el dólar MEP y el CCL, que salieron de un letargo de meses a mediados de marzo. "Tiene que ver con la suba del dólar, que se fue de 1.100 y pico a 1200 y luego a 1350 aproximadamente", coincidó el referente del supermercado mayorista.
En efecto, a mediados de febrero el dólar MEP y el CCL se encontraban por debajo de los 1.200 pesos, un valor similar al que tenían desde inicios de octubre. Pero, desde entonces, crecieron sostenidamente hasta los 1.250 pesos a mitad de marzo y luego pegaron un salto en pocas semanas para ubicarse alrededor de los 1.350 pesos en la primera semana de abril. Un camino similar al que siguió el dólar blue.
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No se trata de un aumento circunstancial, sino que es producto de que cada vez más inversores se despenden de sus posiciones en pesos, como los plazos fijos o las LECAP, y se vuelcan al dólar. Lo hacen ante la presunción de que, ligado al inminente acuerdo final con el FMI, el Gobierno se verá forzado a salir del actual esquema cambiario de atraso del dólar (con el crawling peg atrasado al 1%) para efectuar algún tipo de devaluación.
Aun más, las fuentes consultadas coinciden en que estas subas citadas son previas al nuevo salto que pegó el dólar en la última semana por los anuncios arancelarios de Donald Trump y los consecuentes vaivenes mundiales.
Por eso, el riesgo para el Gobierno es que estas remarcaciones de precios vistas desde fines de marzo no sean más que el preludio de una nueva etapa de aceleración inflacionaria que comience en los próximos meses preelectorales, cuando un seguro nuevo esquema cambiario exigido por el FMI deje atrás la voluntad del Presidente de que el IPC comience con un 1 adelante en mayo.