El Gobierno comenzó a comprar dólares en el mercado de cambio liquidados por las cerealeras que tendrán ahora la posibilidad de suscribir con los pesos que recibieron un bono del Tesoro actualizado por el dólar oficial, para protegerlos de un eventual salto en el tipo de cambio que el mercado cree que llegará después de las elecciones del 26 de octubre.
La estrategia para llegar a los comicios dejó como ganadores a las cerealeras exportadoras y a los demandantes del mercado de cambio (inversores y ahorristas que se dolarizan) y como claros perdedores al Tesoro (que perdió el 25% de recaudación por la baja de retenciones) y los productores agropecuarios, que nunca estuvieron pensados en la ecuación.
El Tesoro entró hoy al mercado a comprar divisas cuando tocó el piso de 1.325 pesos y en operaciones en bloque muy opacas, fuera de las reglas del mercadeo, se estima que se llevó unos 300 millones, según la observación de operadores de mercados, lo que le permite acumular entre 350 millones y 400 millones en los dos días que realizó compras.
Se espera que intensifique las operaciones este viernes y en las primeras jornadas de la semana próxima, con el objeto de recomponer el saldo de la cuenta en dólares y afrontar los vencimientos con organismos internacionales por 2.000 millones hasta fin de año.
Las intervenciones del Tesoro de todas maneras no alcanzan para cubrir los vencimientos de capital e intereses de los bonos públicos del 9 de enero, por unos 4.000 millones de dólares, y por eso los títulos volvieron a desplomarse después de un par de jornadas en alza, impulsadas por las declaraciones de apoyo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su secretario del Tesoro, Scott Bessent.
Para esos vencimientos se aplicó la teoría de John Pierpont Morgan: el solo apoyo político expresado por Trump y explicitado por Bessent debía ser suficiente para que se recupere el valor de los títulos públicos y Argentina pueda salir voluntariamente al mercado de capitales.
Así funcionó lunes, martes y miércoles pero este jueves se desplomaron 3,7% el AL30 y 1% el GD30, lo más representativos de la deuda, por las dudas que genera el esquema monetario y cambiario de la administración de Javier Milei y los cuestionamientos internos a Trump, que alejan la posibilidad de un desembolso.
Las acciones también retrocedieron, 2% el Merval medido en dólares y entre 1% y 3% los principales ADR que cotizan en Wall Street.
Este jueves hubo un nuevo intento de aplicar la teoría JP Morgan: Bessent volvió a publicar un posteo en la red social “X” en la que atribuyó la caída de los bonos y acciones al temor del regreso del populismo y ratificó un apoyo que no se expresa en medidas.
“El presidente @JMilei está restaurando la estabilidad económica tras décadas de mala gestión argentina. Los mercados no están perdiendo la confianza en él – están mirando por el retrovisor. El @USTreasury está firme en nuestro apoyo a sus reformas”, publicó.
Sin capacidad de acudir al mercado y sin salvataje de EEUU, todavía le queda a Milei y Caputo la posibilidad de emitir una letra intransferible para apropiarse de los dólares del Fondo Monetario Internacional que cedieron al Banco Central pensando que la capitalización de la entidad monetaria iba a provocar una caída en la inflación, algo que no sucedió.
La percepción que se instala en el mercado es que la estrategia de adelantar la liquidación de 7.000 millones de dólares a un costo de 25% de caída de ingresos fiscales y ahora con el seguro de devaluación que ofrecerá el Tesoro en la licitación de deuda que cierra este viernes, anticipa un agotamiento del esquema monetario y cambiario que se expresaría en una devaluación después de las elecciones.
En términos financieros, Caputo está pagando una tasa de hasta 25% por adelantar la liquidación de dólares (que de forma anualizada representa un costo de 300%) y además generó un agujero fiscal por más de 2 billones de pesos.
Incluso, el apoyo de Trump quedó condicionado a un buen resultado electoral, que le garantice la recolección de diputados necesarios para blindar los vetos presidenciales y alejar las chances de un juicio político, y a la reconstrucción de vínculos con los gobernadores para impulsar la agenda neoliberal.
Las encuestas marcan que en lugar de mejorar fueron empeorando las chances desde la derrota del oficialismo libertario en la provincia bonaerense y ahora se espera el resultado de los estudios que buscan auscultar la percepción social sobre la sumisión de Milei a Trump.
Este viernes se cierra la licitación de deuda en la que el Tesoro busca renovar el vencimiento de 5,6 billones de pesos de la próxima semana pero además debe esterilizar todos los pesos que emitió para la compra de divisas, equivalente a unos 500.000 millones de pesos.
La estrategia de sumar a la oferta de títulos tres bonos actualizados por el dólar oficial parece mejorar las posibilidades de renovar, pero la presión dolarizadora puede volver con fuerza y acelerar el proceso.