El Gobierno de Santa Fe prohibió hasta el 1º de octubre de 2026 exportar cualquier especie de pescado cuyos ejemplares hayan sido capturados en los ríos que atraviesan su territorio. Además, suspendió, por el mismo plazo, la entrega de licencias de acopio relacionadas con la comercialización y transporte con destino a la exportación. La disposición surge de una resolución conjunta de los Ministerios de Ambiente y Cambio Climático y de Desarrollo Productivo de la provincia, que entrará en vigencia en 30 días.
La normativa de la administración de Maximiliano Pullaro establece que, por el plazo de un año calendario, quedarán suspendidas las licencias por acopio de categoría A para actividades de comercialización y transporte con destino a mercados internacionales. La decisión afecta directamente a los frigoríficos exportadores radicados en territorio santafesino, que concentran buena parte del negocio pesquero vinculado al río Paraná.
No obstante, la resolución exceptúa del alcance de la medida a dos casos: el acopio de pescado para el mercado interno y aquellas acopiadoras categoría A que demuestren que los ejemplares o subproductos provienen de la acuicultura. Es la segunda medida tomada en una semana por la provincia en el mismo sentido: desde el sábado 1º de noviembre y hasta el 31 de diciembre de 2025, se dispuso una veda para la pesca comercial y deportiva del surubí.
El Gobierno provincial argumenta que el nivel de explotación del recurso pesquero se incrementó en los últimos años debido a la apertura de mercados internacionales, lo que agrava la presión sobre las especies nativas. Por eso, esta nueva medida se enmarca dentro de una política de manejo sustentable de los recursos naturales y apunta a garantizar la recuperación de las poblaciones ictícolas del Paraná y sus afluentes.
Fundamentos ambientales y judiciales
Los estudios biológicos del Paraná arrojan un “empobrecimiento” de variedad de peces y una caída en cantidad y talla del sábalo. Esa especie es la base de todas y explica la mayoría de la biomasa y de la exportación de pescado argentino. La última reproducción exitosa fue en 2015/2016. Con esos estudios, especialistas reclamaron medidas de protección antes de llegar a una situación de “colapso”.
Estas últimas dos limitaciones a la pesca y la exportación se basan en esos informes técnicos elaborados por organismos de investigación oficiales. Esos estudios, cita la resolución en sus fundamentos, “concluyen que la situación del recurso íctico no ha evidenciado mejoras significativas desde la implementación de las medidas restrictivas adoptadas con anterioridad producto de los bajos niveles hidrométricos de los últimos años”.
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Según detalló el medio Rosario3, la medida también se refiere a la sobrepesca: “El nivel de explotación del recurso pesquero en el río Paraná se ha incrementado sustancialmente en los últimos años, como consecuencia de la apertura de mercados internacionales”.
Una particularidad adicional de los argumentos es que cita la nueva Constitución provincial "reformada y vigente". En particular, reconoce en el artículo 33 el derecho a “gozar de un ambiente sano, equilibrado, sostenible y apto para el desarrollo humano y el deber de cuidarlo y protegerlo con enfoque intergeneracional y colaborar con la acción climática".
Estudios de una caída y la presión exportadora
Según la Evaluación Biológica y Pesquera de Especies de Interés (Ebipes), un ente integrado por Nación, provincias y Conicet, los últimos relevamientos de peces en el río se realizaron "con niveles hidrométricos muy bajos; en niveles de aislamiento tanto en el puerto de Santa Fe como en el de Victoria, resultando la campaña con los valores más inferiores desde el inicio del proyecto (hace 20 años)".
A fines de 2024, el resultado de las capturas registró una variedad de especies “muy reducida comparada con la de la campaña anterior”, un 30% menos que en 2023. La cantidad total fue 60% menor y el peso cayó hasta 70%.
La investigadora del Conicet Ana Pía Rabuffetti afirmó en ese informe que, la bajante histórica por su persistencia en el tiempo, generó “una década o período seco que compromete a nuestras poblaciones de peces, sobre todo a las migratorias de larga distancia que tienen una sincronía con esta fluctuación del río”.
En los estudios de 2023, Ebipes tuvo un pico de captura de 7.000 individuos juveniles, mientras que en el último registro oficial el máximo fue de apenas 160 ejemplares. Si bien son muestras de distintas tallas y la comparación no debería ser lineal, el contraste evidencia una crisis que encendió todas las alarmas, incluso en el Ministerio de Ambiente provincial.
