El último dato del Indec sobre la industria siderúrgica arrojó una caída generalizada de la producción industrial del 16%, sobre todo en las elaboraciones de productos laminados en caliente y de laminados en frío. “El modelo productivo de este gobierno es apagar las chimeneas de las fábricas”. Este mensaje podía leerse al costado de la ruta sobre el ingreso a Villa Constitución, donde funciona la fábrica de Acindar, una de las más afectadas por las políticas de desindustrialización de la Administración Milei.
La semana pasada, sus 1000 trabajadores mantuvieron asambleas a la veda de la ruta en reclamo de una actualización salarial congelada desde hacía diez meses y por el sostenimiento de sus fuentes laborales, afectadas por el programa de miseria planificada de la Libertad Avanza y por la parsimonia de los dueños de la empresa (Arcerlor Mittal).
Las movidas al costado de la ruta y la amenaza de un paro por tiempo indeterminado tuvieron el efecto buscado sobre la patronal, que se comunicó con la comisión interna de la rama 21 de la Unión Obrera Metalúrgica para llegar a un acuerdo interno, por fuera de la estructura nacional del gremio que en la actualidad es conducido por Abel Furlán.
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Luche y gane
“La semana pasada, entre el lunes y el martes, estuvimos en la ruta cerca de la zona de ingreso de la fábrica, éramos aproximadamente 1000 compañeros y el miércoles realizamos una gran asamblea donde le dijimos a la empresa que estábamos dispuestos a ir a un paro general. Y ahí fue cuando nos llamaron a una reunión y llegamos a un acuerdo. A partir de nuestra organización, conseguimos revertir este manoseo patronal”, sostuvo - en diálogo con El Destape – Matías Ruffini, integrante de la comisión interna Acindar – Villa Constitución.
En tiempos de disciplinamiento, la organización social y sindical sigue tributando a una mejor calidad de vida de los trabajadores y trabajadoras. Los obreros de Acindar Villa Constitución tuvieron que moverse ante la parsimonia de la UOM a nivel nacional y la connivencia de la principal patronal del rubro, como lo es Techint.
Según explicaron a El Destape desde la comisión interna de Acindar, lo paritaria que venía negociando la UOM a nivel nacional con la Cámara Argentina del Acero —integrada principalmente por Techint y ArcerlorMittal— y representantes del gobierno nacional, llevaba diez meses estancada.
La lucha tuvo sus frutos y los trabajadores de la seccional 21 de la UOM obtuvieron una recomposición salarial por los diez meses de congelamiento de sus paritarias. Aun así, saben que esta pequeña victoria sindical fue tan solo el comienzo dentro de un contexto por demás adverso.
El próximo 31 de mayo está previsto el cierre de uno de los trenes laminadores que tiene la planta en Villa Constitución, que llegó a fabricar 50.000 toneladas mensuales de acero y hoy produce menos de la mitad. Son alrededor de 125 trabajadores (no todos están sindicalizados con la UOM) que forman parte esta línea de producción.
La decisión de la empresa ya está tomada. “Hay mucha presión desde la fábrica para empezar a despedir trabajadores, no quieren pagar más sueldos. Cuando cierren este tren laminador, vamos a tratar de reubicar a muchos compañeros, por eso el año pasado acordamos un esquema de suspensiones rotatorias. Nos plantamos ante los posibles despidos. Si tocan a uno solo de nuestros compañeros, estamos dispuestos a iniciar un conflicto por tiempo indeterminado”, lanzó Ruffini.
El contexto macro
En marzo del año pasado, Acindar debió paralizar su producción por una fuerte caída en el nivel de ventas. Durante todo el 2024 se produjeron alrededor de 570 mil toneladas de acero, cuando se preveía fabricar prácticamente el doble, tal como había sucedido durante 2023.
“Estamos por romper el récord (negativo) de producción, con un 45 por ciento de uso de nuestra capacidad instalada”, aseguran desde la comisión interna de la empresa. “No hay absolutamente nada que esté empujando la demanda. Para nosotros, la obra pública sigue totalmente parada. Incluso, ahora se siente la apertura de las importaciones que empieza a pegar en algunas líneas vinculadas a las autopartes”, agregó Ruffini.
La administración Milei no quiere ni una Argentina industrial ni pujante; al contrario, apuesta por una clase trabajadora disciplinada. Los obreros de Acindar saben que detrás del manoseo paritario de los últimos diez meses se encuentran las pretensiones oficiales y de las principales empresas del sector, como Techint, de avanzar en una feroz reforma laboral.
“Estamos dando la discusión política entre diferentes organizaciones sobre lo que podría llegar a suceder en caso de que a Milei le vaya bien en las próximas elecciones. Las cosas que están en riesgo tienen que ver con el banco de horas, las presiones a las organizaciones sindicales, el tema de las indemnizaciones, cambios en las jubilaciones. Sabemos cómo se mueve el enemigo por eso nos organizamos y damos la discusión política”, concluyó Ruffini en diálogo con El Destape.