El ministro de Economía, Luis Caputo, rasguña las piedras de Washington en busca del rescate anunciado por el titular del Tesoro, Scott Bessent y sostenido con algunos titubeos por Donald Trump. En Buenos Aires, el clima es otro.
“El programa económico, como está, luce agotado. La economía camina hacia una recesión y el frente financiero se encuentra al borde de una nueva crisis”, lanzó esta semana Arnaldo Bocco, ex director del Banco Central. A Caputo se le siguen escapando todos los dólares y la confianza de las personas que mueven los hilos en la city porteña (el mercado).
La pregunta que más retumba por los escritorios de las grandes consultoras que asisten a los bancos y fondos de inversión es si el gobierno de Estados Unidos estará dispuesto a financiar la política cambiaria que lleva adelante la administración Milei o exigirá una corrección cambiaria antes de realizar algún desembolso (si es que se concretase tal nuevo desembolso).
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La cuenta corriente no deja de ser deficitaria; los dólares de las agroexportadoras solo calmaron la volatilidad por algunas horas, la formación de activos externos – la fuga de capitales – ya totaliza más de 17.000 millones de dólares en lo que va del año.
“El modelo económico – si es que se le puede decir así- está totalmente agotado. Este experimento no para de tragar dólares. Se comieron las divisas del blanqueo, los del Fondo, ahora de las retenciones y no veo a los Estados Unidos dándoles dólares para que otra vez la aspiradora de este experimento económico se los coma”, enfatizó Martin Pollera, integrante del Grupo Atenas, uno de los centros de investigación que había anticipado la implementación de un nuevo cepo, tal como había publicado El Destape.
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El drama de Caputo
Caputo puso cara de desesperación cuando Trump, en ese encuentro improvisado con Milei ocurrido durante la asamblea anual de la ONU, dijo que en realidad Argentina no necesitaba ningún rescate y que simplemente debían seguir trabajando fuerte. Cruje. Todo cruje.
Durante agosto, fueron 1,5 millones de personas las que compraron divisas. En total egresaron del sistema 3.538 millones de dólares. De este total, los activos externos billetes fueron 1860 millones mientras que los denominados “activos externos divisas” alcanzaron los 1.677 millones.
En el acumulado del año, la salida de divisas por parte de las personas totalizó los 23.944 millones de dólares. Durante los primeros 8 meses de 2024, las personas humanas habían acumulado compras por 3.464 millones. En un año, la compra de divisas se multiplicó por siete veces.
“¿Cómo se llegó a un escenario tan crítico a tanta velocidad, a pesar de haber mantenido (al menos en apariencia) el superávit fiscal?”, se preguntó la consultora Vectorial. La respuesta tiene que ver con el enorme déficit de la cuenta corriente, “un déficit de mala calidad, dado que se compone en gran medida de importaciones de bienes de consumo y de turismo emisivo, no de inversión en capital, lo que el equipo económico denominó déficit de buena calidad”.
Lo que cruje es la insustentabilidad del sector externo. “La salida de dólares por cuenta corriente, por formación de activos externos y por pagos de deuda colocan a la economía en una situación de extrema dependencia del ingreso de capitales financieros. La situación se agrava hoy porque la reimposición de la restricción cruzada cada vez más intensa, hizo reaparecer la brecha cambiaria y los dólares del agro que entraron por adelantado no van a entrar los próximos meses”, sostuvo Bocco en su informe semanal.
Dólar que entra dólar que sale. La jugada de Caputo de ofrecer un título dólar link para captar a las agroexportadoras que hicieron el fenomenal negocio de las retenciones cero por 72 horas también posee sus riesgos, de acuerdo al último trabajo de Vectorial.
“Esta estrategia resulta peligrosa, significa que en el momento en que se desprenda el ancla cambiaria (eliminación del techo) también se desprenderá el ancla monetaria, ya que el BCRA deberá cubrir las pérdidas en futuros con emisión y el Tesoro hará lo propio con los bonos dólar linked. Si este escenario se precipita (algo que descuenta todo el mercado, en caso contrario los dólares financieros volverían al interior de las bandas), probablemente el Tesoro no cuente con depósitos suficientes para cubrir sus deudas, y el BCRA deba emitir para socorrerlo”, indicó la consultora cuya dirección se encuentra a cargo de Eduardo Hecker.
Ni la macro ni la micro
Bajo este escenario, resulta improbable que un préstamo por parte del Tesoro de los Estados Unidos pueda resolver la inconsistencia del esquema macroeconómico de la administración Milei.
“Si Caputo obtuviera de Bessent el compromiso de que parte de los DEGs de Estados Unidos vayan desde el Fondo para la Argentina, eso requeriría la aprobación del Congreso norteamericano. Hoy no veo la posibilidad de que ingresen fondos nuevos en el corto plazo. Octubre va a definir si se acelera la crisis. Pero el gobierno ya está jugado. Traiga o no plata de este viaje, ya están jugados”, concluyó Pollera en diálogo con El Destape.
Los Estados Unidos de Donald Trump también parecen bastante jugados con este experimento llamado Milei. Que parezca tu idea. La pregunta ya no es si habrá devaluación sino cuándo será. ¿Antes o después de cualquier señal de un salvataje concreto?
“Al mirar la película completa del balance cambiario tras la salida del cepo para personas humanas, se observa que el sector externo se sostuvo gracias a la estacionalidad de las exportaciones agrícolas y diversos tipos de préstamos en dólares. Mientras tanto, la compra de dólares sin fines predeterminados (FAE) acumuló USD 17.918 M, reflejando la enorme presión demandante sobre el mercado de cambios”, sostuvo Bocco. El frente externo – talón de Aquiles de Milei –cruje por todos lados.
Pero también cruje la actividad económica, que se encuentra a las vísperas de una nueva recesión. El Estimador Mensual de la Actividad Económica que mide el Indec acumula tres caídas mensuales consecutivas y no se augura una recuperación. Los motores de la recuperación de fines de 2024 ya no operan más. El salario cae en lo que va del año, el crédito se paralizó por la suba de la tasa de interés y el ajuste fiscal se profundizó.
“Desde que asumió Milei la actividad económica se expandió 3%, pero si descontamos el efecto extraordinario del agro (compara contra un año de sequía), el crecimiento es de apenas 0,4%. Mientras tanto, la construcción, la industria y las ventas en supermercados presentan caídas. En este proceso se perdieron 171.191 puestos asalariados registrados, de los cuales las dos terceras partes corresponden al sector privado”, aseveró Bocco.
Por otro lado, la evolución más reciente de las diez variables del “Índice Compuesto de Actividad Económica de Argentina” del Centro de Investigaciones sobre el Ciclo Económico de las bolsas de Comercio de Rosario y Santa Fe da cuenta de la profundidad de la crisis. El llamado ICA-ARG tuvo en agosto una variación mensual del 0,01 por ciento; de esta manera, cortó tres meses seguidos de caídas, pero los cuadros de evolución mensual (casi enteramente de rojo) y anual (con pocos verdes) dan cuenta del clima recesivo con el cual Milei llegará a las urnas el próximo 26 de octubre.
“Los datos de actividad económica de agosto se presentan estables respecto al mes anterior, pero cabe mencionar que el balance de lo que llevamos de 2025 se tornó negativo, ubicándose el ICA-ARG de ese mes por debajo de diciembre de 2024. A su vez, el índice de difusión de las series coincidentes, que fue superior al 70% en los primeros meses del año, se ubica actualmente en un 26,7%, lo que implica que el deterioro se extendió a la mayoría de los sectores económico”, puede leerse en el Centro de Investigaciones sobre el Ciclo Económico.