Algunos republicanos en el Congreso y asesores de la Casa Blanca están instando al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a que apruebe nuevas sanciones contra Moscú en un contexto de frustración por la ofensiva militar rusa en Ucrania.
Trump ha mantenido congeladas nuevas sanciones durante meses, creyendo que podría tener tratos fructíferos con su par ruso, Vladimir Putin, para poner fin a la guerra y considerando que en general se han usado demasiado y a menudo son ineficaces.
Funcionarios de la Casa Blanca dicen que Trump aún espera conseguir una asociación económica con Rusia. Asimismo, afirman que considera las sanciones como una escalada de la tensión con Moscú que podría hacer descarrilar las esperanzas de un alto el fuego en un conflicto que dura ya tres años.
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No obstante, su frustración con Putin es genuina y cada vez más grave, según sus colaboradores, que dijeron que evalúa seriamente la posibilidad de imponer sanciones después de que Rusia intensificó sus ataques en los últimos días.
"Siempre está buscando diferentes formas de ejercer presión", dijo un alto funcionario de la Casa Blanca. "Esto no es diferente. Siempre está sopesando sus opciones".
Funcionarios estadounidenses han preparado nuevas sanciones económicas contra Rusia, que incluyen medidas bancarias y energéticas. El paquete está listo para aplicarse de acuerdo a lo que ordene Trump.
Una opción apoyada por algunos asesores de Trump sería que el presidente abrace, o al menos no obstruya, la legislación presentada por el senador republicano Lindsey Graham y el demócrata Richard Blumenthal el mes pasado que establecería un arancel del 500% a los bienes importados de países que compran petróleo ruso.
Algunos asesores creen que el proyecto de ley podría ser útil porque permitiría que las sanciones consecuentes entren en vigor mientras Trump podría, en esencia, decirle a Putin que la decisión de las sanciones no estaba en sus manos, según un funcionario estadounidense con conocimiento directo del asunto. Eso, a su vez, podría ayudar a Trump a mantener una línea de comunicación viable con Putin.
(Editado en español por Javier López de Lérida)