El primer cuatrimestre del año registró una baja en cuanto a ingresos de recursos desde el Estado nacional hacia las arcas de La Rioja: en enero llegaron por coparticipación cerca de $88.000 millones, en febrero $82.000 millones, en marzo 74.000 millones y abril cerró hace unos días en $82.000.
En este informe, brindado por Economía Riojana, resaltaron que un punto clave para los recursos nacionales es la liquidación de la soja exportada por parte de los sectores agropecuarios. Habitualmente eso ocurre centralmente en mayo, lo que generalmente provoca un aumento de la recaudación nacional en términos nominales.
Por otra parte, en estos meses creció el aporte de la recaudación propia de la provincia. Según los datos publicados en el informe mensual que elabora la Dirección General de Ingresos Provinciales, en marzo La Rioja recaudó $12.293 millones. En este marco, desde el informe aseguran que la relación entre ingresos nacionales y gastos de la Provincia está viviendo sus valores más ajustados en varios años.
La Rioja entre las provincias más golpeadas
En el inicio de su mandato, el presidente Javier Milei fue claro con su advertencia a los gobernadores: “Los voy a dejar sin plata, los voy a fundir a todos”. Poco más de un año después, aquella frase dejó de ser una amenaza para convertirse en una política sostenida de recorte sistemático que afecta de manera profunda a las provincias argentinas. En esa línea, La Rioja se posiciona como una de las provincia más golpeada por la caída de transferencias de coparticipación federal, con una pérdida de $106.573 millones acumulada hasta agosto de 2024, según datos difundidos por la propia provincia.
A este panorama crítico se suman los datos del primer trimestre de 2025, que muestran una caída intermensual sostenida en las transferencias nacionales: -16% en febrero respecto a enero, y -10% en marzo. En este sentido, según estiman desde la provincia, las proyecciones para abril no son alentadoras, lo que consolida una tendencia negativa que atraviesa no solo a La Rioja, sino también a otras provincias vecinas como San Luis o Catamarca.
El ajuste no es solo una cuestión contable: sus consecuencias son visibles en la vida cotidiana. La drástica disminución de fondos obligó a muchas provincias a implementar recortes fiscales internos, tales como la suspensión de programas sociales, obras públicas paralizadas, así como servicios esenciales como la educación y la salud que quedaron bajo presión presupuestaria. En varios distritos, incluso se reasignaron partidas para financiar programas nacionales que dejaron de recibir apoyo del Ejecutivo, profundizando el ajuste en otras áreas.
Por otra parte, el ahogo económico llevó a algunas provincias a advertir que, de continuar esta tendencia, no podrán afrontar el pago de salarios ni garantizar la continuidad de los servicios básicos. Ante este escenario, gobernadores y funcionarios provinciales manifestaron su preocupación por los fondos retenidos bajo leyes y decretos que afectan los recursos coparticipables, y reclamaron una revisión urgente de esas normativas.