Los comicios cerraron en Formosa y el peronismo (Frente de la Victoria) se quedó con el triunfo en la provincia. La fórmula peronista se impuso con el 57,33% de los votos mientras que, en segundo lugar, la fórmula del Gobierno nacional de La Libertad Avanza sacó 36,76%.
El 26 de octubre, el Frente de la Victoria sacó un 57,33% de los votos, mientras que su principal rival en la provincia, La Libertad Avanza, llegó al 36,76% de los votos escrutados. De esta manera, el peronismo y el oficialismo nacional se repartirán las dos bancas en juego en el Congreso Nacional, con Graciela de la Rosa y Atilio Basualdo, respectivamente.
Por otra parte, Juntos por la Libertad y la República llegó al 3,79%; Partido del Obrero cosechó 1,13% de los votos; mientras que el partido Principios y Convicción llegó al 0,97%.
Quién es Graciela de la Rosa
En un escenario nacional que califica como “crítico” y “difícil”, la licenciada Graciela de la Rosa, candidata a diputada nacional por el Frente de la Victoria, propone una plataforma basada en la defensa de la soberanía provincial y los derechos sociales frente a lo que denomina la “despolítica” del actual Gobierno nacional. Su postulación se inscribe en una trayectoria de compromiso político, militancia y gestión pública que la respalda como una de las figuras más experimentadas del peronismo formoseño.
De la Rosa no es una figura nueva en la política argentina. Si resulta electa, asumirá por tercera vez una banca en la Cámara de Diputados de la Nación. Su vínculo con el peronismo comenzó en su adolescencia, cuando descubrió La razón de mi vida de Eva Perón en una siesta formoseña. Desde entonces, su vocación política se consolidó con una mirada humanista, feminista y profundamente social.
Durante la dictadura militar de 1976, fue perseguida y encarcelada por motivos políticos, primero en la Alcaldía de Resistencia y luego en el penal de Devoto. Allí, vivió en carne propia la solidaridad entre mujeres y las desigualdades que atravesaban las presas políticas. “Las compañeras comunes arriesgaban su seguridad para pasarnos diarios o compartían la poca comida con las embarazadas. Esa experiencia extrema me marcó para siempre”, recuerda.
Al recuperar su libertad, fue reconocida por la ONU (LNUR) como refugiada política y se exilió en México hasta el retorno de la democracia. Su regreso a la militancia activa se produjo a partir de la convocatoria de Gildo Insfrán, entonces vicegobernador, con quien volvió a enraizarse en la política provincial.
Para De la Rosa, el proyecto que lidera el gobernador Insfrán representa una continuidad histórica de justicia social y soberanía provincial, una política que combina desarrollo económico con inclusión. Destaca, por ejemplo, el Programa PAIPPA, al que considera heredero de las luchas de las Ligas Agrarias y de los campesinos perseguidos durante los años 70.
