La película argentina del momento, Belén, está basada en una historia real: una mujer presa, acusada de homicidio, después de haber tenido un aborto espontáneo. Ese caso, que terminó con la liberación de Belén tras la intervención de abogadas y organizaciones feministas, hoy tiene un espejo cruel: Paola Ortiz, una cordobesa que está presa hace 13 años por un episodio similar.
Paola tuvo en 2012 un parto en avalancha. Una situación médica de emergencia, que se caracteriza por ser un proceso de parto extremadamente rápido que suele estar acompañado de la expulsión de gran cantidad de coágulos y placenta sin intervalos. Cuando le ocurrió esto, Paola estaba sola con el menor de sus tres hijos, de cinco años. Atravesó el episodio sin asistencia médica ni acompañamiento, en la habitación en la que vivía de prestado, tras haber sido víctima de violencia de género y abusos. Su beba nació sin vida. El Poder Judicial la condenó a prisión perpetua por homicidio agravado por el vínculo. Los medios cordobeses reflejaron en aquella época su caso apodándola “la mata bebés”. Publicaban su nombre, su apellido y su foto.
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"Mis tres hijos más grandes tienen una perspectiva muy mala de mí. Y yo quiero que mis hijos sepan la verdad. Cómo fue y qué pasó", respondió Paola en una entrevista reciente que dio desde la cárcel. Además de los tres hijos que tenía en 2012, durante su encarcelamiento tuvo dos embarazos más. Ambos bebés nacieron en el contexto de su prisión perpetua y fueron separados de ella. Según denuncian sus abogadas, Rocío García Garro y Julia Luna, uno de ellos fue dado en adopción pese a su expreso deseo de maternarlo y el otro permanece bajo el cuidado de sus tíos paternos. El mismo Estado que le reprocha no haber actuado debidamente ante una emergencia obstétrica le niega hoy la posibilidad de acompañar la crianza de sus hijos.
Paola y sus representantes legales están reclamando que el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba revise su caso. Aseguran que fue condenada sin que existieran pruebas concluyentes sobre el nacimiento con vida. Detallan que la condena fue construida en base al testimonio de un policía y al resultado de una pericia científica no concluyente: la docimasia pulmonar. Es una serie de pruebas forenses que se realizan sobre los pulmones de un feto para determinar si respiró después de nacer. Si vivió fuera del útero o si nació muerto. Pero, advierten los expertos, es una prueba de alcance limitado porque puede haber alteraciones de los pulmones por la temperatura ambiente, por el tiempo transcurrido entre el parto y el análisis, o por otras situaciones que cambian el estado de los pulmones. Incluso, dicen las abogadas de Paola, el informe forense incorporado en la causa señaló expresamente esas dudas. Pero la Cámara Correccional y del Crimen de Villa María lo desestimó.
El otro elemento que el Poder Judicial tomó en cuenta para condenarla fue el testimonio del policía que recibió a Paola el 6 de noviembre de 2012, cuando ella se presentó en la comisaría para denunciar que su ex pareja se había llevado a la fuerza a su hijo menor. En ese contexto, le contó al policía sobre el parto que había tenido en el domicilio y quedó inmediatamente detenida.
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Desde finales de 2022, García Garro y Luna –que son integrantes de la Guardia de Abogadas feministas de Católicas por el Derecho a Decidir Argentina– asumieron la defensa de Paola y piden que su causa debe ser revisada de manera urgente. En abril de 2024, presentaron un recurso de revisión junto con un informe médico forense que acredita el desarrollo biológico de un parto en avalancha. Aún no obtuvieron respuesta del Poder Judicial. Si no les conceden la revisión, Paola permanecerá en la cárcel de Bouwer hasta 2034.
Sumándose al accionar de sus abogadas, la organización Católicas por el Derecho a Decidir lanzó días atrás la campaña “¡Libertad para Paola!” en Villa María, Córdoba.
"Para mí fue muy injusto todo –señaló Paola cuando le preguntaron por el proceso judicial–. Yo conté realmente cómo fue todo, no mentí en nada, pero me pareció muy injusto todo, porque no tomaron nada de lo que yo pasé en cuenta. Si bien es un poco mi culpa de no pedir ayuda, de no buscar ayuda… pero en ese entonces yo tenía muchas cosas, tenía mis hijos, tenía mi hijito que no teníamos donde ir, muchas cosas feas. Y ellos sabían, porque yo les había contado, hubo testigos que me veían que yo no tenía vida, y me parece que no me dieron una oportunidad."
