En un contexto nacional marcado por dificultades para el sector textil, La Rioja se posiciona como una de las provincias pioneras en promover alternativas productivas sustentadas en el cooperativismo. Representantes de cooperativas textiles riojanas se reunieron recientemente en la Legislatura provincial para ultimar los detalles de la implementación del Polo Textil Cooperativo, una iniciativa que ya cuenta con el respaldo de la Cámara de Diputados y que promete fortalecer la producción local con trabajo digno, sostenido y con perspectiva de género.
La propuesta busca consolidar una red de trabajo colaborativo entre distintas cooperativas textiles, incentivando la producción, la comercialización conjunta y la profesionalización del sector, con una mirada orientada al desarrollo económico sostenible. El proyecto fue impulsado por la diputada Teresita Luna, quien también acompañó años atrás la recuperación de la primera empresa textil riojana liderada por mujeres en 2011.
Elsa Vega, presidenta de la Cooperativa de Trabajo Textil La Rioja, recordó cómo surgió la idea: “Le presenté el proyecto a Tere Luna, quien rápidamente le dio forma de ley. Gracias a su impulso y al apoyo del resto de los diputados, hoy el Polo Textil Cooperativo es una realidad”. Para Vega, esta herramienta será clave para generar nuevas oportunidades laborales, especialmente en un contexto de crecimiento de la actividad minera en la provincia: “Ahora tenemos la posibilidad de convertirnos en proveedoras mineras, lo cual abre un mercado amplio para la confección de indumentaria especializada”.
Durante su visita a Radio Independiente, Vega estuvo acompañada por Melen Vergniaud, presidenta de la Red Textil Nacional, quien destacó la importancia del modelo cooperativo frente a las crisis del mercado tradicional: “El contexto es difícil, es una de las mayores crisis que se recuerden en el sector. Pero creemos en el cooperativismo como forma de vida y de trabajo. A pesar de las adversidades, seguimos empujando porque estamos convencidas de que este es el camino que puede traernos alegría, dignidad y trabajo”.
Vergniaud subrayó que el proyecto riojano no es un hecho aislado, sino el resultado de años de organización y esfuerzo colectivo: “Este Polo Textil no surge de la nada, es el fruto del trabajo de cooperativas, especialmente de mujeres, que vienen luchando desde hace más de una década. En La Rioja hay un terreno fértil para seguir creciendo”.
Además, hizo hincapié en la necesidad de que las riquezas extraídas de la tierra beneficien también a quienes habitan esas regiones: “La expansión minera debe dejar algo en la provincia. Y eso debe ser trabajo genuino. Hay cooperativas con capacidad técnica y profesional para responder a cualquier exigencia en la confección de ropa especializada. Por eso este Polo puede ser un punto de inflexión en cómo pensamos el desarrollo productivo local”.
La implementación del Polo Textil Cooperativo también representa una apuesta concreta a la economía social, un sector que históricamente demostró resiliencia y compromiso con el desarrollo local. “Las cooperativas necesitan políticas públicas que acompañen, que allanen el camino. Este proyecto es ejemplo de lo que se puede lograr cuando hay voluntad política y organización desde abajo”, remarcó Vergniaud.
Ambas dirigentes coincidieron en que el desafío ahora será avanzar en la etapa operativa: organizar los espacios de trabajo, coordinar acciones entre las cooperativas involucradas y vincularse con los sectores estratégicos de la economía provincial para generar demanda de productos textiles confeccionados localmente.
“El Polo ya es ley, ahora nos toca darle forma concreta. Hay mucho por hacer, pero estamos listas para trabajar”, afirmó Vega, quien además expresó que “el cooperativismo es el motor que puede generar un modelo más justo y solidario, sobre todo en tiempos donde muchas puertas se cierran”.