Miles de habitantes de Teherán, la capital iraní, huyen de sus hogares y hacen acopio de artículos de primera necesidad por temor a que la campaña de ataques aéreos de Israel contra Irán, su viejo enemigo, se intensifique en los próximos días.
El ejército israelí ha advertido a los civiles iraníes en una serie de mensajes que abandonen algunas zonas por su propia seguridad, aumentando la posibilidad de una oleada de ataques aéreos.
Las autoridades iraníes han rechazado los mensajes calificándolos de "guerra psicológica" y han instado a la población a no dejarse llevar por el pánico, aunque la televisión estatal ha emitido imágenes de atascos en las carreteras que salen de la capital.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
"No tenemos adónde ir. ¿Adónde debemos ir? ¿Cuánto tiempo debemos permanecer lejos de nuestras casas?" dijo por teléfono Shahriyar, de 38 años, desde Teherán, una ciudad de más de 10 millones de habitantes.
El profesor de arte Arshia, de 29 años, dijo a Reuters que su familia se marchaba a la ciudad de Damavand, a unos 50 km al este de Teherán, hasta que terminara el conflicto.
"Mis padres tienen miedo. Todas las noches hay ataques, no hay sirenas antiaéreas ni refugios a los que ir. ¿Por qué pagamos el precio de la política hostil de la República Islámica?", afirmó Arshia, que no reveló su apellido por temor a represalias de las autoridades.
Los ataques han sembrado el pavor en toda la República Islámica, dejando al descubierto graves deficiencias en las medidas de seguridad, especialmente la falta de refugios antiaéreos adecuados.
A pesar de haber construido varias "ciudades" subterráneas de misiles, Irán carece de refugios antiaéreos públicos. Sin embargo, el gobierno dijo el domingo que las mezquitas, las escuelas y el metro estarían abiertos las veinticuatro horas del día para servir de refugios durante los ataques israelíes.
"No había sirenas, ni refugios a los que ir. Ahora es aún peor, no podemos sacar dinero de los cajeros automáticos, de los bancos", dijo Gholamreza Mohammadi, de 48 años, empleado del gobierno en Teherán. "Es tan difícil alquilar un lugar fuera de Teherán... también los precios de los alimentos aumentan cada día, ya que los comerciantes suben los precios de los productos".
El número de muertos en Irán ha llegado al menos a 224, de los cuales el 90% son civiles, según un funcionario iraní. En Israel, 24 personas han muerto por ataques de misiles iraníes de represalia, todos ellos civiles.
Las fuerzas de seguridad han lanzado advertencias contra cualquier contacto con Israel, según los medios estatales, mientras que decenas de personas han sido detenidas por presunto "espionaje a favor de Israel o incitación a la opinión pública mediante la difusión de mentiras".
La agencia de noticias semioficial iraní Fars informó que desde el domingo la milicia voluntaria de línea dura Basij había levantado puestos de control en todo el país y realizado patrullas nocturnas para impedir actos de sabotaje y reforzar la seguridad.
Mohammad, de 45 años, dijo que ya había enviado a su esposa e hijos desde Teherán a su ciudad natal en el sur de Irán. "No podía marcharme por mi trabajo, pero quería que mi familia estuviera a salvo".
Muchos residentes huyeron la madrugada del lunes después de que varios distritos de Teherán fueran alcanzados por misiles israelíes.
"Fue peor que otras noches. Explosión tras explosión. Muchos de nuestros amigos se fueron esta mañana, nosotros también nos iremos. Sólo intentamos sacar algo de dinero del banco", dijo Maryam, de 33 años, profesora en Teherán.
(Escrito por Parisa Hafezi; Editado en Español por Manuel Farías)