Chilecito: el destino riojano para pasar unas vacaciones de invierno inolvidables

Ubicada en el corazón de los Valles Riojanos, la Perla del Oeste ofrece una propuesta turística ideal para disfrutar en familia, en pareja o con amigos.

13 de julio, 2025 | 12.00

Estas vacaciones de invierno, Chilecito se transforma en el refugio perfecto para quienes desean escapar del frío urbano y sumergirse en un destino donde la naturaleza, la historia y la gastronomía se combinan en una experiencia única. Ubicada en el corazón de los Valles Riojanos, la Perla del Oeste ofrece una propuesta turística ideal para disfrutar en familia, en pareja o con amigos.

La primera parada es La Escondida, una cabaña enclavada en Santa Florentina, rodeada de montañas que, en esta época del año, se visten de blanco. Este refugio garantiza una estadía placentera con todas las comodidades, ideal para descansar y recargar energías. Desde allí, es posible realizar trekking por senderos que ofrecen vistas imponentes de la sierra riojana. Despertar con el aire serrano y un paisaje nevado es, sin dudas, un privilegio.

El recorrido por Chilecito no estaría completo sin disfrutar de su amplia oferta gastronómica. Para comenzar el día, Epale es la opción ideal: desayuno fit, americano, tortas variadas y opciones sin TACC, en un ambiente cálido y sofisticado.

Para los que buscan sabores tradicionales, Bodegón Ferrito es una parada obligada. Con platos caseros que evocan la cocina artesanal y familiar, es ideal para disfrutar de la comida típica riojana.

En Anguinán, Lidoro propone una experiencia gourmet de cocina de autor, reinventando recetas tradicionales en una antigua casona con historia.

Chilecito también invita a encontrarse con la historia en cada rincón. El Museo del Cable Carril revela la hazaña ingenieril de principios del siglo XX vinculada a la minería. Las Tamberías del Inca, por su parte, ofrecen un espacio de interpretación donde se destaca el legado de las civilizaciones prehispánicas que habitaron la región.

La Cuesta de Miranda regala una de las postales más impactantes de la provincia. Allí, A Puro Campo ofrece cabalgatas por la montaña y alojamiento rural, ideal para conectar con el paisaje.

En Guanchín, La Flor del Pago brinda meriendas campestres imperdibles, donde los sabores locales se combinan con la calma del entorno.

Cuando cae la noche, el Cristo del Portezuelo ofrece una vista inigualable de la ciudad iluminada. Al pie del monumento se encuentra Beatriz, un restaurante con una carta variada, ideal para cerrar el día con una cena frente a un paisaje que quita el aliento.

Aventura, cultura, paisajes y una gastronomía de excelencia hacen de Chilecito el destino ideal para este invierno. Una experiencia completa que combina naturaleza y tradición, dejando recuerdos imborrables en quienes la visitan.