Mientras el mundo conmemora este 3 de diciembre el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, en la Franja de Gaza la efeméride se transforma en una denuncia de muerte y abandono. El Ministerio de Salud palestino reveló este miércoles una cifra que asusta: 6.000 personas perdieron sus extremidades como consecuencia directa de los bombardeos y la ofensiva militar de Israel, y su supervivencia pende de un hilo debido al colapso total del sistema sanitario.
El informe oficial describe la situación de los amputados como "chocante" y advierte sobre una catástrofe humanitaria irreversible si no se permite el ingreso inmediato de ayuda médica especializada.
El dato más doloroso del reporte indica que los niños son las principales víctimas de estas secuelas permanentes. Según las autoridades sanitarias, el 25% de los amputados son niños y niñas. Se trata de una generación entera que deberá crecer con discapacidades severas en un territorio devastado, sin escuelas, sin veredas y, lo más urgente, sin acceso a prótesis ni rehabilitación física.
"Miles de heridos civiles y sus familias están viviendo un sufrimiento humanitario profundo", sentenció el Ministerio en su comunicado, haciendo un llamado desesperado a la comunidad internacional para que presione a Israel y permita la evacuación de estos pacientes o el ingreso de equipos ortopédicos.
La falta de atención a los amputados
La pérdida de un brazo o una pierna en Gaza hoy es mucho más que una discapacidad física; es una condena en vida. En su comunicado, el Ministerio de Salud advirtió que la situación de los amputados es "chocante" y que la falta de atención deriva en un "sufrimiento humanitario profundo" para los heridos y sus familias.
El bloqueo y la destrucción de la infraestructura sanitaria dejaron a estos pacientes sin insumos básicos. Organizaciones como Save the Children y la OMS alertaron previamente que muchas amputaciones se realizaron sin anestesia y que la escasez de antibióticos, sumada a las condiciones de hacinamiento en carpas y la falta de higiene, expone a los sobrevivientes a infecciones letales.
El titular de la UNRWA, Philippe Lazzarini, señaló que Gaza se convirtió en el lugar con la mayor cantidad de niños amputados per cápita del mundo desde el inicio de la ofensiva. Este dato cobra una dimensión trágica en el contexto actual: el número de muertos en la Franja ya superó los 70.000, mientras que los heridos ascienden a más de 170.000, dejando un tendal de secuelas permanentes en una población diezmada.
