Desamparo total: EEUU vetó una tregua en Gaza y otra vez se cortó la entrega de comida

Pese a que la presidenta de la Cruz Roja Internacional alertó que la situación en Gaz es "peor" que un infierno en la tierra, la comunidad sigue sin reaccionar. El Consejo de Seguridad de la ONU fracasó en un nuevo intento por presionar a Israel y la empresa de EEUU que apoya Israel suspendió la entrega de alimentos.

05 de junio, 2025 | 00.05

En las últimas horas, la BBC le preguntó a la presidenta de la Cruz Roja Internacional, Mirjana Spoljaric, si seguía considerando que la situación en la Franja de Gaza era "el infierno en la tierra". La veterana trabajadora humanitaria que dirige una organización conocida por su moderación en sus declaraciones pública, se tomó un segundo y contestó: "Ha empeorado". Spoljaric reconoció que le cuesta "seguir viendo lo que sucede", cómo se "le elimina todo rastro de humanidad a un pueblo". Apenas horas, en Nueva York, el Gobierno de Donald Trump vetaba un nuevo intento del Consejo de Seguridad de la ONU de exigir un alto el fuego en el devastado y ocupado territorio, apenas unos días después de que los intentos estadounidenses de sentar a Israel y Hamas en la mesa de negociación fracasó porque Washington sólo recogía las condiciones del primero, su principal aliado en Medio Oriente.

 A la Casa Blanca no le importó las dramáticas advertencias de la ONU y los análisis que alertan sobre miles de bebés que podrían morir de hambre en los próximos días y semanas. Tampoco le importó que en medio de este escenario extremo que la cuestionada empresa estadounidense con la que Israel quiere reemplazar a los trabajadores humanitarios que hace décadas trabajan en la Franja de Gaza decidió dejar de entregar comida por razones de "eficiencia", primero, y luego por "obras de mantenimiento y reparación"

La Fundación Humanitaria de Gaza, una empresa estadounidense, con sede en Suiza, creada con el apoyo de Israel y con muy aceitados vínculos con el ejército de ese país, comenzó a hacerse cargo de la distribución la semana pasada, luego que después de tres meses de bloqueo total Israel permitiera el ingreso de los primeros camiones con ayuda humanitaria. Lo hizo luego que se viralizaran imágenes de bebes, niños y hasta embarazadas completamente desnutridos. Eso sí, no permitió que la ONU y las organizaciones humanitarias que hace décadas trabajan en el devastado territorio se encarguen de distribuir la ayuda. No, las castigó por convertirse en las principales denunciantes de lo que sucede en Gaza -ya que no se permite la prensa internacional- y le dio el monopolio de la distribución de comida a una compañía que nadie conocía y manejada por ex militares. 

El resultado no se hizo esperar. La llamada fundación encerró en jaulas a los desesperados palestinos que pedían comida, los hizo hacer peregrinajes eternos y peligrosos, ya que el ejército israelí disparó contra los civiles que iban o venían de buscar ayuda una y otra vez. Durante el fin de semana, en solo tres días, más de 60 palestinos murieron acribillados en esta situación, lo que desató una nueva ola de indignación mundial. Sin embargo, Estados Unidos vetó la nueva iniciativa de paz del Consejo de Seguridad, aún cuando la presunta fundación estadounidense dejó de funcionar.

El miércoles, primero, anunció que no iba a operar durante esa jornada para "mejorar su eficiencia". "Debido a las actualizaciones en curso, el acceso a las áreas de los centros de distribución está estrictamente prohibido", informó la empresa estadounidense, que ya cosecha el rechazo y repudio de todas las organizaciones humanitarias internacionales en el terreno. 

Además, en una nueva prueba de la coordinación entre la supuesta fundación y el ejército israelí, este último informó en sus redes sociales que había advertido a los palestinos de la Franja que estará "prohibido circular por las carreteras que conducen a los centros de distribución, que se consideran zonas de combate".

Las alarmas sobre la inminencia de una hambruna que le siguieron a este anuncio no cambió nada. En la noche del miércoles, la empresa estadounidense adelantó que tampoco distribuirá comida este jueves, ahora porque se encargará de "obras de mantenimiento". "Nuestros centros de distribución no abrirán mañana como lo han hecho en los últimos días, debido a las obras de mantenimiento y reparación. Compartiremos información sobre los horarios de apertura en cuanto finalicen las obras", sostuvo en un comunicado publicado en su Facebook.

La ayuda humanitaria como arma: el relato de un palestino

La cadena pública CBC de Canadá habló con Yasser Abu Jarad, un padre palestino de cinco hijos que vive en el norte de la Franja de Gaza. El miércoles contó que hizo a pie el recorrido de 40 kilómetros desde la Ciudad de Gaza hasta Rafah cinco veces desde la semana pasada para acercarse a uno de los centros de distribución de la Fundación Humanitaria de Gaza y conseguir algo de comida para su familia. "Cada vez que fui por ayuda, sólo encontré cajas vacías", le contó al medio canadiense. "Volví a casa ayer (por el martes) lleno de sangre. No pude conseguir ayuda (humanitaria). Terminé ayudando a sacar a los heridos", agregó. Ese día, el saldo de muertos entre los palestinos que hicieron cola para conseguir una caja con comida fue de 27.

Este escenario de completo desamparo se completó el miércoles con un sangriento bombardeo israelí contra un campamento de desplazados instalado en una escuela en el sur de la Franja de Gaza. Fuentes médicas denunciaron al menos 18 muertos, entre ellos, como ya es costumbre, varios niños. Por ataques militares, disparos o hambre, los niños palestinos siguen siendo uno de los principales objetivos de la ofensiva israelí que cada vez más voces en el mundo denuncian como una limpieza étnica.