El secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, condenó el bombardeo israelí cerca del palacio presidencial en Damasco, Siria. "Es esencial que cesen estos ataques y que Israel respete la soberanía, la unidad, la integridad territorial y la independencia de Siria", afirmó Stéphane Dujarric, vocero del organismo al tiempo que manifestó su alarma por la violencia sectaria.
En la jornada del 1° de mayo, las autoridades israelíes reconocieron que se trató de un ataque en defensa de la minoría drusa, un grupo etnoreligioso minoritario que se encuentra en Líbano, Israel y Jordania, peor cuya mayoría está en Siria. En origen son musulmanes chiíes, pero pronto quisieron ser considerados como religión independiente, monoteísta y endogámica, que tuvo participación en la guerra civil siria como en el conflicto palestino-israelí.
“Este es un claro mensaje al régimen sirio: no permitiremos el envío de fuerzas al sur de Damasco ni ninguna amenaza a la comunidad drusa”, señalaron las autoridades israelíes mediante un comunicado. “No permitiremos que las tropas sirias avancen al sur de Damasco ni ninguna amenaza a la comunidad drusa”, expresó el primer ministro, Benjamin Netanyahu; y el ministro de defensa israelí, Israel Katz.
Este ataque se produce tras una serie de enfrentamientos sectarios que han dejado al menos 102 muertos, principalmente miembros de la comunidad drusa. Esta violencia puso en evidencia las tensiones internas en Siria, que enfrenta una lucha por el poder entre diversas facciones, algunas de las cuales recurrieron a la violencia contra las minorías, como la drusa.
De hecho, el líder espiritual de los drusos sirios, Sheikh Hikmat al-Hijri, calificó los últimos hechos como una “campaña genocida injustificable” contra su comunidad y pidió la intervención de fuerzas internacionales para garantizar la seguridad de los drusos en el país.
“Exigimos que las fuerzas internacionales mantengan la paz y detengan la continuación de estos crímenes”, señaló al-Hijri, quien también criticó a las autoridades sirias por no haber protegido adecuadamente a su comunidad.
Los enfrentamientos comenzaron después de un incidente relacionado con la circulación de un audio considerado blasfemo por algunos sectores de la población, lo que provocó disturbios en localidades cercanas a Damasco.