El hambre, la muerte y la desesperación contados desde Gaza: "Todos duermen en las calles sin comida"

El Destape habló con jóvenes gazatíes que describen las escenas de hambre, muerte y desesperación causadas por Israel. Médicos Sin Fronteras denuncia: “Estamos presenciando ante nuestros ojos una campaña de limpieza étnica sin que nadie, ni nada parezca dispuesto a ponerle fin."

24 de mayo, 2025 | 00.05

Sin comida ni agua ni medicamentos, sin un hogar y desplazándose todo el tiempo si no mueren en el intento, es como vive hoy gran parte de la población en la Franja de Gaza. Los casi dos millones de gazatíes esperan con desesperación que ingrese de forma masiva la ayuda humanitaria, temen por su seguridad tras el asesinato de más de 53 mil de ellos, y no saben lo que sucederá con su territorio, tras el anuncio del premier, Benjamin Netanyahu, de que tomarán el control de toda la Franja. El mandatario sostiene que tomó esa decisión para lograr liberar a los 58 israelíes secuestrados y terminar con el Hamas. Sin embargo, las voces críticas que se empiezan a escuchar, cada vez más, consideran que esa medida es directa y abiertamente una limpieza étnica.

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“Estamos presenciando ante nuestros ojos una campaña de limpieza étnica sin que nadie, ni nada parezca dispuesto a ponerle fin. La decisión de Israel de permitir la entrada de unos pocos camiones con ayuda solo responde a un objetivo que es evitar que los acusen de estar matando a la población de Gaza de hambre, cuando lo cierto es que los están matando poco a poco y de distintas maneras”, afirmó la coordinadora de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Gaza, Isabel Grovas, sobre la situación que viven en la Franja.

La médica hace referencia al anuncio del premier de esta semana, en el que aseguró que permitirían el ingreso de la ayuda humanitaria cuando ya estaba cerca de cumplirse tres meses del bloqueo total israelí, por el cual no ingresaban alimentos, y las denuncias por falta de comida y miles de casos de desnutrición empezaron a generar que algunos mandatarios levanten la voz. Incluido el propio Donald Trump que dijo, en su gira por Medio Oriente, que los gazatíes estaban “hambrientos”. Sin embargo, Grovas afirma que esa cantidad “es insuficiente” y que solo es una “cortina de humo para fingir que el asedio ha terminado”.

Otra de las denuncias que resonó muy fuerte fue la que hicieron desde la propia Naciones Unidas, donde advirtieron que más de 14 mil bebés sufrían desnutrición y podrían morir en las próximas horas si no llegaba la ayuda humanitaria. La situación es que además de la falta de insumos y comida, los ataques continúan y la médica coordinadora de MSF pide a los aliados de Israel a ejercer presión, pero además describe el día a día en la Franja: “El avance de las operaciones terrestres israelíes continúan, los ataques aéreos son cada vez más intensos y las órdenes de evacuar son a todas horas y de forma generalizada”.

Sobrevivir 

En esta misma semana, murieron más de 200 palestinos en Gaza por los ataques israelíes. De acuerdo al gobierno de Netanyahu atacan a miembros del Hamas, pero lo cierto es que una porción importantísima de los asesinados son mujeres y nenes de apenas unos años o incluso bebés. Las redes sociales se convirtieron en el lugar donde quienes pueden y cuando tienen luz e internet publican alguna foto de su amigo, compañero de trabajo o familiar que acaban de perder.

La situación acá es inimaginable, considerando lo que cada gazatí ve a diario: hambre, matanzas, privaciones, pérdidas y desplazamientos a pie, en una escena que hace llorar a chicos y grandes. Todos duermen en las calles sin comida ni, Dios no lo quiera, sin un lugar donde hacer sus necesidades”, explicó a El Destape el gazatí Ehab Rida de la ciudad de Khan Younis, donde esta misma semana Israel en el marco de lo que denominó “Operación Carros de Gedeón” les pidió evacuar la región e intensificó sus ataques.

Rida, como muchos otros palestinos, es un activista social, que forma parte de Direct Aid for Gaza, que busca recaudar ayuda humanitaria y fondos para proveer a los gazatíes con las necesidades más básicas. Sostiene que es la cuarta vez que le detienen las donaciones y al ser consultado por qué sucede eso, el gazatí aseguró: “La razón es apoyar la causa Palestina bajo la acusación de apoyar el terrorismo. ¿Acaso alimentar a los pobres se ha convertido en terrorismo? Pero no cesaremos en nuestro trabajo hasta nuestro último aliento. A quien trabaja para Dios, él le abrirá una salida”.

Ehab tiene 34 años recién cumplidos, esposa, y dos hijas, una de ellas nació en plena guerra. En su perfil de Whatsapp tiene una foto cargando en sus brazos a su hija más grande, frente a edificios completamente derrumbados en lo que había sido su pueblo Khuza'a, al sur de la Franja, dice que no quiere cambiar la foto porque considera que es la demostración de la injusticia que viven. El gazatí recuerda que perdió a muchos amigos y con nostalgia cuenta que más recientemente, mataron también al fotógrafo de la organización, quien estaba casado y su esposa está embarazada. “La verdad es que nadie puede imaginar cómo sobrevives cada día entre las masacres y sales a vivir tu vida en busca de alimento para saciar tu hambre y la de tu familia”.

La historia de Ehab es la de la gran parte de los palestinos, muchos de ellos se lanzan a las redes sociales en busca de ayuda porque no hay prácticamente comida en los mercados y lo poco que hay, es extremadamente caro. Voces como las de Annas Banar que estaba estudiando Ingeniería Mecánica y debió abandonar toda su vida hasta que destruyeron su casa y junto a su familia deben trasladarse de un lugar a otro. 

Algunas de estas historias llegaron incluso a Argentina. Abdallah Mamdouh es gazatí y llegó a este país hace un año y seis meses, pero tiene a toda su familia en la Franja. En diálogo con El Destape cuenta que con suerte puede hablar con su familia por videollamada cada dos semanas y explicó: “La situación de mi familia en Gaza es muy terrible y difícil de sobrevivir día a día por el hambre que pasan. Si encuentran algo en el mercado es muy caro, un cuarto de cebolla sale entre 15 y 30 dólares, solo el cuarto ni siquiera una cebolla entera. El mundo está viendo todo eso y están con la boca y los ojos cerrados”.

“Mi papá sufre de diabetes, tiene que tomar medicamentos a diario y no hay, si encuentra es muy caro. Si tengo la suerte de hablar con él por videollamada lloro después de hablar, no frente a él, porque veo a mi papá cada vez más flaco. La gente se está muriendo de hambre y ni hablar de las masacres. Cada hora a cada momento hay una masacre en la Franja, pedimos que pare al genocidio y que entre la comida y los medicamentos”, reclamó Abdallah, el joven gazatí que se las rebusca en Buenos Aires con un trabajo por la noche en un local de comidas, empezó recientemente a dar clases de árabe y organiza ahora una actividad cultural el próximo 8 de junio para recaudar fondos para su familia.

Los gazatíes piden a los mandatarios del mundo tener una decisión más firme para condenar las decisiones del gobierno de Netanyahu. Entre las voces más críticas que se escucharon en estos últimos días estuvieron el presidente de Francia, Emmanuel Macron, que criticó fuertemente el bloqueo y los ataques, o el de España, Pedro Sánchez, que dijo que no negocian “con un estado genocida” o el premier del Reino Unido, Keir Starmer, que analiza sancionar a algunos ministros. La respuesta del gobierno israelí fue acusarlos directamente de apoyar a Hamas. De hecho,  tras el asesinato de dos funcionarios de la embajada de Israel en Washington por un hombre que mientras lo detenían gritaba “Palestina Libre”, los acusó de estar “del lado equivocado”. 

Si bien las críticas a Netanyahu no parecieron tener ningún eco en el gobierno, que solo aceptó dejar de bloquear la ayuda humanitaria pero que llega a cuenta gotas. Se hace cada vez más ensordecedor el silencio ante la situación que viven los gazatíes. Con el argumento de terminar con el Hamas y traer a los 58 israelíes que aún siguen secuestrados, el gobierno israelí continúa con su ofensiva que profundiza el dolor, el hambre y la muerte de los palestinos y de los familiares de los rehenes que aún esperan la llegada de sus seres queridos a casa mientras su gobierno se muestra en firme en continuar con su operación militar.