Tras 640 días de ataques y en momentos en que la ONU alerta sobre una catástrofe humanitaria por casi cuatro meses de bloqueo total, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, delineó el último plan del gobierno de Benjamin Netanyahu para la devastada y hambrienta Franja de Gaza. "Concentrarán" a 600.000 palestinos -casi un tercio de la población del territorio- en un "campo" del que no podrán salir y sólo podrán entrar tras un chequeo de seguridad de las fuerzas militares ocupantes. El mismo día que el premier Netanyahu se reúne en Washington con su par Donald Trump para discutir un alto el fuego, su funcionario lanzó una propuesta que sin duda desatará más rechazo: la bautizó como una "ciudad humanitaria" que construirán sobre las ruinas de una de las ciudades palestinas que destruyeron en los últimos meses en el sur de la franja, Rafah.
Katz habló con la prensa local y los diarios israelíes Haaretz y The Times of Israel publicaron los principales ejes del plan. El ministro les explicó que este plan sería apenas un primer paso, ya que el objetivo final es trasladar a toda la población civil de Gaza -estimada en más de dos millones de personas- a esta zona completamente militarizada y controlada por Israel. Su aspiración, aclaró además, es que una vez encerrados allí, las autoridades israelíes puedan convencer a los palestinos de "emigrar voluntariamente" fuera de la franja hacia otros países. Esta idea no es nueva entre el gabinete de Netanyahu y tanto la ONU como una parte importante de la comunidad internacional ya la condenó como un intento de limpieza étnica de los palestinos y de un desplazamiento forzado para quedarse con la totalidad del territorio que Israel controla militarmente desde 1967, junto con los otros territorios Cisjordania y Jerusalén este.
Hasta ahora, los palestinos de Gaza se niegan a abandonar su tierra. Piden que se levante el bloqueo total israelí y se permita el ingreso de los miles de camiones con ayuda humanitaria que esperan hace meses en los países vecinos. Pero nunca aceptaron los planteos del gobierno de Netanyahu de abandonar la Franja de Gaza. ¿Por qué cree entonces Israel que podría conseguir que acepten encerrarse en estos campos de concentración?
Al explicar su plan, siempre según los medios israelíes, Katz destacó que en el campo de concentración se crearían cuatro centros nuevos de distribución de comida, como los que habilitaron en el último mes y medio de la mano de una empresa privada estadounidense, repudiada por la ONU y todas las organizaciones humanitarias internacionales presentes en la zona. Mientras Israel sigue prohibiéndoles ingresar comida, agua, combustible y medicamentos, entre otros suministros básicos, Netanyahu autorizó a esta empresa privada con fuertes vínculos con su Gobierno a distribuir comida de una forma ya explícitamente inhumana: fuerza a los palestinos a transitar zonas militarizadas, los encierra en jaulas y, cuando la desesperación que impone el hambre y la posible muerte de sus seres queridos, desata estampidas y corridas, les dispara a quemarropa "para dispersarlos", según confesaron soldados israelíes recientemente. Así, ya fueron asesinadas más de 700 personas.
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Pese a estas escenas de violencia, caos y muerte, los palestinos siguen yendo a estos centros de distribución de comida y agua porque están desesperados; porque una de cada tres personas en Gaza pasan días enteros sin comer, según denunció en las últimas horas la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA); porque UNICEF alertó que los niveles de desnutrición infantil están creciendo "a un ritmo alarmante"; y porque ya murieron 66 chicos por hambre, según las autoridades locales controladas por Hamas.
TMAP: Todo Marcha Acorde al Plan
Netanyahu viajó a Estados Unidos para negociar las treguas que quiere anotarse Trump: un acuerdo estable con Irán después de la escalada del mes pasado y un alto el fuego en la Franja de Gaza que permita la liberación de los más de 20 rehenes israelíes que se creen que aún viven y también aplacar las críticas y las presiones por las crecientes denuncias de un genocidio en proceso contra los palestinos. La semana pasada, el presidente estadounidense había dicho en sus redes sociales que el gobierno de Israel había aceptado una propuesta para un cese al fuego de 60 días y que esperaba que Hamas lo aceptara también. Días después, el movimiento palestino hizo trascender sus pedidos -permitir ingresar cientos de camiones con ayuda humanitaria, la salida de los enfermos y la retirada de las tropas israelíes, entre algunos puntos. Netanyahu aclaró, antes de subirse al avión con destino a Washington, que no aceptaría esto.
Y, justo cuando se iba a reunir con Trump, su ministro de Defensa anuncia a la prensa israelí su nuevo plan para crear "campos" para "concentrar" a casi el 30% de la población de Gaza. Además, Katz destacó ante los periodistas que las fuerzas militares israelíes ya controlan casi el 70% del devastado territorio palestino, una cifra muy cercana a la que habían anunciado como objetivo en un plan delineado en mayo pasado. El objetivo declarado entonces era ocupar militarmente el 75% de la franja en dos meses y encerrar a más de dos millones de personas en tres zonas que apenas suman una extensión menor a la mitad de la Ciudad de Buenos Aires. Todo indica que el anuncio del ministro de Defensa del lunes se refiere a la primera de estas tres zonas.