La ONU denunció que Israel convirtió la entrega de comida en "una trampa mortal" para los palestinos

Primero destruyeron la mayor parte de la Franja de Gaza mientras bloqueaban el ingreso de alimentos, medicamentos y combustible. Cuando la hambruna de dos millones de palestinos se volvió una amenaza real, Israel impuso un nuevo esquema de distribución de ayuda que ya terminó con civiles hambrientos asesinados.

03 de junio, 2025 | 00.05

"En Gaza, la distribución de ayuda humanitaria se ha convertido en una trampa mortal", denunció en las últimas horas la agencia de la ONU para los refugiados palestinos y volvió a pedir, rogar, que Israel dé marcha atrás con su nuevo plan para entregar a través de una cuestionada empresa de Estados Unidos alimentos a los más de dos millones de palestinos que están al borde de una hambruna, según viene advirtiendo la iniciativa internacional IPC que hace un seguimiento de las peores crisis humanitarias en el mundo.

Después de casi tres meses de bloqueo total y que bebés y niños comenzaran a morir desnutridos, la presión internacional escaló a niveles inéditos y el Gobierno de Benjamin Netanyahu permitió el ingreso de los primeros camiones con comida, pero sólo autorizó que la distribuya una opaca empresa manejada por ex militares estadounidenses y empresarios israelíes comprobados vínculos con el ejército de su país. La ONU y las organizaciones humanitarias internacionales que hace décadas trabajan en el devastado y empobrecido territorio y que se han convertido en la principal voz de denuncia contra los crímenes israelíes fueron vetadas. El resultado: caos, violencia y decenas de palestinos hambrientos asesinados.

El nuevo plan israelí comenzó a funcionar hace una semana, el lunes 26 de mayo. La llamada Fundación Humanitaria para Gaza, como se llama la opaca empresa estadounidense, construyó una jaula enorme y armó filas de cientos de palestinos desesperados que, pese al encierro, esperaron para conseguir una caja de alimentos que, además, en nada refleja las posibilidades de cocinar de los habitantes de la Franja donde las cocinas escasean, el gas es casi inexistente y el agua potable, un lujo. Como ya habían adelantado las agencias de la ONU y las organizaciones humanitarias, la empresa norteamericana no sabía o no quiso distribuir correctamente las cajas de ayuda y terminó habiendo una estampida, mezclada con disparos, que según el ejército israelí fueron de "advertencia".

Lo innegable es que hubo corridas desesperadas, heridos y mucho mucho miedo. "Hemos visto un vídeo de uno de los puntos de distribución establecidos por la Fundación Humanitaria para Gaza. Francamente, estos vídeos, estas imágenes, son desgarradores, por no decir otra cosa", comentó ese mismo día el vocero de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, en una conferencia de prensa. En su mensaje, reiteró que la ONU tiene hace meses más de 3.000 camiones con ayuda humanitaria esperando en Egipto y Jordania, pero Israel sigue negándoles el paso. En cambio, habilita a la "fundación" estadounidense con la que todas las agencias y organizaciones humanitarias de la zona se niegan a colaborar porque su forma de trabajar "va en contra de los principios humanitarios de la ONU y deja la ayuda a expensas de intereses políticos y militares".

Con el pasar de los días, la distribución de la ayuda empeoró. Un día explosiones cerca de uno de los centros de la "fundación" estadounidense desataron nuevas corridas y terror, y finalmente, hace sólo unos días, alrededor de 30 palestinos que iban a buscar comida fueron tiroteados y asesinados. Las autoridades locales acusaron a Israel. El ejército de ocupación, que ya controla más del 40% del territorio de la Franja de Gaza y promete ampliarlo al 75% en un par de meses, primero lo negó y luego reiteró su ya tradicional defensa: fueron disparos de "advertencia" y abrirá una investigación para determinar qué pasó. 

Lo cierto es que nadie se hace cargo de los palestinos que fueron asesinados y resultaron heridos cuando fueron a buscar comida en la última semana. Pero lo que es aún más grave, Israel no cede y no responde a las acusaciones de que convirtió en un trauma más la búsqueda de ayuda humanitaria para toda la población civil que hace un año y medio soporta bombardeos y tiroteos diarios sin tener a dónde escapar. 

"Este humillante sistema ha obligado a miles de personas hambrientas y desesperadas a caminar decenas de kilómetros hasta una zona que está prácticamente pulverizada debido a los intensos bombardeos del ejército israelí. Las entregas y la distribución de la ayuda deben ser a escala y seguras. En Gaza, esto sólo puede hacerse a través de las Naciones Unidas, incluida la Unrwa. El Estado de Israel debe levantar el asedio y permitir a la ONU un acceso seguro y sin obstáculos para ayuda y distribuirla de forma segura. Esta es la única manera de evitar la hambruna masiva, que afecta también a un millón de niños y niñas", alertó el comisionado general de la Unrwa, Phlippe Lazzarini.