nov (Reuters) -Decenas de miles de personas que han huido de la ciudad sudanesa de Al Fashir se encuentran en paradero desconocido, declaró el viernes la agencia de la ONU para los refugiados, lo que hace temer por su seguridad tras los informes de violaciones, asesinatos y otros abusos.
Al-Fashir, asolada por la hambruna, era el último bastión del ejército sudanés en la vasta región occidental de Darfur antes de caer en manos de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido el 26 de octubre tras 18 meses de asedio.
Las personas que huyen de la ciudad han descrito a civiles tiroteados en las calles y atacados por aviones no tripulados. Los informes de campo de Darfur describen a las mujeres buscando hojas silvestres y bayas para hervirlas y hacer sopa.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Aunque la agencia de la ONU ha registrado que cerca de 100.000 personas han huido de la ciudad desde la toma del poder, sólo se han contabilizado unas 10.000 en centros de llegada como Tawila, dijo Jacqueline Wilma Parlevliet, jefa de la suboficina del ACNUR en Port Sudan.
"Un número significativo de personas que se desplazan se encuentran varadas en algún lugar, sin poder desplazarse más, debido al peligro, o porque corren el riesgo de ser devueltos a al-Fashir, o porque hay personas muy vulnerables entre el grupo", declaró en una rueda de prensa en Ginebra.
Sus viajes son cada vez más largos y peligrosos, ya que la gente evita cada vez más las rutas trilladas para evitar los controles armados. Algunos han viajado hasta 1.000 kilómetros para llegar a Ad Dabba, en el estado septentrional.
No está claro cuántas personas permanecen en Al Fashir. Según fuentes locales, el ACNUR afirma que miles de personas no pueden salir o carecen de medios o fuerzas para huir.
Los combates entre la RSF y el ejército sudanés se han trasladado ahora a Kordofán, región que sirve de amortiguador entre los bastiones de la RSF en Darfur occidental y los estados controlados por el ejército en el este de Sudán.
"Nos preocupa que la nueva escalada del conflicto en Kordofán pueda provocar nuevos desplazamientos", afirmó Parlevliet.
(Editado en español por Natalia Ramos)
