Por quinto mes consecutivo, Mercedes-Benz mantiene congelado el precio de la Sprinter, su utilitario más emblemático fabricado en Argentina. La decisión sorprende en un contexto de inflación sostenida y constantes ajustes en el mercado automotor. Sin embargo, la estrategia tiene un claro objetivo: preservar la competitividad, reforzar la confianza de los clientes profesionales y sostener el liderazgo de un modelo que se consolidó como sinónimo de calidad y durabilidad.
Una decisión que apunta a la estabilidad
En un mercado donde los precios se actualizan mes a mes, Mercedes-Benz eligió mantener inalterado el valor de la Sprinter desde hace cinco meses. Esta medida busca ofrecer previsibilidad a las empresas de transporte, pymes y profesionales independientes que dependen del vehículo para trabajar. En tiempos de incertidumbre económica, mantener el precio se convierte en una herramienta comercial poderosa para fidelizar clientes y proteger el volumen de ventas.
Además, la marca de la estrella produce la Sprinter en su planta de Virrey del Pino, Buenos Aires, un centro industrial clave para la exportación regional. La decisión de congelar los precios también apunta a sostener la producción y cuidar el empleo local, mientras la compañía evalúa el impacto de los costos de insumos y el tipo de cambio.
Mecánica: potencia y eficiencia confiable
La Mercedes-Benz Sprinter destaca por su solidez mecánica. Está equipada con motores diésel de 2.1 o 2.2 litros, según versión, que entregan potencias de entre 143 y 170 caballos. Su torque elevado le permite mover grandes cargas con facilidad, mientras que la tracción trasera garantiza estabilidad incluso en condiciones exigentes.
Las diferentes configuraciones —311, 415, 515, entre otras— ofrecen una amplia gama de opciones en capacidad de carga y dimensiones. La suspensión reforzada, el sistema de frenos con ABS, control de estabilidad y asistente de arranque en pendiente completan un conjunto mecánico robusto, pensado para operar sin descanso. Es un vehículo diseñado para durar, con mantenimiento sencillo y excelente disponibilidad de repuestos.
Diseño: funcionalidad y presencia de marca
El diseño de la Sprinter combina una estética moderna con una clara orientación funcional. En el frente, la parrilla con el emblema de Mercedes-Benz y las ópticas de gran tamaño transmiten solidez y profesionalismo. Las versiones furgón, combi y chasis permiten múltiples configuraciones de carrocería, lo que convierte a la Sprinter en una base adaptable para transporte de carga, pasajeros o aplicaciones especiales.
En el interior, la ergonomía es protagonista. Los materiales son resistentes, el tablero ofrece una disposición lógica de los mandos y las versiones más equipadas incorporan pantalla táctil, conectividad Bluetooth y puertos USB. Todo está pensado para ofrecer confort durante largas jornadas de trabajo.
Precio y estrategia de mercado
El valor de una Sprinter 311 Furgón CDI Street parte desde los 46.000 dólares, mientras que las versiones más equipadas pueden superar los 100.000 dólares, dependiendo de la configuración. Que Mercedes-Benz mantenga estos precios fijos durante cinco meses consecutivos significa absorber parte de los incrementos de costos, apostando a mantener su cuota de mercado y cuidar la relación con sus clientes.
En síntesis, Mercedes-Benz apuesta por la estabilidad como ventaja competitiva. La Sprinter, fabricada en el país, sigue siendo el corazón de su estrategia: un vehículo confiable, con mecánica probada, diseño funcional y un precio que, al menos por ahora, resiste las turbulencias económicas. Una decisión que refuerza su liderazgo en el segmento y consolida su reputación como la furgoneta más emblemática de la Argentina.