Todavía faltan patentes y hay más de 600.000 autos indocumentados

La falta de chapas patente afecta cada vez más a autos, motos y utilitarios en el país. El origen se encuentra en problemas de provisión e importación, con consecuencias directas sobre concesionarios y usuarios.

01 de octubre, 2025 | 20.37

La crisis de las patentes en Argentina se ha convertido en un obstáculo inesperado para la industria automotriz. A pesar de que el mercado viene mostrando signos de recuperación con un alza en las ventas y patentamientos, la ausencia de chapas metálicas para identificar a los vehículos genera un cuello de botella que preocupa tanto a concesionarios como a compradores. Según datos del sector, se calcula que más de 50.000 vehículos circulan con permisos provisorios de papel, a la espera de recibir su placa definitiva.

Cómo se originó el problema

El inconveniente tiene su raíz en la falta de insumos básicos para la producción de las chapas, entre ellos aluminio y tintas especiales. La Casa de la Moneda y el Registro Nacional de la Propiedad Automotor (DNRPA), responsables de la fabricación y distribución, enfrentaron demoras derivadas de licitaciones inconclusas y trabas en la importación. Esta situación generó un faltante progresivo que se agudizó en los últimos meses de 2025.

A ello se suma el crecimiento de la demanda: el mercado automotor argentino patentó más de 54.000 unidades en agosto, con un aumento interanual del 31,7 %. Este repunte sorprendió a un sistema que venía de años de caída y que no estaba preparado para atender la mayor cantidad de solicitudes.

En qué vehículos se da la mayor falta

La escasez afecta a todo tipo de rodados. Las motocicletas son uno de los segmentos más golpeados, ya que representan el medio de transporte más accesible en tiempos de inflación y restricciones económicas. Se estima que un 40 % de las motos nuevas entregadas en concesionarios no cuentan con chapa metálica en el momento de la venta.

Los autos compactos y medianos, los más elegidos por las familias argentinas, también integran la lista de los más perjudicados. Modelos como el Fiat Cronos, Toyota Corolla Cross y Peugeot 208 encabezan los patentamientos pero deben salir a la calle con autorizaciones temporales.

En el caso de las pick-ups, sector clave para el campo y las economías regionales, el faltante genera complicaciones logísticas, ya que muchas circulan largas distancias con papeles provisorios, lo que expone a sus dueños a controles y sanciones en rutas nacionales.

Consecuencias para usuarios y concesionarios

El permiso provisorio en papel tiene una validez limitada y no siempre es reconocido por todas las jurisdicciones, lo que provoca incertidumbre en los conductores. Además, se han reportado casos de vehículos demorados en controles de tránsito debido a la ausencia de la chapa reglamentaria.

Para los concesionarios, la problemática implica costos extra de gestión y demoras en la entrega, lo que afecta la experiencia del cliente y erosiona la confianza en el mercado. Algunos incluso advierten que la imposibilidad de cumplir con la entrega formal de patentes puede derivar en una caída de ventas hacia fin de año.

Desde la DNRPA aseguran que se trabaja en acelerar las importaciones de insumos y aumentar la producción local, con la promesa de normalizar la provisión en los próximos meses. Sin embargo, los actores del sector mantienen la preocupación: el mercado argentino no puede sostener un repunte de ventas sin un sistema de identificación vehicular eficiente y confiable.

En definitiva, la falta de patentes expone una contradicción: mientras la industria automotriz celebra la recuperación de la demanda, la burocracia y los problemas de abastecimiento frenan el proceso. El desafío inmediato será resolver el cuello de botella para que el crecimiento del sector no quede a medio camino.