El sistema de ayuda a Gaza está bajo presión mientras miles de personas buscan alimentos

29 de mayo, 2025 | 09.51

Tras un comienzo lento y caótico del nuevo sistema de ayuda a Gaza respaldado por Estados Unidos, miles de palestinos han ido llegando a los puntos de distribución, en busca de alimentos que necesitan desesperadamente, a pesar de las escenas de desorden y el temor a la violencia.

Los dos centros gestionados por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), un grupo privado patrocinado por Estados Unidos y aprobado por Israel, llevan funcionando desde el martes, pero la puesta en marcha se vio empañada por escenas tumultuosas cuando miles de personas se abalanzaron sobre las vallas y obligaron a retirarse a los contratistas privados que proporcionaban seguridad.

Un oficial militar israelí dijo a Reuters que la GHF estaba operando ahora cuatro centros de distribución de ayuda, tres en la zona de Ráfah, en el sur, y uno en la zona de Netzarim, en el centro de Gaza.

Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

La GHF no respondió de inmediato a una petición de Reuters para que comentara si ahora estaba distribuyendo ayuda en Netzarim.

Las Naciones Unidas y otros grupos humanitarios han criticado duramente el nuevo sistema por considerarlo una respuesta inadecuada y defectuosa a la crisis humanitaria provocada por el bloqueo impuesto por Israel a la ayuda que entra en Gaza desde hace 11 semanas.

Wessam Khader, de 25 años y padre de un niño de tres, dijo que había acudido a un lugar cercano a Ráfah, a pesar de las sospechas generalizadas sobre el nuevo sistema entre los palestinos y las advertencias del grupo miliciano Hamás de que se mantuviera alejado.

Dijo que había ido todos los días desde el martes, pero que el primer día solo consiguió un paquete de 3 kilos (6,6 libras) que contenía harina, sardinas enlatadas, sal, fideos, galletas y mermelada.

"Me he dejado llevar por el hambre, durante varias semanas no hemos tenido harina, no teníamos nada en la tienda", dijo a Reuters por teléfono desde Ráfah. "Mi hijo se despierta todos los días pidiendo algo de comer y no puedo dárselo".

Cuando llegó con su padre y su hermano, ya había miles de personas allí y ni rastro del proceso de identificación que las autoridades israelíes habían dicho que se llevaría a cabo para descartar a cualquiera que se considerara vinculado a Hamás.

"No vi nada, nadie me pidió nada, y si había una puerta electrónica o un control, creo que se derrumbó bajo los pies de la multitud", dijo. Derribaron las puertas, las alambradas e incluso se llevaron tubos de plástico, tablas de metal y material de vallado.

"La gente estaba hambrienta y se llevaron todo lo que había en el lugar", dijo.

A principios de esta semana, la GHF dijo que había previsto este tipo de reacciones de una "población angustiada".

Para los palestinos del norte de Gaza, aislados de los puntos de distribución del sur, incluso eso sigue estando fuera de su alcance.

"Vemos vídeos sobre la ayuda y la gente que la recibe, pero siguen diciendo que los camiones no pueden entrar en el norte, donde vivimos", dijo a Reuters Ghada Zaki, de 52 años y madre de siete hijos en la ciudad de Gaza, a través de una aplicación de mensajería.

Con información de Reuters