Hay en Francia y en el mundo una tendencia a estigmatizar a la izquierda, sobre todo La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, que desde los primeros días de la desproporcionada respuesta israelí al ataque terrorista de Hamás el 7 de octubre de 2023, denunció como un crimen de guerra primero - y de genocidio después - la intención de Benjamín Netanyahu y su gobierno fascista de destruir material y físicamente a los dos millones de palestinos de la franja de Gaza. Esa misma izquierda que calificó a los dirigentes de Hamás como criminales de guerra es denunciada como « antisemita ».
Partidos de derecha y extrema derecha, convertidos en adalides de la defensa a ultranza del gobierno israelí, acusan de « antisemita » a toda persona o partido que ose criticar al sionismo y denuncie la masacre del ejército israelí. La mayoría de las instituciones judías y sus representantes sostienen al gobierno de Netanyahu sin ningún tipo de matices. Salvo algunas voces minoritarias como la rabina Delphine Horvilleur ou Hanna Assouline, co-responsable de la organización « Guerreras por la Paz », y otras asociaciones progresistas, son pocas las personalidades de la comunidad judía francesa que se desmarcaron del CRIF (Consejo Representativo de las Instituciones Judías Francesas), portavoz de Netanyahu en Francia.
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Un cambio se produce desde que las fotos insostenibles, sobre todo de niños palestinos esqueléticos fueron publicadas en las portadas de los principales medios gráficos desde hace unos días. La hambruna provocada por la prohibición del ingreso de los 6000 camiones con alimentos, agua y combustible por parte de Israel y la matanza de más de mil palestinos mientras se hacinaban en los pocos puntos de distribución de comida de una «ONG» creada por USA e Israel, han acelerado las declaraciones y manifestaciones contra la política genocida del Estado hebreo que provocó 60 000 muertos, entre ellos 17 000 niños.
Este cambio, producto de las movilizaciones y declaraciones cada día más masivas en varios países e incluso en Israel, marca un punto de inflexión en la percepción de lo que está pasando en Gaza. A tal punto que el presidente Macron anunció el 24/07 que Francia, el único país miembro del G7, reconocerá al Estado palestino en septiembre en la Asamblea general de la ONU.
Difícil de prever si otros miembros del G7 seguirán a Macron en este reconocimiento. Pero lo urgente es parar el genocidio y permitir la entrada de la ayuda humanitaria implementando un alto el fuego inmediato y la entrega de los rehenes israelíes que aún están en manos de Hamás y los grupos jiadistas. Sabemos que la supervivencia política de Netanyahu depende del apoyo de USA además de estar íntimamente ligada a la continuidad de la masacre, a los planes de deportación y limpieza étnica y o al confinamiento de los gazatíes en condiciones humanamente inaceptables.
En tiempos donde las leyes internacionales han dejado de ser respetadas, cabe preguntarse si la doctrina del « derecho de injerencia humanitaria » debería aplicarse ante el horror que estamos viviendo en tiempo real. Pero qué países estarían dispuestos a correr el riesgo de intervenir?