Los delegados de la Confederación General del Trabajo (CGT) aprobaron la conformación de un nuevo triunvirato para la conducción y se espera que se definan los nombres. El gastronómico Luis Barrionuevo no consiguió imponer su voluntad para que haya un solo secretario general en la nueva etapa de la CGT donde su principal desafío será discutir la reforma laboral que quiere Javier Milei. Están reunidos en Obras Sanitarias para definir a los próximos cotitulaes unos 2186 delegados de 210 sindicatos.
Un sector interno liderado por Luis Barrionuevo y al que se plegó la UTA y La Fraternidad de Omar Maturano forzó una votación para que primero se defina si en la nueva etapa habrá un secretario general o se repetirá el esquema de un triunvirato para que reemplace al actual. La votación fue a mano alzada y no nominal. Según explicaron fuentes sindicales a El Destape, "la victoria fue abrumadora" a favor de que haya una conducción colegiada.
De esta forma, se abre el camino para que la CGT tenga un triunvirato cuyos nombres se terminaron de delinear anoche en una mesa chica de la CGT. La nueva condución estará conformada por Cristian Jerónimo del sindicato del Vidrio, Jorge Sola del sindicato de Seguro y Octavio Argüello de Camioneros. Este último responde a Hugo Moyano, quien pidió por su continuidad para alcanzar un acuerdo con el resto de la mesa.
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Los nombres los definieron, además del líder camionero, Gerardo Martínez (UOCRA) y Andrés Rodríguez (UPCN) , quienes están detrás de la postulación de Jerónimo, y otros líderes de poderosos gremios como Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento y CATT), Héctor Daer (Sanidad), Guillermo Moser (Luz y Fuerza), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Armando Cavalieri (Comercio). Los mercantiles que lidera el gremialista de 93 años apodado "El Gitano" es el de mayor peso con más del 20% de los congresales.
En ese encuentro que se dio el martes por la noche se terminó de echar por tierra la posibilidad de que haya una mujer en la conducción como se intentó promover en las últimas semanas. El nombre que reunía mayor consenso era el de la judicial Maia Volcovinsky.
Los primeros nombres que se instalaron fueron los de Jerónimo y Sola, mientras que con el tercer lugar se buscó un equilibrio para dejar satisfechos a todos los sectores. Las mujeres de la CGT pretendieron hasta último momento tener una representación en la conducción. La última en llegar al secretariado general fue Susana Stochero de Sanidad. "No vinimos por la foto, no servimos café, queremos a las compañeras conducir la CGT", cantaron las cientos de trabajadoras de distintos gremios cuando arrancó el acto. Desde el sector de Volcovinsky marcaron a este medio que la intención de que haya una mujer en el triunvirato "no es por cumplir un cupo sino como resultado de un proceso transversal que incluye a mujeres de casi 100 gremios".
En los últimos años, especialmente desde 2021 con la reforma de estatuto que incorporó la paridad de género en la conformación del consejo directivo, comenzó a haber secretarías generales de regionales o de sindicatos ocupadas por mujeres. "Es la prueba de esa construcción transversal y federal. Por eso la presencia de una mujer en triunvirato fortalece ese equilibrio", resaltaron desde la mesa de mujeres.
En el corto plazo, la nueva conducción de la CGT deberá afrontar la reforma laboral que Javier Milei enviará al Congreso para que comience a discutirse en sesiones extraordinarias y que apunta, entre distintos ejes, a la flexibilización de los contratos laborales y a la negociación salarial individual.
El Gobierno busca aprovechar la nueva composición del liderazgo gremial para acelerar una reforma que los sindicatos consideran regresiva. Hasta acá la CGT encabezó tres paros generales en protesta contra el plan económico de Milei y logró congelar en la Justicia parte del DNU 70/23. Desde el gremialismo advierten que no aceptarán que la nueva reforma laboral avance sobre los derechos de los trabajadores y así lo expresó haciendo propio un escrito que presentó Martínez en el Consejo de Mayo que integran también funcionarios del Gobierno, legisladores y y el presidente de la Unión Industrual Argentina (UIA), Martín Rappallini, en representación de las entidades gremiales empresariales.
La presión de la Casa Rosada sobre los gremios se hará sentir durante la discusión del proyecto. Pese a que el ministro de Salud, Mario Lugones, le informó a un puñado de dirigentes sindicales que se iba a enviar 60 mil millones de pesos a las obras sociales con mayor número de afiliados, los fondos por el momento permanecen congelados.
Pese a las tensiones, la CGT avanza con la renovación de autoridades en unidad aunque con predominancia de las vertientes internas de "los gordos" y "los independientes" por sobre Barrionuevo y sus aliados. Restará saber si los nuevos líderes tendrán protagonismo en las próximas semanas en la discusión que impondrá el Gobierno y qué capacidad tendrán para imponer condiciones.
