El gobierno de Donald Trump pudo mostrar este lunes el primer avance tras la intervención política que le hizo al gabinete de Javier Milei: reunió en el Congreso argentino a los representantes de La Libertad Avanza, a funcionarios del Poder Ejecutivo y a un puñado de diputados opositores a los que considera "dialoguistas" para coordinar el camino hacia la aprobación del Presupuesto 2026. Paradójicamente, Trump no ha logrado aprobar su propio presupuesto en Estados Unidos, país que ya contabiliza veinte días sin que el gobierno federal pueda funcionar (principalmente, pagar salarios) por esa imposibilidad.
En la Argentina, las cosas son diferentes para Trump y sus delegados. Este lunes consiguió reunir en el Salón de Honor del primer piso del Congreso a representantes de casi todos los bloques legislativos, a excepción del peronismo, el Frente de Izquierda y algunos de los ex libertarios. Estuvieron en el encuentro, además de los oficialistas LLA y PRO, representantes de la UCR, de Encuentro Federal, de Democracia Para Siempre y del MID. El diputado Eduardo Falcone, del bloque que preside Oscar Zago, resaltó como conclusión del encuentro la importancia de que el gobierno de Milei logre por fin tener un presupuesto aprobado por el Congreso.
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La juntada fue apadrinada por el lobbista y ocasional asesor de Trump, Barry Bennett, que hace diez días reunió en Buenos Aires a Christian Ritondo (PRO), Rodrigo de Loredo (UCR) y Miguel Pichetto (Encuentro Federal) con Santiago Caputo y Manuel Vidal para marcar la hoja de ruta que Estados Unidos quiere ver cumplida políticamente en la Argentina. “Nosotros apostamos a este Gobierno, pero está muy solo”, dijo en aquella ocasión Bennet. La respuesta a esa exhortación llegó este lunes con la reunión en el Congreso, de la que participaron los funcionarios Carlos Guberman, secretario de Hacienda, y José Rolandi, vicejefe de Gabinete; los diputados libertarios Martín Menem, presidente de la Cámara baja, y "Bertie" Benegas Lynch, titular de la comisión de Presupuesto en reemplazo del renunciado José Luis Espert.
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El principal objetivo de la administración Trump es lograr que los diputados de la "oposición dialoguista" desoigan el mandato que impuso el pleno de la Cámara a la comisión de Presupuesto para que dictamine sobre la iniciativa antes del recambio legislativo. Según lo votado en el recinto, el martes 4 de noviembre debería estar aprobado el dictamen para lograr avanzar con la aprobación integral de la ley antes del 10 de diciembre, cuando ingresarán los diputados que serán electos el próximo domingo. Estados Unidos empuja una postergación de esos tiempos, para que el proyecto de Presupuesto 2026 sea debatido y aprobado con la conformación de la Cámara Baja que quedará delineada en las elecciones de medio término para las que está poniendo dólares, tuits y apoyo.
No parece un objetivo imposible. Como prenda de cambio, al menos públicamente, los interlocutores no libertarios de Menem y Benegas Lynch pidieron que el Gobierno aplique las leyes que el Congreso sancionó y el Poder Ejecutivo se niega a poner en práctica. Son las emergencias en discapacidad, financiamiento universitario y financiamiento de la salud pediátrica. Además, también insistieron en que el ministro de Economía, Luis Caputo, finalmente vaya a responder preguntas al Congreso. Por ahora, el oficialismo se niega a las cuatro cosas. Ni las leyes ni Caputo, respondieron los libertarios. El toma y daca de gestos será resuelto después de las elecciones y en gran parte dependerá de cuánto poder de fuego legislativo conserve (o no) el mileísmo. Lo avisó Miguel Pichetto: "El domingo, la clave es leer los resultados por el porcentaje que saque el Gobierno. Eso medirá su capacidad de abrir un diálogo de negociación en serio. Es necesario un cambio de actitud institucional con alianzas más efectivas; no puede seguir con el Congreso en la manera en que viene", posteó en X.
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En un escenario optimista, Bennett ya delineó en declaraciones a Tiempo Argentino cuáles serán sus directivas si logra el Presupuesto: inversiones estadounidenses en energía y explotación petrolera; "ayudar" a que la Argentina exporte gas natural a Europa, profundizar el vínculo en seguridad y defensa; y avanzar en las conversaciones sobre tecnología, datos, uranio y plantas nucleares. "Es el comienzo de algo muy grande -dijo el enviado de Trump hace diez días en Buenos Aires-. Dios bendijo a la Argentina con sus recursos: litio, uranio, gas, petróleo, energía hidroeléctrica. En Estados Unidos nos encantaría tener todo eso. Nuestro objetivo es ayudar a producir."