La proscripción de CFK obliga a parar la pelota y repensar el acuerdo PRO - LLA

El gobierno y el macrismo celebraron la condena a la ex presidenta, pero surgieron algunos interrogantes que por lo menos implicarán una revisión de lo conversado hasta el momento en Buenos Aires.

10 de junio, 2025 | 23.59

Con la decisión de la Corte Suprema, Cristina Kirchner no podrá ser candidata en la provincia de Buenos Aires. La proscripción de la líder política de la oposición puede reconfigurar todo el panorama y obligar a repensar las negociaciones entre el PRO y La Libertad Avanza. ¿A los violeta les sirve entregarle renglones a los amarillos, aún sin la presencia amenazante de la ex presidenta?

La novedad todavía está muy fresca y no hay más que suposiciones. Una de ellas indica que probablemente se entre en un período de cierta pausa para analizar el nuevo panorama. No es lo mismo encarar una elección con la figura de Cristina encabezando una boleta que ir a una contienda electoral con ella presa. Según Patricia Bullrich, la cárcel le va a servir para victimizarse aún más.

En la tercera sección electoral, CFK mostró un nivel de fortaleza más que envidiable y en la Casa Rosada eran conscientes de ello. Sabían que no iban a poder derrotarla y que, a lo sumo, podrían aspirar a conseguir un nombre que permita achicar la brecha entre el peronismo y los libertarios. Con ella fuera de escena, no está clara cuál será la conveniencia, para el gobierno, de una alianza con el PRO. Una fuente cercana a un dirigente amarillo proclive a los acuerdos sostuvo que la coalición o el acuerdo electoral probablemente no corra peligro, pero lo conversado hasta este momento puede cambiar.

Sostuvo que el gobierno no estaba interesado en un escenario como este. Fue la Casa Rosada la que negoció para que se cayera Ficha Limpia en el Senado, un gesto más que claro en favor de la participación de Cristina en los comicios. Unión por la Patria se enteró, durante esa jornada caliente en el Congreso, que los votos para rechazar el proyecto podrían estar. Pero no fue una negociación propia, fue casi un regalo que cayó del cielo y que, en ese entonces, tomó por sorpresa incluso a la propia CFK.

Al gobierno le servía la polarización con Cristina. Tanto para potenciarse desde la épica como para tener una justificación más que aceptable en caso de derrota. Al PRO le servía el temor a un retorno nacional del kirchnerismo para venderle, a la Casa Rosada, el relato de lo heroico. Es un misterio cómo impactará el encarcelamiento de la líder política. ¿Fomentará la polarización? ¿Definirá a los indecisos hacia uno u otro lado? ¿Se expresará con mayor ausentismo? ¿Habrá más concurrencia a las urnas? Con esos y muchos más interrogantes sobre la mesa, es difícil hacer un reconocimiento, por lo menos tan rápido, la nueva arena de combate.

Lo cierto es que se espera una reunificación del peronismo, que hasta hoy se había mostrado fragmentado pero que encontró banderas y dirigentes unidos en la puerta de la sede del PJ nacional para acompañar, de forma muy puntual, a la ex presidenta. ¿Axel Kicillof volverá sobre sus pasos y convocará a elecciones concurrentes? Son preguntas válidas que se hacen desde filas macristas proclives a un acuerdo.

Tanto La Libertad Avanza como el PRO celebraron la confirmación de la condena contra Cristina. Mauricio Macri, bastante apartado de la negociación bonaerense, calificó de “impecable” el “trabajo de la Justicia”, y celebró que “los mecanismos de la República se expresaron con libertad”.

La UCR también lo hizo. El partido centenario todavía construye su posición estratégico electoral, pero compartió comunicados más que claros en este sentido. “Constituye un paso adelante en la búsqueda de justicia”, dijeron y reconocieron a los “periodistas”, pieza clave para llevar adelante este caso paradigmático de lawfare. Ni hablar de las celebraciones, hasta las lágrimas, de dirigentes de la Coalición Cívica.