En plena discusión pública por el incipiente proyecto de reforma laboral que impulsa el Gobierno de Javier Milei, el exministro de Trabajo Carlos Tomada cuestionó con dureza que la Confederación General del Trabajo (CGT) esté dispuesta a sentarse a negociar con la Casa Rosada. Señaló que, bajo las condiciones actuales, cualquier diálogo con la administración libertaria "siempre va a terminar con los trabajadores perdiendo". Incluso remarcó que si la central obrera pudiese generar una propuesta alternativa de reforma laboral, "no hay que llevarla a la mesa de negociación con este gobierno porque siempre vamos a perder".
Respecto al argumento que desde el oficialismo sostienen de que el empleo formal no crece hace 15 años, Tomada aseguró que esa interpretación es falsa y que, además, es peligrosa para encarar una reforma estructural. Para el ex ministro, el problema central no es la legislación vigente, sino la recesión económica que atraviesa el país. "¿Quién dijo que para crear empleo hay que hacer una reforma laboral? ¿No será que el problema es que somos un país en recesión?", planteó.
En esa línea, el ex funcionario considera que el debate se monta sobre un "diagnóstico equivocado". Afirmó que no está en contra de una reforma laboral en sí misma, pero sí en contra de impulsarla en un contexto donde se responsabiliza a los trabajadores por la crisis y se omiten los factores macroeconómicos. "No veo que la solución a estos problemas sea una reforma laboral. Cuando el país crece, el empleo crece", remarcó.
"Cuando hay crecimiento, hay empleo": el diagnóstico de Tomada
Tomada recordó que durante su gestión, incluso en períodos de retracción económica, el empleo privado registrado continuó expandiéndose. Mencionó que sólo en 2015 se habían generado 180.000 puestos de trabajo formales y que, aún cuando el crecimiento se estabilizaba, el mercado laboral seguía mostrando dinamismo.
Respecto al trabajo informal, subrayó que el problema no radica en la falta de normas, sino en la falta de controles y en la existencia de empresas que evitan cumplir con sus obligaciones. "¿Qué es un trabajador informal? Es un trabajador que tienen derechos y se los niegan. Eso es un trabajador informal", explicó.
El ex ministro recordó cómo durante el gobierno de Néstor Kirchner se impulsó un programa integral para combatir el trabajo no registrado. "A los 90 días de asumir, Kirchner reunió en la Casa Rosada a empresarios, pymes y sindicalistas y les presentó un plan nacional para formalizar trabajadores. Había una voluntad y había un espíritu de que había que salir de esa idea de que 'más vale cualquier trabajo antes que ningún trabajo'”, contó Tomada.
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La CGT y la relación con el Gobierno desde 2024
Sobre el rol de la CGT, Tomada señaló que la confederación gremial atravesó distintos momentos desde la asunción de Milei. Recordó la masiva movilización de diciembre de 2023, cuando la central obrera impugnó el artículo 40 del DNU y se convirtió en un "punto de acumulación". Si bien luego la conflictividad disminuyó, en palabras del propio Tomada, destacó que los sindicatos mantuvieron la presión pese al reflujo de la conducción cegetista.
Frente a la posibilidad de negociar con el Gobierno una reforma laboral, Tomada opinó: "Con este gobierno no se negocia. Y con este gobierno no se puede negociar una reforma laboral. Va a hacer mucho daño". Si bien reconoció que el movimiento obrero debe tener una propuesta alternativa, insistió en que no es el momento de llevarla a una instancia de negociación. "Porque con este gobierno siempre vamos a perder", concluyó.
