A horas del cierre en PBA, otros gobernadores se preparan para la discusión con LLA

Ignacio Torres relanzó el frente Despierta Chubut y tiene pocos incentivos para acordar con La Libertad Avanza. Rogelio Frigerio ve mucho más potable y beneficioso un acuerdo con el gobierno, que quiere teñir el país de violeta y cerrar coaliciones bajo la marca mileísta. 

08 de julio, 2025 | 00.05

A horas del cierre de alianzas en la provincia de Buenos Aires, el Gobierno piensa en las elecciones nacionales de octubre y quiere teñir el país de violeta. La Libertad Avanza apunta a colonizar todas las provincias con sello propio, en un intento de reconciliación negociada con los gobernadores con los que se rompieron los puentes.

Una de las visiones estratégicas del Gobierno indica que, ante los problemas provinciales, hay dos formas de mantener vínculos saludables con los mandatarios: con plata o con política.

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La primera de las dos, para sorpresa de nadie, no solo es inviable sino que profundiza su deterioro. Manuel Adorni anunció la disolución de Vialidad Nacional, justamente cuando el estado de las rutas es una de las preocupaciones centrales de los distritos. También, una de las críticas del macrismo desde, al menos, mediados del año pasado.

La segunda variable, la política, se vio resentida con la implantación de internas en las elecciones provinciales cuyo punto cúlmine se ubicó en Corrientes. Pero en la Rosada piensan que todavía hay chances de dar vuelta la situación de cara a octubre para poder sostener vetos y colar diputados y senadores en listas promocionadas por los gobernadores, de mayor fortaleza.

El Gobierno apunta a acordar en prácticamente todos los distritos para poder, en el mejor de los casos, tener un bloque propio en Diputados de alrededor de 90 bancas para, con el magnetismo de un triunfo, ascender a más de cien, y unos 14 senadores. El problema es que, para llegar a acuerdos, la Rosada va a querer, como en Buenos Aires, liderar la boleta con el nombre y color del partido mileísta.

En las provincias, los gobernadores ya tienen sus frentes electorales compuestos por varias decenas de partidos, en muchos casos. Algunos de ellos de mala relación con La Libertad Avanza. Habrá que ver si eso se transforma en un impedimento.

La situación en Chubut

En Chubut, este fin de semana Ignacio Torres relanzó Despierta Chubut, un frente en el que están el PRO, la UCR, partidos provinciales y algunos dirigentes tanto libertarios como peronistas. El mandatario logró una transversalidad más que interesante que le permite posicionarse de cara a las próximas elecciones, que serán directamente el 26 de octubre.

El dirigente no tiene ningún incentivo para acordar con La Libertad Avanza en la provincia, como ya contó hace algunas semanas El Destape. En Chubut sólo se renovarán dos bancas en la Cámara Baja y, para quedarse con ambos asientos, se necesita casi el 70% de los votos.

Si se sumaran linealmente los porcentajes obtenidos hace dos años por Torres y por la propuesta libertaria, no llegan al 50%. Por eso, es conveniente un acuerdo tácito para ir separados pero con cierta sincronía con la intención de desplazar al peronismo a un tercer lugar y dejarlo sin diputados.

La discusión en Entre Ríos

En el caso de Entre Ríos, para el gobierno nacional y para el mandatario provincial, Rogelio Frigerio, es mucho más lógico llegar a un entendimiento y se espera que así suceda. Como Chubut, el distrito del litoral sólo elige legisladores nacionales, pero muchos más. Apuesta los tres senadores (uno PRO, una de la UCR y otra del peronismo) y cinco diputados (de los cuales dos son peronistas, uno del PRO y dos radicales).

De querer renovar los tres diputados que pone en juego Juntos por el Cambio, Frigerio necesitará el 50% de los votos, y casi el 70% en caso de pretender incorporar una bancada extra. De sumar los porcentajes obtenidos por Juntos por Entre Ríos y La Libertad Avanza para la categoría de gobernador hace dos años, podrían estar en torno al 60% de los sufragios. Aquí una alianza claramente modifica la ecuación y se hace mucho más tentadora.

A Frigerio le importa poco el color de la boleta, pero está pidiendo que se arribe a un frente electoral y no a un acuerdo entre dos fuerzas políticas. En ese marco, avanzan las conversaciones con la Casa Rosada pero sin nada definido. Sobre la mesa está dispuesta la necesidad de discutir el criterio para compartir listas.

En Entre Ríos, y seguramente no es el único distrito, la discusión electoral será completamente nacional, por lo que el color y sello de la boleta pasa a ser lo de menos. Las gestiones de los gobernadores quedarán en segundo plano y la puja será en favor o en contra de Javier Milei, en favor o en contra del peronismo.