Claves para anticipar el resultado de las elecciones del domingo

Con las encuestas prohibidas por la veda, existen otros mecanismos para analizar el escenario electoral de cara al domingo y tratar de adelantar que pasará en los comicios nacionales legislativos que el gobierno de Milei consideran fundamentales para su futuro político.

24 de octubre, 2025 | 00.05

Con las encuestas de intención de voto desacreditadas como instrumento de pronóstico electoral, en la previa de las elecciones del domingo surgen herramientas alternativas que permiten una aproximación anticipada al resultado. Son indicadores que vienen funcionando como predictores electorales, cálculos matemáticos sobre la base de las elecciones provinciales y análisis cualitativos elaborados por especialistas. Mirados en su conjunto ayudan a entender al menos cuáles son las claves que definirán los comicios del 26O, decisivos para el gobierno de Javier Milei.

La confluencia de esas miradas refuerza la idea de un oficialismo en torno del 35% de los votos a nivel nacional. Pero el porcentaje final y la posibilidad de un triunfo o una derrota para el Gobierno Nacional están supeditados a una serie de factores de desempeño incierto: serán determinantes el nivel de participación, la estrategia de polarización desarrollada por la Casa Rosada y el efecto de la boleta única, que hará su debut en elecciones nacionales. Sin la capacidad de despejar la incertidumbre, nos proponemos exprimir todos los elementos disponibles para saber dónde estamos parados.

El primer elemento es el Índice de Confianza en el Gobierno (ICG), un indicador de popularidad de la gestión que elabora desde noviembre de 2001 la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT). Un estudio reciente de la consultora Equilibra, de Martín Rapetti, muestra una correspondencia notable entre el nivel del ICG y el porcentaje obtenido por los oficialismos en las sucesivas elecciones entre 2003 y la actualidad. 

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En una escala que va de 1 a 5, el ICG de septiembre de este año se ubicó en 1,94, la cifra más baja desde la asunción de Milei. Ese nivel de ICG se correspondería, de acuerdo con el estudio de Equilibra, con un resultado electoral para el oficialismo por debajo del 40%. Si la disminución en el ICG, casi un derrumbe en los últimos dos meses, continuara en octubre, el porcentaje caería por debajo del 35%.

“El ICG puede estar funcionando como predictor electoral pero no está diseñado para eso, porque no mide cuál puede ser la performance de la oposición, solo evalúa al oficialismo”, advierte el politólogo Carlos Gervasoni, responsable del indicador. La confiabilidad del ICG, destaca, es que es una serie muy larga y robusta. Hace casi 24 años se hace una encuesta nacional con el mismo formulario, lo que arroja un indicador de popularidad del gobierno. 

¿Qué factores o mediciones objetivas impactan sobre el indicador? En un análisis que publicó este año junto con Agostina De Leo, Gervasoni señaló que la inflación es de los factores más influyentes. “Milei mantuvo alta su popularidad hasta la primera mitad de este año por la baja de la inflación. Pero cuando eso se detuvo, empezaron a aparecer otras cuestiones en la agenda, como los escándalos de corrupción”, dice.

Otro abordaje propone Rodrigo Quiroga, investigador del Conicet, especialista en análisis de datos. A partir de un estudio en profundidad de los resultados del 7/9 en la provincia de Buenos Aires que hizo con el especialista en visualización de datos Andrés Snitkofsky, Quiroga determinó que la mayor parte de los votos que perdieron el oficialismo y el Pro respecto de las elecciones de 2023 corresponden a votantes del 30% que obtuvo La Libertad Avanza (LLA) en la primera vuelta presidencial: los desencantados de Milei. 

Con el método de la “inferencia ecológica”, Quiroga elaboró una proyección del resultado nacional para el 26O, para el que tomó como parámetro los votos perdidos por LLA en el resto de las elecciones provinciales celebradas este año. De acuerdo con esa proyección, el oficialismo alcanzaría este domingo el 31% a nivel nacional y quedaría cuatro puntos por debajo de la suma de los distintos sellos del peronismo kirchnerista

De acuerdo con la proyección de Quiroga, Fuerza Patria (FP) se impondría por 9 puntos en la provincia de Buenos Aires, una diferencia 5 puntos menor a la del 7/9. Los dirigentes del peronismo de PBA coinciden en que la distancia se va a achicar. Alegan tres factores: los extranjeros no están habilitados para votar, habrá un crecimiento de la participación electoral y habrá una mayor polarización. En este punto coincide el politólogo Pablo Salinas, que anticipa una elección ultrapolarizada, con LLA y FP quedándose con casi el 80% de los votos.

Si la proyección de Quiroga es acertada, el oficialismo quedará bastante por debajo del 35% que en promedio obtuvieron los gobiernos en las elecciones de medio término desde 1983 hasta la actualidad. Según un relevamiento que hizo el politólogo Facundo Cruz, en cinco oportunidades los oficialismo se apartaron por más de cinco puntos de esa media: en 1985 (43%), 1993 (42%), 2001 (23%), 2009 (29%) y 2017 (42%). “Los oficialismos nacionales suelen perder bancas en elecciones intermedias versus la legislativa inmediata anterior. La mayoría de los oficialismos tuvo que recalibrar su agenda y mejorar el vínculo con la oposición. Ya sea para mejorar la gobernabilidad y buscar la reelección, o para sobrevivir”, concluye Cruz.

El nivel de participación será determinante para el Gobierno Nacional. Todos los analistas coinciden en que, como pasó el 7/9, cuanto mayor sea el ausentismo, peor será el resultado de LLA. En el universo de personas que no fueron a votar en septiembre hay una mayoría de exvotantes de Milei, señalan. El sociólogo Pablo Semán acaba de cerrar un relevamiento de campo de jóvenes que no fueron a votar el 7/9, que aporta claves para entender a ese sector. “Algunos sostienen un apoyo silencioso y resignado a Milei, otros migran hacia el voto opositor por hartazgo, y muchos se reafirman en no votar o votar en blanco por decepción o autocuidado”, dice, sobre lo que puede pasar el 26O.

Otro factor cuyo efecto nadie se atreve a anticipar es la introducción de la boleta única. De acuerdo con una medición reciente de Hugo Haime, más del 20% del electorado no conoce el nuevo sistema de votación. ¿Cómo incidirá en el momento de la votación? ¿La ubicación de las listas en la boleta puede beneficiar a una u otra agrupación? ¿Habrá un mayor porcentaje de voto en blanco en aquellas provincias en las que también se vota para el Senado? Preguntas que solo tendrán respuesta el domingo.