En el PRO no hay enojo ni satisfacción por la derrota de la alianza con La Libertad Avanza en la elección de la provincia de Buenos Aires. Lo que prima en el partido de Mauricio Macri es la tranquilidad de saber que no son la excusa de Casa Rosada para buscar un culpable ya que aceptaron las condiciones de un acuerdo con pocos lugares entrables y la confianza en que ya no rodea un halo de imbatibilidad a Javier Milei y a su partido.
“El problema no fue el acuerdo, sino que no haya sido más amplio”, analizó un dirigente de primera línea del PRO ante El Destape sobre lo que dejaron los comicios legislativos bonaerense. Apuntan a que fue un error de Karina Milei y su armador bonaerense Sebastián Pareja no haber intentado un entendimiento con los intendentes Pablo Petrecca (Junín), Javier Martínez (Pergamino) ni los Passaglia de San Nicolás (Manuel y Santiago) y parte de ello, entienden, explica parte de una derrota que ven imposible de revertir en octubre aunque sí de acortar la diferencia. Con una mayor amplitud, especulan, el mapa hubiese terminado pintado de violeta en su mayoría con excepción de la Primera y la Tercera.
Al cuestionamiento por la errada estrategia, en el partido que preside Mauricio Macri aseguran que el mayor problema que rodea a la administración nacional y a la no le ven una salida fácil está relacionado al orden de lo moral. “El ajuste que le pedís al ciudadano tiene un problema ético en la hermana”, plantearon cerca del exPresidente y señalaron en relación a la acusación que la relaciona a un presunto hecho corrupción por lo que se desprendió de los audios de las coimas: “Invitaste a un ajuste y hacés prácticas de casta por lo que todo está atravesado por una cuestión ética”.
En el PRO tienen dos certezas y un dilema. Las seguridades son que “La Libertad Avanza perdió la mística del invencible” y la segunda es que ven que con esta derrota el PRO quedó con vida y por eso confían en que hay margen para reconstruir una alternativa de centro de cara al 2027. “Recuperamos aire propio”, soltaron cerca de un gobernador amarillo.
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El que está trabajando en ese sentido es Jorge Macri. El Jefe de Gobierno había sufrido un duro revés en mayo en una elección donde no hubo acuerdo electoral, a diferencia de lo que pasará el mes que viene. Para esta campaña nacional. Jorge Macri se corrió y mantiene un perfil bajo a la espera de relanzar su gestión y avanzar con una nueva coalición por fuera de los libertarios y el peronismo.
Quienes lo trataron en estas últimas horas, confiaron a El Destape que lo notaron contento por los triunfos de intendentes cercanos. El más contundente fue el de Vicente López, donde la lista que responde a la intendenta Soledad Martínez cosechó el 55% de los votos en sociedad con los libertarios. Un dato no menor es que esa lista se armó con la lógica del 70-30, es decir, mayor proporción de amarillos que de violetas y eso le permitió cosechar cinco de las ocho bancas obtenidas.
No solo fue ese triunfo el que celebró, sino que le sacaron una sonrisa los desempeños de Petrecca (Somos) y Martínez (Hechos) que llevaron a las derrotas de Milei en Pergamino y Junín y por ende en la Segunda y la Cuarta Sección. Martínez, de Pergamino, si bien es del PRO también tiene cercanía con Daniel Angelici, hoy un pilar clave para Macri en la gestión porteña como articulador con otros sectores de la oposición. Cerca del Jefe de Gobierno creen que esta crisis política que atraviesa el Presidente deja a Macri en una buena posición por su cercanía con estos intendentes. “Jorge quedó fortalecido como polo de reconstrucción del PRO hacia 2027” con volumen propio, gestión y respaldo territorial”, analizaron.
A la satisfacción por los triunfos en municipios gobernados por el PRO (Vicente López, San Isidro, Nueve de Julio, Coronel Pringles, Puan, General Pueyrredón, Pinamar y Balcarce) no pasó desapercibido el desempeño de Diego Valenzuela. El intendente de Tres de Febrero cosechó un magro triunfo en su municipio y quedó segundo en la Primera Sección detrás de Gabriel Katopodis. En el PRO aseguran que "no quedó tan bien parado" ya que esperaban mejores números suyos. Un diputado macrista de pura cepa, que asegura que no guarda respeto por él, cuestiona la decisión que tomó de abandonar la intendencia para asumir la banca. “Rompió la promesa con su electorado y se lo hicieron sentir”, marcó.
Pero no todo es certeza y satisfacción. También hay un dilema que circula en el PRO en estos momentos y que tiene que ver sobre qué posición tomar y qué decir públicamente. No solo Mauricio, sino también sus dirigentes más cercanos mantienen perfil bajo. El debate pasa por salir a cuestionar públicamente los errores y apuntar contra Karina Milei mientras se exigen cambios o mantener silencio y esperar a que pase la elección nacional. “¿Vamos a bancar más nosotros que El Gordo Dan que está torpedeando todo?”, se preguntaron en la sede de Balcarce 412.
El convencimiento en el PRO es que en estos momentos queda evidenciado que Milei los necesita y no al revés. “La política empieza a entender que el PRO con identidad vale más que la motosierra”, soltaron.
Independientemente del resultado en octubre, cerca de Mauricio Macri ven un escenario complejo desde lo económico con una devaluación inevitable y desde lo político con un Congreso en el que seguirá en minoría y con dificultades para sostener los vetos.