Polarización al 80% y la avenida del medio que quiere irrumpir en PBA y CABA

En el macrismo acuerdista bonaerense piensan que la elección provincial se va a polarizar en torno al 80%, por lo que no habrá lugar para opciones de centro. Sin embargo, la construcción alejada de los polos va a competir, con un objetivo a mediano plazo, y se empieza a organizar en CABA, donde el PRO ya perdió.

13 de julio, 2025 | 00.05

En Buenos Aires, el acuerdo entre el PRO y La Libertad Avanza se recuesta sobre la convicción de que la elección se polarizará aproximadamente en un 80%. O sea, que entre Fuerza Patria y LLA podrían concentrar alrededor de ocho de cada diez de votos. Bajo esta lectura, la ancha avenida del medio tiene que encontrar su lugar y si bien su objetivo puede no ser el de ganar, está en condiciones de tantear el terreno para construir una opción potable de cara al 2027, si es que los extremos dejan de ordenar la organización política y social.

Se espera, según describió un dirigente PRO, que el 7 de septiembre ocurra, en la provincia, lo mismo que sucedió en la Ciudad de Buenos Aires, la nacionalización de la elección. Por lo tanto, un plebiscito de Javier Milei. A favor o en contra del presidente. Su figura será clave para impulsar a cualquier candidato, incluso, pensando en los comicios de octubre, a José Luis Espert, una figura que no mide bien y que tampoco le cierra a todos los aliados.

Un detractor de la ancha avenida del medio aseguró que su principal figura, Facundo Manes, no mide bien en la provincia. No por un problema del diputado, sino porque la sociedad está polarizada y se organiza en base a eso. Lo cierto es que probablemente el objetivo de los centristas no sea una victoria, sino un posicionamiento.

Después del demorado cierre de la alianza encabezada por la UCR, los 26 intendentes se reunieron de forma virtual para apoyar las negociaciones que derivaron en la construcción de una opción alejada de los polos. Un encuentro más que importante frente a la posibilidad de que un sector, referenciado en Maximiliano Abad, decida jugar por afuera.

El armado de centro, que originariamente impulsaron Facundo Manes y Juan Schiaretti, es una construcción que merece cierta atención. El partido Hacemos, del cordobés, ya acordó formar parte de la alianza oficialista en Corrientes, una negociación electoral que puso de manifiesto los vínculos turbulentos entre la Casa Rosada con los gobernadores. Ahora, en Buenos Aires.

En la Capital Federal, el armado de centro impulsado por Manes también puede tener su pata representativa. Pero no es el único que quiere construir una avenida del medio que represente al sector que está alejado de los polos. Partiendo de la base de que solo el 30% eligió a Manuel Adorni, un porcentaje similar a Leandro Santoro, en mayo, se entiende que hay un sector huérfano que hoy no es interpelado por nadie.

Por estos días, ya hay algunas reuniones y conversaciones para intentar lograr un entendimiento. Dirigentes ya se encontraron para pensar la forma de confluir en un mismo espacio. En principio, están los que tienen un proyecto y los que todavía no se definieron. Pero, en ambos casos, con la idea de que la dispersión no ayudó a nadie.

Ninguno considera que la fragmentación de Juntos por el Cambio en CABA haya sido de ayuda. Fue parte de una estrategia del oficialismo capitalino para que no haya un ganador claro en los comicios locales, pero fracasó. Ahora, la intención es reeditar cierta unidad. Todavía no está en claro cómo. Puede ser bajo una especie de reedición de JxC o bajo un nuevo agrupamiento que atraiga a esos ex socios, pero con cierta filtración.

La UCR, si bien está unida, no es un conjunto homogéneo que carezca de divisiones internas. El sector de Manes y Schiaretti también va a jugar. La Coalición Cívica no se lleva bien con todos los dirigentes. Al peronismo se le pide cierta depuración.

El larretismo no va a jugar de primera mano en las elecciones, pero tal vez pueda meter algún candidato en la boleta nacional, siempre y cuando se cumplan ciertas condiciones. El socialismo pide pista, Confianza Pública también. El sector de Ricardo López Murphy es otro actor a considerar. 

Horacio Rodríguez Larreta, puntualmente, tiene un proyecto porteño. Él quiere ser jefe de Gobierno y los comicios legislativos le sirvieron para medirse. Con esos datos, no tiene intenciones de acordar con cualquiera, ni un paquete cerrado. Quiere discutir condiciones, no meter dirigentes porque sí. ¿El objetivo? Empezar a formar un gran frente camino a las elecciones de 2027. Un proyecto de poder.

¿Qué va a pasar con el PRO? Todavía no se sabe. A la espera de lo que pase en Buenos Aires, pueden acordar con La Libertad Avanza o ir por separado. El cierre de alianzas bonaerense ya obligó al sello amarillo a estar dentro del armado violeta. Pero los intendentes desencantados todavía pueden ir en boletas de otros partidos, si así lo desean. Para Jorge Macri, lo mejor es sostener la identidad del PRO, el sello, y resistir. Es una maratón, no una carrera de velocidad, se suele analizar.

Lo cierto es que no será lo mismo un acuerdo de “centro” con el PRO o sin el PRO. En caso de acordar con los libertarios, ¿todos estarán dispuestos a quedarse? Más allá de las marcas y como se organicen, ya hay nombres en danza para pensar en esa construcción de ancha avenida porteña.