Si algo marcó la política luego de las elecciones de octubre fue la visible intención de la mayoría de los gobernadores de acomodarse a la nueva realidad y buscar la manera de abrir canales de diálogo con la Casa Rosada. Se notó especialmente en la nueva conformación del Parlamento, donde los mandatarios provinciales buscaron generar sus propios espacios de negociación, por lo general en detrimento de los partidos tradicionales, peronismo y radicalismo, que terminaron con una representación disminuida. A último momento, dado que los bloques eran tan chicos e iban a quedar afuera de todo reparto de lugares, se armaron interbloques, con algunos reagrupamientos llamativos.
Un diputado de Unión por la Patria marcaba días atrás la diferencia entre "provincialismo" y "federalismo", advirtiendo que lo prevalecía entre los gobernadores era el cuidado por los intereses de corto plazo de su provincia y no las políticas generales que podrían derivar en una mejora de la región o del país. Por eso, abundaron en la distribución legislativa pequeñas bancadas como la que decidieron los gobernadores peronistas de Tucumán, Osvaldo Jaldo, al ratificar el bloque Independencia de tres integrantes, y el de Catamarca, Raúl Jalil, con Elijo Catamarca, también de tres miembros. La salida decidida por Jalil resultó un golpe para Unión por la Patria, que sin esos tres legisladores y el puntano Jorge "Gato" Fernández perdió la condición de primera minoría en manos de La Libertad Avanza.
Por ahora, ni Jaldo ni Jalil se sumaron en interbloque a Innovación Federal, tal como habían conversado con el gobernador salteño Gustavo Sáenz. Pese a que trajinó para sumar voluntades, la cosecha de Sáenz resultó pobre: quedó en siete integrantes -uno menos de lo que tenía-, con representantes salteños y misioneros, exclusivamente. Otro que amagó y no se subió fue el neuquino Rolando Figueroa que con su único diputado armó el bloque La Neuquinidad, un provincialismo al palo. Lo mismo Marcelo Orrego, el gobernador de San Juan, quien también mantuvo aparte su bancada Producción y Trabajo de dos diputadas. De la actitud de Jaldo, Jalil, Figueroa y Orrego se desprende la lógica de los gobernadores que negociar individualmente redundará en mayores réditos que hacerlo de manera grupal.
Provincias Unidas se lanzó al ruedo electoral justamente con la idea de representar un proyecto federal con el liderazgo del peronismo cordobés de Martín Llaryora y Juan Schiaretti y el radicalismo santafesino de Maximiliano Pullaro, pero los resultados fueron decepcionantes. Solo consiguieron ganar en Corrientes de la mano del radical Gustavo Valdés. Con todo, siguieron adelante con la conformación de una bancada, conducida por la ex vicegobernadora de Santa Fe Gisela Scaglia. El bloque Provincias Unidas -al que también adscriben el gobernador chubutense Ignacio Torres y el jujeño Carlos Sadir- sumó legisladores que estaban en Encuentro Federal como Esteban Paulón y Jorge Avila y la ex libertaria Lourdes Arrieta, hasta alcanzar los 18 escaños. Posteriormente,
