Horacio Rodríguez Larreta fue el Presidente puesto, natural, durante dos años. Del 2021 al 2023, se plantó como la opción con más chances para reemplazar al peronismo en la conducción del país. Para no anticiparse demasiado, durante ese tiempo intentó no formalizar una candidatura que, a las claras, estaba cantada. Ese período le implicó desgaste, cierta relajación en la gestión de la Ciudad y culminó con una derrota inesperada y dura en las PASO. Ahora, como entonces pero de forma diferente, vuelve a ser el primer postulante lanzado para una elección que sucederá dentro de dos años.
Su potencial candidatura a jefe de Gobierno tiene, sin embargo, una particularidad respecto de la del 2023. Esta vez, la blanqueó apenas sonaron los primeros rumores. En la campaña del PRO, nadie cree que a Horacio le interese la Legislatura, dado su perfil gestor, por lo que Larreta decidió reconocer que su lugar seguro es el hacer y que, en los próximos años, será su desafío intentarlo una vez más.
Pero el lanzamiento no sólo fue un mensaje inhabilitador para sus adversarios -otrora compañeros – que podrían acusarlo de promocionarse este año para un cargo que no le interesa. Fue, sobre todo, un mensaje para sus eventuales votantes en estos comicios. En sus recorridas, Larreta no recibe a las personas en su oficina, sino que lo hace en los barrios, en bares y restaurantes, en caminatas con charlas espontáneas o acordadas previamente con los vecinos. En ellas, le piden volver.
Larreta tomó esa solicitud y, con su lanzamiento, les demostró haberlos escuchado. La gente no le pide volver a la Legislatura, sino a la gestión y por eso estableció un norte. Es un objetivo para él, un blanqueo de la verdadera intención, pero un mensaje para fidelizar al votante, para que lo elijan ahora y le den el impulso necesario para el 2027.
Larreta quiso darle previsibilidad a su carrera política, desde cierta lógica. Si en la campaña del PRO piensan que a él le interesa la gestión y no lo legislativo, si los vecinos le piden volver para hacer, y si él se siente cómodo con su perfil realizador, el desenlace esperable para esta maratón sería el de intentar volver a comandar los destinos de la Ciudad.
El lanzamiento también dejó otra lectura en el aire. Horacio no va a ser candidato a presidente.
Arroje el resultado que arroje, el ex jefe de Gobierno generó charla. Uno de los puntos destacados del pobre debate de candidatos fue el blanqueo de su pretensión futura. Como con el concepto de “olor a pis”, básico y directo, Larreta trascendió el momento para dejar un eco en la conversación pública. Todo suma para una campaña que planea presentarse austera.
Como en toda la campaña, el larretismo eligió tomar el riesgo. En este caso, de lanzarse a un puesto que no se está discutiendo este año, para el que falta mucho tiempo y para el que no va a contar con el paraguas del PRO. Su anticipación también está enmarcada en una confusión generalizada. Dada la nacionalización de la elección actual, tampoco parece quedar muy en claro lo que se votará en 2025. En el debate aparecieron argumentos ejecutivos, nacionales y algo de legislativos.
La enorme ensalada política llegó, a su vez, a la integración de los partidos. El PRO tuvo que aclarar que, pese a la guerra porteña, acompañará el rumbo económico nacional de Javier Milei. Peleados pero no tanto. Pero también el macrismo tuvo que explicar que hay una sola candidata amarilla y es Silvia Lospennato.
El partido amarillo suele dedicarle varios párrafos a Larreta. Lo hizo su amiga María Eugeni Vidal, lo hizo Mauricio Macri. Quienes conocen al catalán Antoni Gutiérrez Rubí, el cerebro detrás de la campaña macrista, aseguran que si te pegan quiere decir que representás un peligro. En este caso, el peligro sería que Horacio mida más de lo que les hubiera gustado.
Para una parte del electorado, y es un dato medido, Larreta es el candidato del PRO. Esa confusión le roba votos al macrismo de Lospennato. Por eso, la estrategia de la campaña amarilla porteña se enfocó, entre otras cosas, en eso: la candidata y quienes militan para ella salieron a aclarar que sólo hay un nombre macrista en estas elecciones.