Asamblea feminista por #CristinaLibre: la trasversalidad del movimiento feminista contra la proscripción

17 de junio, 2025 | 16.30

Acá estamos tus vecinas, las que te queremos, somos las trabajadoras sexuales del barrio de Constitución. Somos mujeres, travestis y trans parte de la economía popular y te vamos a acompañar el miércoles, para defenderte”, dijo al megáfono bajo el balcón de Cristina Fernández de Kirchner, Yokhari Marquez Ortiz oponiendo en la asamblea transfeminista que se armó el lunes 16 en la esquina de Humberto Primo y San José, ternura contra la delación sin pausa de esa agrupación llamada “Buenos Vecinos” a quienes van a dar su apoyo a la ex presidente, a quienes también van a vender lo que pueden en este contexto de creciente precariedad de la vida.

“Fuerza feminista contra la proscripción, Viva y libre te queremos”, decía sobre una tela lo suficientemente grande como para que se lea clarito desde el balcón, con diferentes letras para que cada frase tuviera su propio peso, tanto la declaración política como la de amor, en un resaltado “te queremos”. Y lo cierto es que Cristina lo vio, salió al balcón para hacerlo e hizo un gesto que en el apretuje que se produce cada vez que se asoma dio para muchas interpretaciones. ¿Para quién fue esa mirada subrayada por sus dedos, de sus ojos hacia alguien o algo que estaba en la calle? ¿Podría haber sido para la diputada Mónica Macha, titular de la Comisión de Mujeres y Diversidad de la Cámara Baja? ¿Podría haber sido para la ex senadora Marita Perceval? ¿O era hacia esos carteles que se pegaron en las persianas bajas de los comercios de la esquina: “Yegua, nunca mascota”? No se sabe, pero la multiplicidad de preguntas también da cuenta de la transversalidad de ese encuentro entre los feminismos y los transfeminismos, mediado por la proscripción a CFK, por la incertidumbre todavía sobre las condiciones de su encierro.

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“Lo que ocurrió ayer fue de una gran transversalidad, muchas voces, muchas condiciones humanas, un empeño notable en concurrir con toda la empatía a Cristina. Porque Cristina se ha transformado en una síntesis de hasta dónde puede aparecer y consagrarse la crueldad del sistemático hostigamiento. Lo sepa ella o no, esta citando a nuestras resistencias contra la indignidad.” Así sintetizó la doctora en Ciencias Sociales Dora Barrancos su mirada sobre la asamblea de mujeres, lesbianas, travestis, trans y personas no binarias en la sede del Partido Justicialista, dos horas antes de que el megáfono amplificara otras veces en San José 1111.

Es que la primera cita había sido allí, en un atiborrado salón principal donde convivieron Anabela Fernández Sagasti con Verónica Magario, por ejemplo, las mujeres de los sindicatos tradicionales, como Yamile Socolovsky -secretaria de género de la CTA de lxs Trabajadores- y también de la economía popular, como Dina Sánchez, o del movimiento travesti, como Marlene Wayard, quien dijo expresamente que no era por peronista que estaba allí, sino por la memoria de sus compañeras “por el cementerio que nuestra comunidad tiene en la cabeza”. Y es que recién en 2012 -y durante la presidencia de CFK- se logró la Ley de Identidad de género, un primer y extremadamente tardío paso hacia la ciudadanía y los derechos más básicos para la comunidad travesti trans.

“Mi primera impresión de lo que pasó ayer en el PJ es la sorpresa de que nos hayan convocado, es la primera vez que lo hacen y creo que realmente se escuchó a Cristina cuando dicen que hay que ampliar la mirada y escuchar las voces que no fueron escuchadas”, dice Georgina Orellano, secretaria general de AMAR, una de las veinte oradoras que tomaron la palabra en la sede del Partido Justicialista, totalmente tomado por las más de cuatrocientas asistentes y quienes tuvieron que quedarse afuera porque el espacio estaba colmado. “Escucho a las compañeras decir que les gustaría llamar al paro mañana miércoles para que la movilización sea histórica. Y yo les digo que nosotras, pase lo que pase, mañana colgamos la tanga y nos vamos a apoyar a Cristina”, dijo Orellano con la conciencia de que para muchas no trabajar un día es una pérdida enorme.

“Si nos buscan a las mujeres, nos van a encontrar. No podemos quedarnos en la tristeza, necesitamos organizarnos, barrio a barrio, pueblo a pueblo…”, dijo la intendenta de Moreno, Mariel Fernández dentro del PJ. La reunión incluyó voces de mujeres que entraron de manera virtual para ampliar la representación federal, aun cuando hubo quienes viajaron para ya quedarse a la movilización del miércoles. “Fue emocionante ver a las compañeras de Santa Cruz llegar directamente desde el aeropuerto”, contó Dora Barrancos.

Desde Matheu 130, la “fuerza feminista” marchó hasta la puerta de la casa donde Cristina Fernández de Kirchner pidió pasar su detención domiciliaria. Claudia Korol, referente de Feministas de Abya Yala, fue otra de las que habló megáfono en mano para dar cuenta de la transversalidad del movimiento. “Nuestro abrazo, nuestra solidaridad de quienes no somos militantes peronistas pero estamos acá como feministas -dijo a educadora popular que también pertenece a Pañuelos en Rebeldía- porque estamos frente a un acto patriarcal, misógino, sabemos que quienes ordenan esta proscripción son los yanquis, son la oligarquía que no quiere que sigamos caminando en autonomía por nuestros derechos”. En ese sentido, también se habían manifestado referentes de Pan y Rosas, la agrupación feminista del PTS, el partido de Myriam Bregman, quien desde el primer momento planteó la necesidad de ampliar la base de apoyo a CFK, más allá del peronismo.

La tarde feminista en el barrio de Constitución terminó con la declaración de amor y aguante desde la calle al balcón, desde donde Cristina miró, saludó, agradeció. La moneda de lo que pasará mañana con la modalidad de su detención todavía está en el aire, el compromiso para movilizar pase lo que pase, desde todos los sectores, está firme.