Lula estuvo apenas unas horas en la Argentina, pero se encargó de hacer algunos gestos fuertes. No disimuló su incomodidad cada vez que debió saludar a Javier Milei en la cumbre del Mercosur. El presidente argentino no suele caracterizarse por su bonomía, ni por sus dotes de anfitrión, pero el brasileño sí. Terminada la cumbre, que cerró con un abrazo muy forzado entre ambos cuando intercambiaron los atributos de presidencia pro témpore del bloque regional, Lula esquivó el almuerzo de rigor y fue directo a visitar a Cristina Kirchner en su prisión domiciliaria. Más allá de las palabras de cariño y solidaridad, la instó a sostener su "lucha por la justicia". No pudo ir más allá sin generar un conflicto diplomático, pero su partido -el PT- emitió una declaración en la que habló de una "guerra legal" contra líderes populares como que en su momento sufrió Lula, a quien finalmente debieron dejar en libertad. La defensa de Cristina viene planteando la estrategia de visibilizar la detención y proscripción de CFK a nivel internacional.
La ex presidenta aprovechó para despacharse contra el gobierno de Milei y el Poder Judicial. "Argentina vive una auténtica deriva autoritaria de la mano del gobierno de Milei, en lo que podemos identificar como terrorismo de Estado de baja intensidad", afirmó en el párrafo más duro del texto que subió a las redes sociales. Recalcó con mayúsculas una dato central: "su visita fue mucho más que un gesto personal: fue un acto político de solidaridad". Hizo un racconto de las situaciones de autoritarismo registradas en las últimas semanas -con la detención de varias mujeres militantes por un escrache al diputado Espert en primer plano- que calificó como "un plan preventivo contra la capacidad del pueblo de organizarse". Comparó la situación con la vivida en Brasil por el campo popular con la detención de Lula, quien luego pudo volver a representarlos. "Lula lo demostró en Brasil. Y nosotros también lo haremos", confió.
Lula, que venía de una cumbre incómoda con Milei, estuvo más contenido en su tuit, pero firme en expresar su solidaridad. Su fuerza, el Partido de los Trabajadores (PT), marcó con énfasis que "Cristina ha estado sufriendo la guerra legal igual que nuestro presidente Lula". También que "Cristina es blanco del mismo odio clasista y de un sistema que no tolera a líderes populares comprometidos con la justicia social, los más pobres y la soberanía nacional". Con un Poder Judicial que tiene a la ex presidenta como uno de sus blancos predilectos y amenaza sumarle condenas con otros juicios, el cristinismo busca exponer su situación en el campo internacional. Que un líder de la talla de Lula se solidarice y comparen la situación de la ex presidenta con la que debió soportar él, sin duda es una enorme colaboración.
Quedó remarcado un poco más tarde, en el encuentro que mantuvo en la embajada brasileña con el Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, y el diputado Eduardo Valdés, amigo de Cristina, de Lula y designado a cargo de la comisión parlamentaria del Mercosur. Lula posó con un cartel de "Cristina libre" y Valdés con otro de aquella campaña internacional "Lula livre". El presidente brasileño estuvo encarcelado 20 meses en una causa por corrupción, luego anulada por el Tribunal Supremo. Un verdadero bochorno. Pérez Esquivel y Valdés comentaron luego que Lula les expresó su convicción de que Cristina es inocente, como sucedió en su caso, y que por eso decidió visitarla en su domicilio. Los rumores indicaban que la cancillería brasileña no quería que Lula se viera con CFK para evitar un nuevo motivo de distanciamiento con la Casa Rosada. Pero desde el PT hicieron fuerza para que ocurriera el encuentro.
Hay que decir que esta semana también hubo quien desde el propio Poder Judicial puso en duda la continuidad de Cristina. En diálogo con El Destape Radio, la jueza federal María Servini, que es la más veterana del fuero y además tiene competencia electoral, reveló su convencimiento acerca de que la ex presidenta no cumplirá toda su condena. Se preguntó cuántos casos existían en el mundo de ex presidentes presos e imaginó que mantenerla allí será un motivo de conflicto permanente. "No le veo mucho tiempo en prisión", concluyó. Voces de diferentes sectores que llegan a conclusiones similares.