El miércoles, Mauricio Macri convocará a la tropa PRO para definir los próximos años del partido, mientras se debaten los alcances de la renovación amarilla sin cuestionar el respaldo a Javier Milei desde el Congreso. El encuentro tendrá lugar 17 días después de haber competido en elecciones junto a La Libertad Avanza en nueve de 24 distritos y en medio de un éxodo de dirigentes bullrichistas hacia el gobierno nacional.
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A las 10 de la mañana, en la sede del PRO en la calle Balcarce, a pocas cuadras de Plaza de Mayo, el Consejo Directivo se reunirá para planificar a mediano plazo, proyectando al menos hasta 2027. Evaluarán especialmente el rol del espacio durante el gobierno de Milei y el aporte que harán para apoyar el “cambio” impulsado desde La Libertad Avanza.
Se desarrolla también un debate sobre la renovación partidaria. Tal como informó El Destape, referentes del PRO nacional ya han manifestado la necesidad de generar nuevos líderes, contar con candidatos propios y convertirse en una opción de alternancia frente a la gestión libertaria. Lo han expresado Macri, presidente del partido; Martín Yeza, titular de la Asamblea; y María Eugenia Vidal, cabeza de la Fundación Pensar, entre otros.
Desde hace tiempo, Yeza explica en redes sociales y entrevistas que el reimpulso del PRO “no se hará solo ni automáticamente”, sino que “necesitará gente con ganas de dar la pelea, convencida de que este espacio tiene un aporte valioso para nuestro país”. Por ello sostiene que “es mejor que exista el PRO a que no exista”.
Para él y para otros, una cualidad importante del espacio fue no desear “que a un presidente le vaya mal para que a nosotros nos vaya bien”, lo que motivó el acompañamiento a La Libertad Avanza, incluso cuando eso implicó que el sello amarillo no estuviera presente en todas las provincias o que sus dirigentes fueran absorbidos por los libertarios en sus boletas.
En esta reconstrucción, las opiniones son diversas. Algunos consideran que el proceso puede dar frutos para la próxima elección ejecutiva, mientras otros lo ven como un objetivo a largo plazo. También hay diferencias en cómo entender la reinvención: por un lado, quienes toman la renovación para prepararse para el post mileísmo, y por otro, quienes la abordan con la intención de colaborar con el gobierno actual. Esta semana, en su newsletter, Vidal ya se preguntó qué ocurrirá cuando este modelo se agote y propuso estar preparados para garantizar la alternancia, refiriéndose al post mileísmo.
El Consejo Directivo del PRO ya no incluye a bullrichistas. Damián Arabia, ex vicepresidente segundo, fue expulsado por no asistir a reuniones a las que nunca fue invitado. Según el reglamento, “la inasistencia a cinco sesiones consecutivas o ocho alternadas en un año, sin causa justificada, lleva a la separación automática”, lo que ocurrió en su caso.
El bullrichismo mantiene una relación tensa con Macri, y él no guarda simpatía por ese sector. De hecho, hubo cierto alivio en el proceso de depuración que eliminó de las filas PRO a los dirigentes de Patricia Bullrich. En menos de una semana, la ministra de Seguridad sumó ocho diputados y una senadora amarillos a los bloques libertarios.
En el Congreso aún quedan dirigentes que consiguieron sus bancas en 2023 gracias a Bullrich, y la ministra busca incorporarlos. Son ocho en Diputados y uno en el Senado. No se espera conquistar a todos, pero el bloque amarillo no descarta alguna fuga adicional.
Con un mes para el recambio legislativo, el espacio PRO no termina de acomodarse, ya que aún pueden ocurrir cambios tanto para restar como para sumar dirigentes, dada su composición dinámica y variada, integrada por “miembros de distintas alianzas y momentos políticos”.
De los 26 miembros que el PRO esperaba conservar después del 10 de diciembre, ocho ya se fueron a La Libertad Avanza; la vicegobernadora de Santa Fe, Gisela Scaglia, sigue siendo una incógnita; Álvaro González, cercano a Larreta, podría actuar más independientemente; y Diego Santilli migró hacia el Poder Ejecutivo. Con esto, el espacio quedaría con unos 15 miembros, número que esperan compensar con adhesiones.
No se descarta que Verónica Razzini regrese a las filas amarillas. En abril, junto a Gabriel Chumpitaz, ambos santafesinos, rompieron el bloque PRO y crearon Futuro y Libertad. Él no renovó su banca, por lo que ella quedaría en monobloque, y podría reincorporarse.
Situación similar ocurre con Ricardo Garramuño, diputado fueguino que asumió en 2024 tras el fallecimiento de Héctor Stefani. Garramuño lidera el monobloque Somos Fueguinos y es otra posible incorporación al PRO.
A pesar de la no integración entre macristas y libertarios y estas fugas consideradas “lógicas” y predecibles, en las filas amarillas aseguran que “ambos bloques seguirán trabajando juntos y en sintonía, como lo han hecho en estos dos años”.
